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Capítulo 36
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Fuerza extraña.

•—Finales de mayo—•

—¡Connor! —me quejé riendo notando que empezaba con las caras de imitación de uno de los Harries mientras estábamos en el campus, lejos del entrenador quien gritaba que daríamos unas veinte vueltas más. —¡hey!

—Es la sed la que me hace cometer estas tonterías de tonterías, además, nadie le dio permiso a Valeria Y Jack Harries de burlarse de ti. —me encogí de hombros, me lo había visto venir con el distanciamiento de mi supuesta mejor amiga.

Era común que ella se juntará ahora con Chase y sus amigos, era su novia después de todo.

Un poco cliché.

—A ver dame una sonrisa de esas que animan el día antes de ir a trotar de nuevo. —me cubrí los labios antes que notase la sonrisa que había logrado en mí, él me guiñó un ojo sonriente y besó mi mejilla antes de alejarse.— ya te vi, bonita. —y tras decir eso salió corriendo para volver a la clase que más decía yo que "tortura", peor que la de Anastacia y Kenav.

Me levante de la grama volviendo a trotar recogiéndome el cabello en el camino, necesitaba ir con calma o si no podría caerme.

Hablé muy tarde.

—¿Viste cómo se cayó? —se burló Karen riéndose tal cual hiena palmeando la espalda de mi mejor amiga, quiero decir ex-mejor amiga.

—Fue extremadamente divertido, así aprende a no meterse con nosotras, Kari. —la voz de Valeria me dio cólera, así que me levanté como si nada y las ignoré, no valían mi tiempo.

Sí sabía que ellas habían metido el pie para que me cayera cuando pase por su lado.

Quizás estaba haciendo mucho drama, pero algo que sí me había hecho dar cuenta que ya no era esa Valeria que conocía, fue aquella mirada que me dio con desprecio, como si me culpara de algo.

—¡Constantine!, no usted, ¡siga en la fila! —gritó el entrenador y usó silbato.— ¡señorita Constantine!

Llegué a su lado con una extraña rapidez que me dejó sorprendida, creo que no fui la única en notarlo. 

—¿Acaso ha estado practicando?

—¿En correr?

—No digas que no sabes. Miente.

Fue lo que ordenó esa voz femenina que tenía tiempo sin escuchar.

—La verdad es que... sí, ya sabe, quiero ser buena corredora. —¿en qué embrollo me estaba metiendo con esa mentira?, para darle más credibilidad a mis palabras sonreí emocionada.

—Debería de entrar al equipo de corredores, señorita Constantine.  —respondió el hombre de gorra pensativo.— un talento como ese no debería de desperdiciarse. 

—Eh... me gustaría decir que opino lo mismo, pero ya estoy en mi propio equipo de corredores. —reí con nerviosismo pensando más en las clases de defensa.— fuera de la escuela, claro está.

—Considere en que eso con el equipo de aquí de la escuela también le ayudaría a conseguir una beca. —su tono ambicioso me hizo querer bufar, pero me contuve, no quería ir detención.

—Lo pensaré. —y antes que dijera algo más, mis compañeros parecieron llamar su atención pues estaban tirándole agua a las chicas con sus botellas.

—Siga en las otras vueltas, señorita Constantine. —dio de orden y se dirigió a donde los chicos estaban sonando su silbato.

Gracias a la vida por no dejar que el profesor se volviera insistente porque quiere ganar también con ese equipo.

Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora