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Capítulo 40
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Mentiras del pasado.

—Entonces dices que básicamente se te cayó el helado por hacer una ¿pirueta? — Connor se sienta frente a mí asintiendo con una amplia sonrisa después de que verificará que yo no tuviese fiebre.

Un terrible resfriado el cual había obtenido por salir dos días a correr bajo la lluvia.

Estornudé nuevamente mirando hacía a otro lado evitando ver al castaño frente a mí.

—¿Qué pasó por tu cabeza para que salieras dos días a correr bajo la lluvia?

¿Enterarme de que era una especie que daba por ficticia y que toda mi vida eran mentiras?

Sumando el rencor que mi padre y tía materna se guardan aún entre ellos, y que nunca fueron pareja.

Sigo sin entender cómo pudieron haberme mentido por tanto tiempo con mi verdadera madre. Es un lío que me deja fuera de juego. 

Ella siempre estuvo tan cerca pero tan lejos.

—Nada, sólo quería sentir la lluvia, pero creo que calcule mal el tiempo.  —respondí con una sonrisa ladina dejando mis pensamientos de lado, en verdad que mi vida era un caos ahora.

En esos dos días Hazel me había devuelto todos mis recuerdos por petición de mi madre, sé que algunos no, pero por lo menos podía estar bien con los que tenía sacando las pesadillas del bosque y el lobo que solía visitarme.

¿Estará bien mi melliza?

—Tierra llamando a Barbara. —la mano de Connor se posó frente a mí haciéndome reír, él me pasó un bolsa con dulces y otra con un sándwich. 

Amo los sándwiches.

—Gracias, señor cool. —bromee mirándolo esta vez a los ojos.

Esa conexión que siento con él es tan impresionante que me cuesta explicarla más detallada, en verdad me siento bien a su lado, es como si alguna forma fuese mi complemento.

Él entrelazó su mano conmigo besando mis nudillos segundos después, esa electricidad qué pasó por mi cuerpo no fue desapercibida.

—Más hermosa que tú, nunca, Milady.

Otra vez tiene otro traje de la época, miró mi cuerpo y notó el vestido rojo vino el cual poseo, mis manos tienen guantes negros hasta el codo.

—Lo dudo.

—Nunca lo dudes, eres perfecta en todos los sentidos. Como un ángel.

¡¿Qué fue eso?!

¡¿Por qué nos sigo viendo en otra época?!

Connor suelta mi mano con nerviosismo levantándose del lado de la cama donde estaba sentado.

—Voy a buscarte la sopa que dijo tu mamá. —avisó saliendo de la habitación, dejándome más confundida de lo que estaba. 

Esa era otras de las cosas que no entendía para nada; hasta que ese tipo de recuerdos o imaginaciones, lo que sean, en mi mente no me dieran algo en específico para investigar, no tendría nada que buscar.

Me fijé en la ventana, hoy el clima estaba tempestuoso, por más que la habitación se sintiese cálida gracias a la calefacción, un día lluvioso frío, el mismo se filtraba por las aberturas de las ventanas, esas pequeñas brisas sólo lograban que se me erizará la piel.

—¡Volví, milady! —la voz del castaño me hizo prestarle toda mi atención nuevamente, sonreí divertida cuando él hizo un pequeño baile manteniendo la sopa con cuidado, reí risueñamente, definitivamente Connor era único.— aquí está, esto te ayudará con todos tus males.

Una vez más, una oportunidad más #1 {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora