La directora Simpsons me había pedido rellenar unos formularios personales que necesitaba archivar, por lo cual me tuve que quedar al final de clases en la escuela. Todo estaba vacío, en los pasillos no quedaba ni el más mínimo insecto. Me acerqué a la oficina principal y toqué la puerta con cuidado.
-Pasa, querida –escuché que decían adentro-
Abrí la puerta y me encontré con la directora recogiendo sus cosas.
-Aquí tienes lo que necesito que llenes, me tengo que ir, los dejas en mi escritorio y cierras la puerta con llave, ¿sí? –asentí y ella salió.
Comencé a llenar los formularios, eran muchos y tenían bastantes preguntas por lo que supuse que me tardaría un rato largo. ¿Con quién diablos pensaba regresar a casa? Cris se tuvo que ir y Louis se había ido temprano debido a que saldría con su novia. A Harry no lo había visto a la hora de la salida y él tampoco se había preocupado por buscarme. Bufé y seguí con mi trabajo hasta que sentí que alguien abría la puerta de la oficina.
-Pensé que me ibas a dejar aquí toda la noche –exclamé-
-¿En serio piensas que me iría sin ti? –preguntó Harry-
-No lo sé, tal vez…
-No _____, sabes que estoy aquí para cuidarte. No permitiría que caminaras hasta casa sola.
-Lo sé, lo siento.
-Descuida –dijo mientras tomaba asiento en la silla de al frente- ¿Te falta mucho?
-Sólo uno –suspiré.
-Oye, ¿irás a la fiesta de Lou?
-Sí, iré con Cris.
-De acuerdo.
-No me habías mencionado que Louis tenía novia –musité-
-Oh sí, no pensé que sería importante, ¿por qué?
-No, por nada…
-¿Acaso te gusta Louis? –alzó una ceja y me miró pícaro-
-¡No, para nada Harry! –le grité- Es lindo pero hasta ahí.
-Está bien, relájate –rió-
-Ya, terminé –suspiré aliviada-
-De acuerdo, entonces vámonos.
-Vamos.
Harry volvió a entrelazar su brazo con el mío y salimos juntos del gran edificio escolar.
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Estaba en mi habitación tomando una siesta hasta que Harry subió a despertarme.
-Despierta _______, no puedes dejarme plantado esta noche –decía mientras me movía levemente-
Me desperté y él me regaló una amplia sonrisa.
-¿Dejarte plantado? ¿En qué? –pregunté aún somnolienta.
-¿Veremos una película como todas las noches, no?
-Por supuesto, ¿qué hora es?
-Ya son las 5:30 de la tarde, has dormido desde que llegaste.
-¡Rayos! No he hecho mis deberes –exclamé levantándome de la cama-
-¿Quieres que te ayude? –me dijo sonriente-
-¿Serías tan perfecto? –pregunté mientras veía sus hermosos ojos-
-¿Es que acaso me consideras perfecto, ______? –susurró bastante egocéntrico-
-No es eso –reí- Sólo es un decir.
-Oh, vamos. No cambies todo, ya lo dijiste.
Reí y él se unió a mi risa, luego se sentó en el suelo frente a mí. Saqué mis libros y comencé junto con Harry.
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-Bien, ¿qué película veremos hoy? –pregunté mientras sacaba las palomitas del microondas y metía una a mi boca-
-Veamos una de caricaturas, me gustan esas –exclamó como un niño pequeño-
-De acuerdo.
Me senté a su lado y cuando ya iba a comenzar, el teléfono de Harry sonó.
-¿Aló? –dijo Harry- Hola princesa, ¿cómo estás?
Supuse que era Mónica, no creo que Harry le diga así a otra chica.
-No Moni, no puedo ir a tu casa ahora, estoy por ver una película con ______.
¿Estoy escuchando bien? ¿Harry no iría a casa de su novia por quedarse conmigo? A decir verdad, él era un excelente amigo, por lo que no me extrañaba que hiciera eso, pero en este momento me sentía tan… especial.
-Mónica, no me grites. ______ es mi mejor amiga, también tengo derecho a estar con ella.
Hizo una pausa y siguió.
-¡No estoy pasando mucho tiempo con ella! –exclamó- Mónica, no necesito que me digas con quién debo estar o no. Adiós, no pienso seguir discutiendo contigo, buenas noches –Harry colgó el teléfono y bufó-
-Siento traerte problemas con tu novia, Harry –murmuré-
-_____, tú no me traes problemas, Mónica es muy celosa, pero se le pasará. No te preocupes, ¿sí? –dijo tomando mi mano y regalándome una cálida sonrisa.
-Está bien –asentí.
Continuamos viendo uno de los éxitos de Pixar “Monsters Inc” a mí personalmente me encanta esa película y por lo que veo a Harry igual. Se podría decir que soy bastante sentimental y siempre lloro en una parte de la película, esta vez no fue la excepción. Harry lo notó y comenzó a lanzarme palomitas de maíz por lo que yo me defendí. En menos de un minuto, todo el sillón y gran parte del suelo de la sala estaba cubierto por palomitas.
-¡Harry, detente ya! –dije riendo- Si Anne baja va a matarnos.
-No seas aburrida ______-rió-
Le lancé una almohada y él la atrapó muy ágilmente.
-Bueno, ya –dijo acomodando su cabello- limpiemos.
Comenzamos a limpiar y al terminar nos sentamos en el sofá, exhaustos.
-No la terminamos de ver por tu culpa, Harry –le di un leve empujón e hice un puchero-
-Quería hacerte reír, _____-me devolvió el empujón e imitó mi voz-
-Ya, deja de hacer eso –dije riendo refiriéndome al empujón-
-¿Qué? ¿Esto? –volvió a darme el empujón y yo lo fulminé con la mirada-
-Sí, eso.
Esta vez, yo lo empujé con mucha más fuerza pero Harry haló de mis brazos haciéndonos caer al suelo, uno encima de otro. Nos reímos por el acto hasta que poco a poco nuestras risas se fueron apagando y nuestras miradas se cruzaron, haciendo nuestra vista fija hacia los ojos. Sentí su cálido aliento muy cerca del mío y luego vi como su boca me regalaba una media sonrisa.
-¿Chicos qué pasa?
La voz de Gemma nos hizo separarnos rápidamente y levantarnos del suelo como un rayo.
-Nada Gemma, sólo que…-ella lo interrumpió-
-Hey, no necesito explicaciones, no me molesta –nos guiñó un ojo y se dirigió a la cocina-
Harry y yo nos miramos divertidos para luego cada quien dirigirse a nuestras respectivas habitaciones.
