Suelta tus guantes, nena

De regreso

Leo

No pare de gritar en todo el camino, me agarraron y me obligaron a subir a un auto que me llevó al aeropuerto, no se fueron hasta que aborde el avión , estaba en el asiento esperando a que el el avión despegara, me dolía el corazón de una manera casi inhumana, en serio jamás la voy a volver a ver.

Me pare del asiento y saque mi maleta, quería buscar un libro para simular que podía  distraer mi mente, abrí la primera bolsa y había un sobre.

Para: Leo
De: Sara

Decía en la parte de atrás de la tarjeta, mi corazón palpito más rápido que caballos de carrera juntos, tome la maleta la subi y me senté con el sobre  en frente de mi.

No sabía si abrirlo, para muchos la respuesta obvia era SI, pero para mí no,  tenía miedo de abrirlo, mis manos temblaban y tenía unas ganas profundas de llorar, tome valor y abrí el sobre.

Leo:

Mientras escribo esto tú estás dormido, te miras imperturbable, simplemente hermoso y Pacífico, si lees esto es por qué ya no estamos juntos mi amor, si lees esto el mundo y las reglas nos separaron.

Dudaba hacerte esta carta, no estoy segura como habrá sido nuestra despedida, pero quiero que sepas que quiero que seas feliz, merece a una mujer que te ame y te pueda dar todo lo que yo no, una vida feliz y perfecta.

Pero soy egoísta y me duele, por qué a pesar de que te deseo lo mejor, te quiero solo para mí y quiero que tu futuro sea a mi lado, pero no podrá ser así, tengo que dejarte ir, soy una bomba de tiempo, pero no quiero ser solo un recuerdo, por qué maldita sea Leo, soy una egoísta.

Sigue tu vida, encuentra a una chica que te merezca, pero por favor jamás me olvides, no olvides nuestra primera cita, ni nuestro primer beso, no quiero que lo olvides, quiero permanecer en tus recuerdos, quiero saber que jamás me olvidaras, quiero seguir viviendo en tu memoria, no intentes llamarme, probablemente ya es hora a bloquearan cualquier clase de contacto que pudiéramos tener, solo te pido permanecer en tu recuerdo, en tu memoria, sabe eso es lo único que me mantiene viva.

Mi amor, mi dulce amor, te amo.
Sara

Golpee con fuerza la mesa del avión he hice sobresaltar a todos, sentía mis mejillas calientes y lagrimas salir de mis ojos.

-Mierda,mierda,mierda, mierda....-Susurraba por lo bajo.

Una azafata se acercó a mí.

-¿Está bien, señor?.-dijo preocupada.

-¿A ti qué te parece?.-dije irritado y tratando de que no me mirara llorar.

-Yo, yo lo siento.-dijo con un poco de, ¿temor?, en su voz.

Me di cuenta de dónde estaba y como me estaba comportando.

-Yo lo siento, solo lo siento.-dije, ella asintió con la cabeza y se fue.

Sentía que las cienes de mi cabeza palpitaban horriblemente como tambores.

Me quede dormido, un rato, eta aja agotado mental y físicamente, desperté por la voz del piloto diciendo que ya habíamos llegado, espere a que la mayoría bajara del avión para bajar yo.

Cuando baje hice el típico chequeo, hasta que termine y salí a la entrada del aeropuerto, vi a mi madre con un cartel de BIENVENIDO, a su lado Mía, y mi padre con una cara de lo siento no fue mi idea, a un lado de ellas.