-¿No escuchas? No me agradas, cómo se nota que eres un estorbo, no sólo para mí, sino para esta familia, ahora responde querida, ¿qué haces aquí?
-Primero que todo, el estorbo aquí eres tú, porque si no fuera por Harry, a nadie en este casa le agradaría tu asquerosa compañía y segundo, yo no tengo por qué darte explicaciones a ti, Harry sólo me dijo que viniera, eso es todo lo que sabrás.
Me sentí tan bien diciendo eso, como si me hubiera quitado un peso de encima, ¿entienden? Ahora comprendo por qué Gemma y Anne no soportaban a esta chica y habían huido de casa antes de su llegada.
-Mira tú, pedazo de…
En ese momento Harry llegó, muy oportuno por cierto, traía pocas bolsas en la mano. Inmediatamente, Mónica se acomodó en el asiento y volvió a sacar su espejo, como si no hubiera pasado absolutamente nada. Ya entiendo, esta chica era de esas que te tratan como mierda cuando su querido novio no está y cuando llega, es la más santa del mundo. Yo en cambio, me quedé observando a Harry, en realidad me gustaba hacerlo y admirar su hermoso perfil, pero no me malinterpreten, no me gusta Harry o algo así, sólo que cualquier chica consiente se daría cuenta de lo guapo que es.
-¡Llegué! ______, te traje helado porque me dijiste que te encanta, sólo que no sabía qué sabor, así que traje de vainilla y caramelo
-Muchas gracias Harry, acertaste con el sabor –mordí mis labios y sentí la mirada furiosa de Mónica-
-Y a ti hermosa, te traje tu chocolate preferido –Harry besó su mejilla y ella lo tomó del cuello para darle un feroz beso en los labios al que Harry correspondió gustoso-
Se me revolvió el estómago al ver esa escena, no entendía qué le había visto Harry a Mónica, es decir, es hermosa, pero eso no cuenta si su personalidad es un asco. Ah claro, es que Harry no sabía cómo era Mónica, ahí el detalle. Me levanté del sofá y dejé a los enamorados con su asqueroso beso, si es que eso era pues parecía que se estuvieran comiendo mutuamente. Fui a la cocina y preparé las palomitas que había traído Harry, las puse en un bote y salí de nuevo a la sala esperando no encontrarme con su acto de besuqueos.
-Oh, gracias por adelantarte ______ -Harry me guiñó un ojo y tomó el bote-
Mónica puso la película y Harry apagó las luces. Veríamos una película de miedo, por lo que seguro Mónica y Harry se seguirían comiendo sus lenguas. Me senté en el extremo más apartado del sofá y comencé a comer mi helado, no quise comerlo todo para guardarle a los demás pero Harry me dijo que a nadie en la casa le gustaba ese sabor. Una que otras veces Mónica pegaba un grito agudo que hacía que Harry y yo no sobresaltáramos, pero él la abrazaba y de vez en cuando escuchaba el sonido de sus labios chocar.
-OH DIOS, Harry. Nunca más volvemos a ver una película de miedo, me asusté muchísimo –dijo fingiendo llorar yo sólo volteé mis ojos y encendí las luces-
-Vamos, no dio tanto miedo Moni, tranquila –le mostré una falsa sonrisa y ella me fulminó con la mirada-
-Bueno hermosa, te llevaré a casa, suerte que no queda lejos de aquí –le dijo Harry a la rubia-
-¿No quieres quedarte en mi casa un rato más? –le susurró Mónica en el oído a Harry haciendo que él se estremeciera-
Yo sólo rodé mis ojos y fui a lavar los trastos a la cocina.
-No linda, no puedo, le prometí a _____ llevarla a cenar –escuché que decía Harry-
-¿Puedo ir con ustedes?
¡NO! –pensé- Rogué para que Harry dijera que no, no podría soportar que estuviera en la cena con nosotros.
-Lo siento Mónica, ya hice la reservación para dos, será otro día.
Suspiré aliviada y salí de la cocina cuando Harry se fue con Mónica, subí a mi habitación y la ordené un poco. Al poco tiempo, llegó Harry y me llamó a su habitación.
-Veo que te agradó Mónica –musitó sonriendo-
No le diría que no, se veía tan feliz con la idea de que esa “barbie” me agradaba, además, se vería grosero si le dijera que no.
-Es muy… dulce y bonita –sonreí sin mostrar mis dientes y luego me senté a su lado-
-Sí, lo es –suspiró enamorado- por cierto, el restaurante es formal, si compraste vestidos es hora de usarlos, impresióname _______ Williams.
Yo sólo reí y asentí con la cabeza para luego salir de su habitación.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
-Ya ______, te ves preciosa –exclamó Gemma- ¿cómo te fue con la arpía?
-Ash, ya te entiendo amiga, es como sal en tu café.
-JA, te dije, no la soporto y no creo hacerlo.
-¿Qué le ve Harry? –dije poniéndome mis tacones negros-
-No lo sé, siempre dije que él está mal de la cabeza. Toma, estos aretes combinarán perfecto con lo que traes –dijo mirándome asombrada- Tú ya eres hermosa pero con esto te ves…
-Espectacular –completó aquel chico observándome con sus perfectos ojos de esmeralda- ¿Estás lista?
No pude evitar ruborizarme y mirarlo a los ojos, lo cual fue peor porque me ruboricé aún más, esperen, ¿por qué rayos hice eso? Gemma me pasó mi bolso y nos dio un adiós con la mano haciéndome señas de que luego hablaríamos.
-Debo decir que tú te ves muy bien, es decir, te peinaste –dije montándome en el asiento del copiloto-
Harry rió.
-Pues gracias –musitó encendiendo el auto y partiendo hasta el restaurante-
Debo admitir que hasta su voz era sexy y hoy en especial se veía muchísimo más guapo de lo que es. Suficiente, debo tranquilizarme, cada vez que me enamoro todo termina mal, por eso lo mejor era no prestarle atención a los chicos.
-¿En qué tanto piensas? –preguntó Harry-
-En ti…-respondí-
