Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}

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Capítulo 37
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¿Recuerdos perdidos?

•—Junio—•

—Creo que ya no puedo más. —me bebí toda la botella de agua suspirando con cansancio cuando Kenav y Anastacia se negaron a que me rindiera.

Ya no podía más, el entrenamiento me estaba matando.

Además que quería ver a papá, pues al parecer hoy llegaba.

—Es demasiado entrenamiento por hoy. —se dieron una mirada entre ellos y parecieron pensarlo, hoy por fin había logrado el doble de lo que había hecho antes.

—Bien, puedes irte a casa, pero tienes que recordar practicar más la fuerza que lanzas.

—Lo haré, nos vemos mañana otra vez, chicos. —sonreí.

—Ya sabes lo que tienes que hacer para mañana.

Asentí de acuerdo con ellos y salte emocionada, por fin podría irme a casa.

Me alejé e ellos para tomar el bolso donde guardaba mis cosas e irme a cambiar, ya con el pantalón de algodón de yoga y el suéter ancho salí del gimnasio, saludé a Carson sonriendo y él me devolvió el gesto abriendo la puerta del lado en el que iría.

—Al fin a casa, Cas.

—Así es, señorita Barbara. —él compartió conmigo el mismo entusiasmo empezando a manejar, tomé mi celular mandándole un rápido mensaje a Connor de que estaba bien y otro a Adam.

Cuando por fin habíamos llegado a la casa de mi madre, salí corriendo después de decirle gracias a Carson, abrí la puerta subiendo las escaleras con rapidez hasta mi habitación.

Necesitaba una buena ducha antes de saludar a todos.

•••

—¿Barbara? —cerré el libro que leía al ver a nana asomarse.— cariño, ya llegó tu papá. —me aviso y sin perder el tiempo me levanté de la cama con rapidez, por fin vería a mi progenitor.

Baje los escalones de dos en dos demasiado alegre, salte a los brazos de mi padre viéndolo de espaldas, él rápidamente me tomó en el aire y me abrazo aliviado, lo noté cuando suspiro.

¿Qué le ocurría?

—¡Hija!

—Hola papá. —salude con una amplia sonrisa y él me dejó en el suelo de nuevo, Hazel lo miraba desde el inicio de la escalera con seriedad, por eso mi progenitor miraba anteriormente a ese lado.

—¿Drew? —Danessa estaba bajando las escaleras, pues había llegado minutos antes que papá para ver cómo seguía Adam de su resfriado.

Nessa corrió a los brazos de mi papá y lo abrazó con fuerza, como si tuviese miedo de que se desapareciera.

—Estoy aquí, preciosa. —dijo él en voz baja, que igual logramos escuchar.

La azabache carraspeó llamando la atención de la pareja y estos se separaron un momento tomándose de las manos.

—Hay un tema que tratar, Drew. —la seriedad de su voz nos llevó a un ambiente tenso.

—Cierto, Barbara, hija, tenemos que hablar de un tema importante.

—Ven, vamos al despacho. —La rubia llegó a mi lado guiándome hasta el lugar que habían dicho, el despacho de Hazel.

Una vez llegamos la misma cerró la puerta y nos pidió que tomáramos asiento, a mi frente a mi padre, Nessa al otro lado y Hazel en otro sofá.