Viernes 27 de enero, 2017.
Para la persona que me dio la oportunidad.
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No importa si tu dolor es un grito o es un berreo, si tu nariz escurre y tus ojos se enrojecen. Si tu mueca es la más horrible porque tu corazón se está desgarrando.
Y quizá las personas te observen y no se puedan sacar de sus mentes tu rostro adolorido, lo podrido de tu alma reflejada en tus ojos. Y quizá les duela y aparten la mirada, o tal vez sientan asco de tus lágrimas.
Pero cuando muere alguien puedes gritar, llorar, berrear de dolor. Porque tienes el permiso, porque tienes la necesidad y lo harás sin importar qué.
Porque duele, y quema, y ahoga. Y te deshidratas, te cansa, te destiñe.
Pero tienes la necesidad, y sin aviso gritarás y rasgarás tus mejillas con las uñas. Y tu alma dolerá, y tu corazón se contraerá, y pensarás mil y un preguntas y mil y un respuestas que no responden o preguntan nada. Ni se oirán, o se entenderán, porque tus cuerdas vocales y tu cerebro no están funcionando.
Y cuando se sequen tus lágrimas, seguirás llorando, porque así es todo.
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Historias de mis pesadillas y sus asesinos
Kurgu OlmayanVarias veces, cuando era niña, soñé con un apocalipsis; Estaba escondida bajo la cornisa de una ventana junto con mi hermana, y desde nuestro escondite podíamos ver las piernas y los pies de las criaturas, y podíamos escuchar los gritos de terror de...
