Narra ______.
Mierda, ¿y ahora cómo lo encontraría? Decidí tranquilizarme y comenzar a buscar algo que me diera una señal. Recorrí casi toda la estación hasta que a lo lejos vi a una linda chica saltando sobre un banco y gritando mi nombre, pero no había rastros de ningún chico. Me aproximé hacia al banco y fue cuando noté que sentado en él había una maraña de pelos rulos.
“Ya déjalo, tal vez no pudo venir” –escuché que dijo el chico-
-¿Harry? –pregunté con miedo-
La chica volteó primero, y me miró con una sonrisa. El chico parecía estar pegado a la silla, sin voltear.
-Tú debes ser ______, soy Gemma, la hermana de Harry –dijo la chica bajándose del banco y dedicándome una sonrisa-
-Sí, yo soy ______. No tienen idea de lo mucho que les agradezco lo que hacen por mí, espero no ser una molestia.
-En lo absoluto –se notaba que Gemma era muy agradable, pero quería ver a Harry que seguía sin poder voltear- Emm, Harry, voltea, conoce a ______. Oh vamos, no debería ser yo la que te la presente.
Harry se puso de pie y luego se volteó, era bastante alto comparado conmigo.
Wow.
Mi primera impresión de él fueron sus hermosos ojos esmeralda que ahora me veían de arriba abajo, ¿ese chico tan guapo era Harry?
-________, no puedo creer que seas tú.
Yo no podía responder, mi único amigo en el mundo resultó ser un chico malditamente hermoso.
-Ni yo lo creo, eres muy diferente a como te pensé.
-Sí igual tú, ¿pero sabes? Te dije que no era un viejo loco.
Yo reí ante su comentario y él igual.
Gemma apareció con un café en la mano y me lo dio.
-Toma ______, hace bastante frío, no quiero que te dé hipotermia antes de llegar a casa.
-Muchas gracias, Gemma.
Los tres comenzamos a caminar con dirección al auto de Harry, yo iba admirando las pintorescas casas y algunas tiendas que estaban obviamente cerradas.
-Y bien, ¿por qué viniste _____? Quiero saber –él caminaba con la mano en los bolsillos y volteó su rostro hacia mí-
-Bueno, esta vez no fueron mis padres, dije colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja- fue Nathan.
-Tu hermano.
-Exacto.
Le conté a Harry y a Gemma lo que Nathan me había hecho, una que otra lágrima resbaló por mi mejilla y Harry la limpió con su dedo.
-No llores, yo no dejaré que algo así te vuelva a pasar –dicho esto me abrazó y pude oler su delicioso perfume masculino-
-Dios _____, eso es horrible, no puedo imaginar cómo te debiste haber sentido, además, anoche hizo un frío terrible –dijo Gemma mirándome con tristeza- Oh genial, lo que nos faltaba, tráfico. ¿Por qué rayos hay tráfico a las 4 de la mañana?
-Gemma ya son las 5:30 y hoy es lunes, la gente sale a trabajar.
-¿Tanto nos demoramos? Vaya…
Harry me observó durante unos segundos y habló.
-Amo que estés aquí, pero no por mí, sino por ti. Bueno, también por mí, pero tú eres más importante.
Lo miré y le sonreí.
-Gracias Harry.