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Para demostrar hechos las palabras se quedaban cortas.

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Capítulo 4

—¿Cuál? —solté pensando que había escuchado mal.

—Chase debe acompañarte.

—Debes de estar bromeando. —solté con amargura negándome a decir que sí.

—No estoy bromeando, Bárbara, tienes que ir con él. Esa es mi condición.

—¿Por qué tiene que ir? —lo mire seria sintiendo el disgusto atravesar cada célula de mi cuerpo.

—Porque es tu hermano.

Bufé, esa excusa era totalmente tonta.

Cómo la de que él sí podía tener un tatuaje y Adam no.

—¿Eso qué tiene que ver?, lo único que va a hacer es humillarme. —añadí negando, sintiendo un nudo cruzar mi garganta desde que mi progenitor lo había nombrado.

—Hija, él no hará eso. —aseguró y sus ojos me lo afirmaron, pero esa pequeña chispa que vi, me dio a entender que no lo aseguraba, era algo que esperaba.

—Por favor, deja que Andrew vaya por lo menos.—rogué haciéndole ojitos, se froto las cienes negando suavemente.

—Bien, pero no va a quitar que tu hermano vaya contigo.

Suspiré sabiendo que no lo haría cambiar de opinión siquiera, así que me levante y asentí.

—Bien. Voy a arreglarme. —y sin más salí del despecho dirigiéndome a la habitación.

Apenas entre en mi baño entre a la ducha quitándome la ropa con agilidad, mi cuerpo anhelaba la lluvia artificial.

Deje que esta me cubriera por completo y me relaje olvidando todo.

Minutos después estaba dentro de mi armario sujetando la toalla alrededor de mi cuerpo mientras buscaba algún conjunto.

Encontré unos pantalones de mezclilla pegados, un top turquesa claro y mis converse blancas.

Esto de vestirme así era nuevo para mi, Danessa siempre me traía este tipo de conjuntos cuando iba de compras, decía que sí algún día cambiaba de opinión en mi vestimenta ahí tendría miles de opciones.

Decidí intentarlo sólo por hoy.

Desenrede mi cabello ágilmente tarareando una canción que había escuchado en la mañana, me recogí el cabello en un moño alto y sonreí colocándome lentes de sol.

Tomé un bolso donde guardé mi celular, bálsamo de labios, mentas y mi pequeño neceser de emergencia, un cargador y mis audífonos.

Estaba emocionada por ver a Finn, este último mes no había podido hablar con él debido a que estaba en Canadá con su familia, me emocionaba muchísimo sólo el saber que pronto podría abrazar a mi mejor amigo.

Vi a Chase apenas salí de mi habitación mientras ajustaba mi bolso.

—Simio. —dije para captar su atención de inmediato.

—¿Qué sucede? —volvió su vista a su celular distrayéndose.

—Tienes que acompañarme a Starbucks ahorita. —alzó una ceja ante mi respuesta viéndome con diversión.

—Nah. ¿Quién dijo? —se cruzó de brazos burlonamente.

—Oh, créeme que tampoco quiero que vayas. —lo mire con amargura.— pero papá dijo que debías hacerlo.

Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora