-Gemma, ¿por qué no te agrada la novia de Harry?
Gemma dio un suspiro.
-No la conoces, ella es un dolor de cabeza, especialmente con su voz chillona y su manera de mirar con asco a los demás. Son de esas que se creen superior a todos, no sé qué le vio ese mocoso.
-Me recuerda a mi familia.
-Algo así.
-Oye y tú, ¿cuántos años tienes? –dije cambiando de tema-
-Yo tengo 21 –dijo mirándome- por cierto, disfruta esta semana libre, la próxima empiezan las clases.
-Ni me lo recuerdes.
Gemma rió.
El resto del viaje Gemma estuvo preguntándome cosas sobre mí y yo le iba haciendo una que otra pregunta sobre ella. Era agradable saber que hacía una nueva amiga.
-Bien, llegamos.
Bajé del auto y entré junto con Gemma al centro comercial, ella me tomó del brazo y me sonrió.
Entramos a muchísimas tiendas y prácticamente renové todo mi guardarropa, compré pantalones, blusas, vestidos, shorts, faldas, camisetas, suéteres, zapatos, bolsos.
-Vaya, sí que compraste cosas.
-Es lo bueno de tener tarjeta de crédito.
-¿Tu padres no pueden encontrarte si la usas?
-No, esta la hice en secreto, teniendo unos padres como los míos, todo lo tenía que tener en secreto.
-¿Quieres almorzar? Yo invito y no me repliques, señorita.
-Claro.
Nos sentamos en una de las mesas de un local y ordenamos.
-Y, ¿desde cuándo Harry está con Mónica?
-Hace unos meses, creo que 10 meses.
-Wow, eso es mucho tiempo.
-Sí, pero yo sé que Harry no la quiere.
-¿Por qué lo dices?
-Es la chica más popular de la escuela, cualquiera estaría con ella, lo que siente Harry es una atracción pero no le gusta.
-¿Y cómo estás tan segura?
-Lo conozco, ______. Sé cuando está enamorado y créeme que no lo está de Mónica-
Nos trajeron nuestras órdenes y almorzamos tranquilamente. Cuando ya terminamos, decidimos irnos a casa.
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Anne y Gemma me ayudaban a guardar las cosas que había comprado en mi habitación.
-Esta falda está hermosa ______ –mencionó Gemma-
-Quédatela, es perfecta para ti.
-¿De verdad? Muchas gracias.
-Ese muchachito sabiendo que hoy llegaste decide largarse hasta tarde con su noviecita -musitó Anne-
-Sabes cómo es –respondió Gemma-
-Oh no me molesta, es su novia, además, yo soy la que estoy invadiendo su vida.
-No sigas diciendo eso cariño, él sabía perfectamente que tenía que estar aquí contigo dándote una agradable bienvenida.
-Pero ustedes dos son geniales, me la estoy pasando muy bien.
-Eso es lo importante –dijo Gemma- Me agradas _____, en realidad, siempre me agradaste desde que Harry hablaba de ti, eres una buena chica, no merecías el trato de tus padres.
Yo suspiré y le di un ligero abrazo a Gemma.
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Luego de haber terminado, Gemma fue hasta mi habitación y se sentó conmigo en mi cama a platicar un rato.
-Y… ¿cuál fue tu primera impresión de mi hermanito? –me murmuró Gemma con una mirada pícara-
Solté una carcajada y la miré divertida.
-Bueno, tengo que admitir que es bastante lindo para mi gusto, me gusta su cabello y sus ojos.
-Ya, no babees –dijo riendo-
-¡No babeo! Dios, ¡no me gusta tu hermano! Sólo es lindo.
-Sé que él te ve linda a ti también.
-¿Sí?
-Pues se nota, al conocerse te miró de arriba abajo y no despegaba su mirada de ti.
-Oh vamos, eso no quiere decir que me vea linda, sólo me estaba “analizando” –dije haciendo énfasis en esta última palabra-
-Como digas, pronto caerá ante ti. Me iré a dormir, buenas noches _______.
-Buenas noches Gemma, por cierto, tú también me agradas mucho –susurré, recordando sus palabras de esta tarde-
