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Tan oscura como la noche pero tan dulce como la miel.
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Capítulo 21

Llamadas que calman.

Abrí los ojos bruscamente al notar que mi celular vibraba estresándome.

—¿Hola? —medio dormida coloqué el celular en mi oído sin darme cuenta siquiera quien había llamado.

¡Barbara!, cariño, ¿qué lindo oído? —bromeó la voz de Danessa con diversión y alegría.

—Era una videollamada. —murmuré para mi misma sonrojada por la vergüenza y luego acomodé mejor el celular para que me pudiese ver el rostro, la escuché reír divertida y cuando me miró toda su alegría se esfumó.— Hey Nessa.

—¡¿Pero qué demonios?!, santo cielo, mi niña... pero qué te pasó?! —trató no sonar tan alterada y fue cuando me di cuenta que el rato que había dormido mi rostro se restregó mucho contra la almohada porqué podía observarse un poco de ese morado.

Me reí nerviosamente y no dejé que me siguiera viendo el rostro tirando el celular encima de la cama mientras avisaba que estaba buscando mi cargador y me echaba sombras moradas debajo de los ojos.

—Es que estaba soñando maquillarme de esta forma. —respondí sintiendo mi voz insegura mientras le enseñaba la paleta de sombras y acomodaba el celular frente a mí.— deben ser mis ojeras también lo que debes ver, tengo tiempo sin dormir bien por los deberes y eso.

¿Está todo bien, cariño? —su voz seguía destilando preocupación total y de por sí sus ojos se habían aguado, pero logró disimularlo. —¿No has tomado un descanso?

No me gustaba mentirle sobre las cosas que me pasaban, pero creo que me había vuelto una perfecta mentirosa con el tiempo.

—Sí, está todo en orden. —sonreí forzosamente y un poco de alivio se posó por su rostro con suavidad, aligerando su ceño.— claro que sí, Hazel me había comentado que papá hizo que mis actividades extra curriculares disminuyeran, así que me he tomado lo del descanso en serio cuando puedo. —le respondí tratando que mi voz no siguiese flaqueando más, apenas dije eso, alzó una de sus bien definidas cejas y sonreí divertida.—pero prometo tomar un descanso más seguido con esto, lo siento mamá —ella se rió conmigo y su mirada estuvo tranquila.

—¿Qué tal van las clases?

—Vaya... —arrugue mi nariz y ella se carcajeó ante mi gesto divertida.

Vale, vale, después me contarás. ¿Cómo han estado tus hermanos? —mis facciones relajadas se cayeron con esa pregunta, tragué duramente apretando los labios con disimulo, no quise contarle nada sobre lo de Chase.

—Aquí extrañándolos muchísimo, todo bien. —sentí la tristeza abarcar todo mi cuerpo soltando un largo suspiro.

Mentiras y más mentiras.

Oh pequeña... no te pongas así, princesa. Pronto regresaremos, faltan muy pocos meses, y ya verás que cuando vuelvas a abrir los ojos notarás lo rápido que se pasó el tiempo. —su mirada maternal al igual que su tono de voz afligido pero dulce lograron hacerme sentir de alguna forma mejor.

Aprecie por un momento sus ojos, de un verde casi amarillo, un tono muy irreal a decir verdad, eran bonitos y siempre transmitían tranquilidad, sus rizos amarillos y su piel blanca.

De por sí a veces pensaban realmente que era mi madre biológica cuando ella me llevaba de compras.

—Estoy esperando que vuelvan con ansias, sinceramente. —reí limpiándome las pequeñas lágrimas que se me escapaban.

Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora