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Capítulo 31
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Los juegos.

—Sabes bien a te estás enfrentando nuevamente, Connor. —la voz de Nathanaël resonó cerca, quise acercarme pues sentía mucha curiosidad, pero algo me decía que no lo hiciera.— estás jugando con fuego.

—Lo recordó, Nath. Recordó ese momento... —su voz sonó algo atontada pero el moreno lo hizo reaccionar moviéndolo de los hombros. —Jona...

—No, nada de Jona. Sabes bien a en que te estás metiendo, amigo, y aún no es el momento, un recuerdo no significa nada hasta que llegue el momento.

¿De qué están hablando?

Me alejé de las maquinas de basquetbol pensativa, había pensado en preguntarle al castaño sí él sabía que era lo que había pasado antes. Sólo que ya no tenía ganas de hablarle.

—Mira lo que tenemos aquí, Luis.

Ay no.

Los malos recuerdos vivieron a mi mente.

Mi ira también con ellos.

—La rata de biblioteca. —chillo Karen riéndose simulando a una hiena, hice una mueca por el sonido de su voz y traté de alejarme, me sentía demasiado enojada.— ¡¿no ves que te estamos hablando, estupida?!

—No me toques. —gruñí empujándola antes que jalara de mi cabello, ella se cayó por la fuerza que aplique al apartarla, todo se quedó en silencio.

Jack me miró sorprendido por un momento, pero volvió a su expresión burlona, Chase estaba ahí y me miraba con cierta repulsión.

¿Qué diablos les ocurre a estos tontos?

Volví a intentar alejarme de ellos pero sentí como algo jalaba mi pie y caía al suelo.

—Ya no eres tan valiente ahora, ¿no es así, rara? —sonrió con cinismo Luis viéndome desde arriba, algo me decía que iba a intentar patearme y no estaba muy cerca del personal de seguridad en este lugar. 

Cubrí mi estómago por instinto y antes de sentir un golpe sentí una mano tomar la mía, me levantaron del suelo y cuando abrí los ojos vi a Connor, esos ojos que tanta tranquilidad me daban ahora mismo parecían los del mismísimo demonio, pues estaban tan oscuros y distintos a su color habitual que apenas podía concentrarme.

—Nathanaël, aléjala. —dio una orden con voz gruesa, sin dejar de mirar fijamente a los chicos que antes habían estado listos para hacerme daño, sabía lo que iba a pasar si él me alejaba.

No quería golpes.

No, eso no estaba bien.

Noah estaba del lado de Connor con la misma expresión que él, los nudillos de ambos ya estaban blancos de la fuerza que aplicaban en estos.

—Ya no se sienten tan hombres, ¿eh? —la voz de mi chico, ¿qué estoy diciendo?, el punto es que distorsionó y hasta a mí me dieron escalofríos, Karen se escondió detrás de Jack asustada pero al parecer Kristine no tenía esos planes para ella porque la jalo del cabello poniéndola al frente.

—¿Se siente bonito pasar por lo mismo ahora, tipeja? —la pelirroja ante mi mirada le soltó el cabello y la miró despectivamente.— golpeas y luego te escondes detrás de personas que son igual de miserables que tú, no te parece algo irónico?, en especial molestar a los que no saben defenderse?

Por primera vez en mi vida, vi Karen tenerle miedo a alguien, Kristine se alejó de ella mirando ahora a Chase quien seguía sin inmutarse ante ellos con esa mirada de desprecio en sus ojos.

—Tú. Se supone que eres su hermano, quien debe cuidarla al ser la hermana menor, pero no, resulta que eres una... una persona despreciable.

—Kristine sí por mi fuese hubiese deseado que ella jamás compartiera sangre conmigo. —me miró ahora a mí y temblé un poco, pero no de miedo, pues el sentimiento que me abrumo no pude describirlo.

—Vámonos.—tome las manos de los chicos aunque Noah ya había sido alejado por mis primos y los chicos a Connor, eso no quiere decir que el último perdió el momento, atinarle un golpe seco a Chase en el rostro logrando que perdiera el equilibrio y cayera en el suelo. —Basta Connor, en serio no lo valen.

—¡Animal! —chillo Karen agachándose para revisar a quién era mi supuesto hermano con urgencia.

—Y eso no es nada comparado a lo que va a pasarte si vuelves a acercarte a Barbara, también va para ti Harries. —gruñó dejándose alejar por mí, fue ahí cuando me di cuenta que Jack lo miraba enojado pero no le respondió.

Los de seguridad nos pidieron que nos retiráramos y eso hicimos, aunque Connor seguía igual de tenso desde que habíamos salido de ahí, su mirada estaba perdida aún y Nath decía algo de que había provocado algo con su presencia. 

Miré mis manos cuando sentí un cosquilleo en estás y vi salir pequeños destellos de mis dedos, destellos que pasaron desapercibidos para todos.

¿Esto es normal?

¿Por qué?

Ignoré el dolor repentino de cabeza y la punzada en mi brazo, mordí con fuerza mi labio evitando ver a alguno de los chicos, no quería volver a desvanecerme, porque esa voz que me advertía de las cosas me rogaba porque no me dejara llevar.

Mi cuerpo se sentía débil, me costaba respirar y el esfuerzo que estaba haciendo por mantenerme estable era casi imposible.

Necesito salir de aquí.

—¿Carson?, lamento molestarte ahora mismo pero... necesito volver a casa con urgencia. Sí, perfecto, aquí te espero. —colgué el teléfono cerrando mis ojos con fuerza.

Adam, no me siento bien, estoy volviendo a desvanecerme, acabo de ver algo de lo que mencioné sobre mis dibujos.
"6:30

Respira profundo y piensa en las nubes, concéntrate en ellas, el color blanco y esos tonos rosados. No dejes que se te acerquen, Barbara.

La voz habló en mi mente y sentí mi pulso ir más rápido.

Algo no estaba bien.

—Hey Barby, ¿estás bien?, te ves algo pálida... tienes fiebre.

Escuché la voz de Kristine y negué efusivamente, traté de disimular que no pasaba nada pero la voz escalofriante quería dominar mi cuerpo de nuevo llevándome a ese bosque oscuro.

—Es sólo, creo que tome un resfriado, pero Carson ya viene por nosotros, yo, debo, tengo que contestarle una llamada a Danessa. —mentí en lo ultimo rogando porque ya llegará Cas, ella me observó confundida e intentó volver a tocar mi frente, me alejé antes que su mano logrará su cometido y señale el auto de nuestro chofer.— mira ahí viene Cas, vamos.

Ella siguió inspeccionándome con la mirada pero no dijo más nada, nos despedimos de los chicos quienes ya se iban a no sé dónde y subimos al auto.

Necesitaba mantenerme despierta.

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Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora