Bello error

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Sara

Ya habíamos jugado unas cinco veces, obviamente estafando a los ricos, que lo que tienen de dinero les falta de cerebro, no he hablando con Lucy, de hecho no quiero hacerlo, ni siquiera sé cuándo será el entierro de mi padre, ni si quería que si voy a ir, así que después de muchos tragos y rondas de juego decidí salir a fumar, Leo me siguió, estaba viendo la Vegas, la vista era perfecta, ambos estábamos fumando y Leo me tenía abrazada por detrás.

-Tengo algo para ti.-me dijo en el oído y luego besándome el cuello.

Me giré hacia él y saco una cajita negra con un lazo y me la dio. Yo le sonreí y la tome, destape la cajita poco a poco y me encontré con una pulsera de oro blanco que tenía unos pequeños dijes colgando a su alrededor, eran las fases de la luna.

-¿Te gusta?.-dijo sonriendo, yo no podía ni hablar, solo cerré la cajita y me abalancé en sus brazos, en serio lo voy a extrañar, él era perfecto.

-Gracias.-dije en un susurro, tratando de contener las lágrimas, en si esto es lo más lindo junto con el copo de nieve que han dado en la vida.

Me separo de él y tomo la caja, tomo la pulsera y tomo mi muñeca, me puso la pulsera y los dijes quedaron colgando.

-Es hermosa Leo.-dije viéndolo a sus perfectos ojos, a su perfecta cara, a sus perfectos labios.-No tenías que hacerlo.

-Pero quería.-dijo dándome un beso en la frente.

En ese momento lo bese, quería sentir sus labios y recordarlos, como se sentían sus brazos a mi alrededor, sus labios carnosos sobre los míos, por qué lo único que no cambian son los recuerdos, por mucho que me aleje de el, este recuerdo nadie me lo puede quitar, son como fotografías, cuando esté triste las mirare, siempre lo recordaré.

Chocamos frente y el sonrió.

-Eres perfecta.-dijo sonriendo.

-Solo cuando estoy contigo.-dije abrazándolo, poniéndome de puntillas, hundiendo mi cabeza en su cuello, sabía que estas eran las últimas veces que lo iba a hacer, asi que respire su aroma, no era el típico aroma a menta como casi todos, era un olor a cigarro junto con perfume, era un aroma perfecto.

-Lamento interrumpir la conmovedora despedida.-dijo una voz atrás de nosotros, era Lucy.-Pero me gustaría hablar a solas con mi hermana, además una tal Mia te está buscando Leo, pero no dejamos entrará a menores, está afuera.... obvio solo a esa clases de menores, por qué aquí estás tú y Sara....bueno, ignórame...solo vete.

-¿Despedida?.-dijo el confundido, Lucy abrió los ojos como platos y sonrío

-Si, por que vas a donde Mia.-Dijo Lucy.....salvada.

-¿Estarás bien?.-dijo mirándome preocupado.

-Tranquilo no soy de la mafia, amigo.-dijo guiñándole un ojo, esperen eso ya lo había visto, yo lo había hecho antes, valla que somos hermanas por desgracia, yo solo asentí con la cabeza y él se fue.

-¿Qué quieres?.-dije seca.

-¿No hay abrazo?¿No hay llanto?¿Un "no has muerto"?.-dije fingiendo estar ofendía.

-No vengas de estupida.

-Que agresividad, que te vacunen.-dijo girando los ojos.

Solo la mire a los ojos, no ha cambiando nada, mmm....creo que si, esta más gorda.

-Escucha Sara, nuestro padre murió, solo quería ver cómo estabas.

Suelta tus guantes, nenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora