Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}

33

Capítulo 33
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Lobo tormentoso.

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Noche buena.

—Y le dijimos, piénsalo bien porque será el color permanente. —Noah evitó reírse al mirar al casi albino, que ahora parecía tener una explosión de colores en su cabello.—y dijo, "ustedes siguen siendo unos niños que no entienden de estética.", cuando le aplicaron se dio cuenta de que ese, "no me importa el color" era arcoíris.

—Ya cállate, Jona. —bufo serio el de cabello colorido haciendo reír de nuevo al grupo. —la cosa es que me van a arreglar este pequeño inconveniente en una semana.

—Pobre de ti, Nath. —Clary hizo un puchero que logró hacer al de ojos casi cristalinos regalarle una tierna mirada.— igual se te ve bien, tienes estilo para lucir lo que te pongas.

Kristen y yo nos miramos divertidas, mi pequeña hermana se había sonrojado a un nivel extremo por esa sonrisa roba corazones del chico.

Diez puntos por su coqueteo discreto.

Todos los chicos habían venido a pasar noche buena con nosotros, así que cada uno vestía un esmoquin a la medida.

Y yo moriría sin decía que ninguno se veía guapo, pues hasta mis primas menores estaban embobadas con ellos.

Una belleza única.

Cómo la mía en el espejo aquel día.

Había vuelto a usar de nuevo mis anteojos pero sin ningún tipo de aumento, no quería levantar ninguna sospecha.

Incluso el tatuaje de la otra vez había desaparecido de mi piel automáticamente como cuatro días atrás.

—¡Barbara! —llamó con emoción la pelirroja que hace unos minutos atrás estaba a mi lado, Shane sonreía igual que ella y eso me hacía temblar. —mira arriba.

Un muérdago.

A mi lado se encontraba el mismísimo Connor, había regresado de buscar el ponche de frutas. Lo miré y él subió la mirada, notó el muérdago, me sonrojé porque sabía exactamente lo que significaba la tradición.

—Con un beso en la mejilla me conformo. —me interrumpió él como si hubiese leído mi mente, le regale una sonrisa con ternura y asentí. Me acerqué a él plantándole un beso en la mejilla.

"Ella nunca será mi perdición."

Abrí los ojos confundida viendo al castaño, ¿qué acaba de pasar?, sus ojos se fijaron en los míos y me perdí.

Volví a verlo en antiguas ropas al estilo victoriano, esta vez portaba una especie de capa con capucha color negra y me sonreía sujetando mi mano, bese su mejilla escuchándole decir "hermosa".

—Barbara. —volví a la realidad por la voz del mismo protagonista de esa extraña visión, él me regaló una mirada que hizo que mi piel se erizará.

Lo vi alejarse poniéndose nervioso de nuevo y perderse dónde los adultos charlaban animados.

Mi padre no había podido llegar, así que lo veríamos antes del último día de clases, cuando terminaba por fin su largo periodo de tiempo en donde sea que se encontraba.