Mi primer día en la casa Styles, mi primer día sin mi odiosa familia, mi primer día conociendo a mi mejor amigo. Bueno, técnicamente era el segundo día, pero prefiero contarlo como el primero.
Revisé el reloj, eran las 8:14 a.m. ¿Qué demonios hacía despierta tan temprano? Me asomé por la puerta intentando divisar a alguien, pero no vi nada. Me metí en el baño, lavé mis dientes y me di una ducha rápida. Era una mañana fresca, por lo que opté en ponerme unos shorts de mezclilla y una camiseta de Los Beatles que había comprado, me puse mis vans rojas y bajé a la cocina, donde me encontré a Gemma sentada en la barra de la cocina.
-Buenos días _____, te estaba esperando –dijo somnolienta-
-Buenos días Gemma, ¿y para qué? –pregunté sentándome junto a ella-
-Pues, no sé qué te gusta de desayunar… esperaba a que despertaras para prepararte algo.
¿Qué tal si yo preparo algo? Sé cocinar y me gustaría hacerlo para agradecerles que…
Gemma me interrumpió.
-Ni de chiste, no trabajarás ni un poco.
-Pero es que quiero… ¿me ayudarías? –rogué poniendo mi típica cara de perrito-
-Mmm, de acuerdo pero sólo porque no me resisto a esa carita.
Yo reí y comenzamos a preparar el desayuno. Gemma me comentó que a todos les encantan los waffles así que juntas preparamos unos e hicimos un jugo de fresa natural. Estábamos preparando la mesa cuando alguien bajó.
-Huele delicioso –dijo Harry bajando las escaleras-
Me quedé observándolo mientras bajaba, su cabello estaba despeinado y estaba usando una camiseta sin mangas que dejaba ver sus moldeados brazos. Rápidamente acomodó su cabello con una mano y me miró sonriente con sus perfectos ojos verdes. ¿Pero qué estoy diciendo? Le devolví la sonrisa y aparté mi mirada de él, incómoda.
-Pero mira quién apareció –exclamó Gemma-
-¿Por qué lo dices? –preguntó Harry mirándome de nuevo-
-Ayer desapareciste en todo el día sabiendo que _____ estaba aquí, te fuiste con la ridícula de Mónica –bufó la castaña-
-Sí… lo siento mucho _____, prometo compensarte hoy, ¿te gusta la comida italiana?
-No tienes por qué disculparte Harry, es tu vida, no tienes por qué cancelar algo con tu novia por mí. Y me encanta la comida italiana –exclamé-
-Hey, no es eso, ayer vino mi mejor amiga y no estuve con ella para recibirla. Hoy te llevaré a cenar comida italiana, lo prometo.
-No tienes por qué hacerlo.
-Es que quiero hacerlo.
Anne se despertó minutos luego y todos comenzamos a desayunar mientras platicábamos un rato sobre varios temas. Al terminar de comer, quise ayudar a limpiar pero Anne no me dejó, así que subí a cepillar mis dientes y arreglar un poco mi cabello.
-¿Y qué quieres hacer _______? –me preguntó Harry-
Salí del baño y vi como se sentaba en mi cama, luego yo me senté junto a él.
-Tienes que hablarme sobre ti –le contesté-
-Bueno, qué te puedo decir, mmm –suspiró y me miró- Me encanta la pizza, el helado, amo ver películas, salir a fiestas, tengo un mejor amigo llamado Louis, me encantan los niños, no me gusta mucho leer y la música es mi pasión –dijo sonriendo como niño pequeño-
-Pues también me gusta la pizza, el helado es mi postre favorito, una tarde perfecta para mí sería quedarme en casa viendo películas o leyendo, nunca he ido a una fiesta y definitivamente amo la música.
-¿Nunca has ido a una fiesta? –exclamó como si eso fuera un delito- Tendré que llevarte.
-Cuando quieras excepto hoy, me prometiste una cena y no permitiré que la canceles –le saqué mi lengua y me levanté de la cama-
Harry rió y comenzó a inspeccionar la habitación como si nunca la hubiera visto, imaginé que puede estar orgulloso por su trabajo en ella, ya que en serio le quedó hermosa. De nuevo estaba ahí observándolo sin poder creer que esa perfección de chico era mi mejor amigo.
-Entonces veamos una película, llamaré a Mónica para que nos acompañe y así la conoces, ¿no te molesta verdad?
-En lo absoluto, Harry, es tu casa y tu novia, te dije que no necesitas mi permiso.
Él me mostró una perfecta hilera de dientes y salió de mi habitación. Quise arreglarme un poco, iba a conocer a la novia de Harry y no quería que pensara que su mejor amiga es un vagabundo o algo parecido. Me puse unos pantalones ajustados de color beige y una blusa suelta color coral que había comprado ayer, cambié mis zapatos por unas hermosas sandalias café y me revisé una vez más en el espejo. Estaba muy delgada, y todo gracias a mis padres, a veces yo me preparaba el almuerzo, pero varias veces no me dejaban ni siquiera entrar a la cocina, por lo que me alimentaba con lo poco que tenía escondido en mi habitación.
Escuché que Harry me llamaba desde abajo y corrí hasta la sala, al llegar me encontré con una rubia y alta, que ahora me miraba de arriba abajo con sus lindos ojos grises. Gemma me había comentado que Harry siempre se fijaba en las rubias, pero bueno, ¿qué chico no lo hacía?
-_____, ella es Mónica, mi novia.
La chica esbozó una simpática sonrisa y estiró su mano, yo la estreché y le devolví la sonrisa.
-Harry me ha hablado mucho de ti ______, te ves… agradable –soltó mi mano y luego se sentó en el sofá-
-Conversen un rato, iré a la tienda a comprar algunos bocadillos, no me tardo –Harry besó los labios de la rubia y me dio un ligero abrazo para luego salir por la puerta-
-¿Cómo irá si no tiene auto? –le pregunté a Mónica sentándome junto a ella, en realidad, se veía agradable-
-Oh, la tienda no está lejos de aquí –mencionó revisando su maquillaje en el pequeño espejo que traía-
-Ah, genial. Gemma me estuvo contando que tú y Harry llevan mucho tiempo de novios –dije amablemente-
-Sí, 10 hermosos meses en los que no se nos ha entrometido ninguna mocosa en nuestra relación, ¿qué haces en casa de mi novio? –preguntó amenazante-
-¿Perdón?
