Parte 1 Sin Título

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«Bienvenida a tu nueva casa»

El guardia cerró la puerta detrás de él, dejando a la joven rubia con su compañera de celda. Esta estaba acostada sobre su camastro, un libro en las manos.

«Hola, me llamo Emma Swan»

La morena levantó la mirada de su lectura y se quitó las gafas. Escrutó a la rubia de arriba a abajo antes de murmurar

«Regina Mills»

«Encantada, Regina»

Emma se encaminó hacia su cama y se puso a desplegar las sábanas que estaban puestas sobre el colchón.

«¿Entonces? ¿Cuánto tiempo llevas aquí?»

La morena elevó la mirada, ya molesta por el parloteo de su nueva compañera de celda. Se volvió a poner las gafas y hundió la nariz en su novela para hacer comprender a Emma que no tenía la intención de conversar con ella. La rubia resopló

«Va a ser largo si no me diriges la palabra»

Regina no contestó, lo que exasperó aún más a la joven. Continuó haciendo su cama en silencio y colocó las cosas personales que había podido mantener con ella y que no eran susceptibles de ser utilizadas como arma. Cuando ya no tuvo nada que hacer, la joven se echó en la cama y se quedó mirando hacia el techo. Estaba ahí desde hace apenas media hora y ya se aburría. Emma se giró hacia su compañera y pudo contemplarla sin ser vista. La rubia debía admitir que la encontraba bonita con sus cabellos negros que le caían sobre los hombros, sus ojos negros y su boca sensual. Emma sacudió la cabeza, ¿qué le pasaba de repente para estar pensando en ese tipo de cosas? Suspiró y se puso a pensar en Neal. La había traicionado, es verdad, pero no podía impedir que su corazón latiera por ese "chico malo" ¿Cómo había podido dejarse enredar de esa manera? Ella que antes de conocerlo había sido tan desconfiada. Una sirena se puso a resonar por toda la prisión. Emma se levantó bruscamente de la cama

«Mierda, ¿qué es eso? ¿Qué pasa?»

Regina cerró tranquilamente su libro y lo dejó sobre la pequeña mesa al lado de su cama. Se levantó y esperó cerca de la puerta

«Cálmate, solo es la hora de comer»

La rubia suspiró de alivio

«Bufff, bien, ¡me he asustado! Eso suena bien, tengo hambre. Espero que sea buena

La morena no pudo reprimir una carcajada

«Es bello soñar, Swan»

Emma iba a replicar cuando la puerta se abrió. Sin esperar, Regina se precipitó fuera de la celda

«Hey, pero espérame, soy nueva, no sé dónde está el refectorio»

La morena continuó su camino sin darse la vuelta. Emma tuvo que casi correr para llegar a su altura. Al llegar, ella recorrió el lugar con la mirada. Este era grande y lleno de mesas. Había una fila de chicas que esperaban su turno para ser servidas. Emma tomó una bandeja y se puso detrás de una chica, de más o menos su misma altura, cabellos morenos con reflejos rojos. Esta se giró y le ofreció una gran sonrisa a Emma

«Hey, hola, ¿eres nueva?»

«Eh...sí, me llamo Emma, ¿y tú?»

«Ariel. ¿Con quién compartes habitación?»

¿Habitación? La rubia se dijo que ella no debía tener el mismo concepto que la joven.

«Regina Mills»

Ariel abrió desorbitadamente los ojos

«¡Oh!»

Emma sintió formarse una bola en su vientre

«¿Qué? ¿Por qué pones esa cara?»

Pero la joven no tuvo tiempo de responder porque era su turno de ser servida. Una mujer mayor le tendió su plato.

«¡Gracias, Granny! Huele muy bien lo que nos has preparado» dijo Ariel sonriendo

La mujer gruñó sin responder. Emma, en cambio, miró su plato con gesto atónito

«¿Qué es esto? ¡Parece papilla!»

«Oh, no te preocupes, te acostumbrarás»

«Sí...» dijo la rubia sin estar del todo convencida

Se sentaron las dos en una mesa vacía. Emma comenzó a comer y estuvo a punto de escupir, era inmundo

«¿Cómo puedes comer esto?» preguntó a Ariel

«Bueno, no hay elección, tengo hambre»

Emma suspiró y picoteó en su plato regañándose con cada cucharada. Mientras comía, observó el lugar y vio que la mayor parte de las prisioneras la miraban

«¡Tengo la impresión de ser un monstruo de feria!»

«No te inquietes, pasará, lo hacen siempre con las nuevas. En cambio, ¿ves a esa chica de allí con el pelo castaño?»

La rubia se dio la vuelta

«Sí, ¿quién es?»

«Se llama Aurora, tiene cara de ángel, pero es una auténtica zorra, ten cuidado con ella. La asiática que está a su lado es Mulan, siempre andan juntas»

Emma se echó a reír

«¿En serio? ¿Cómo en los cuentos de hadas? ¡Es muy raro! ¿Qué han hecho para estar aquí? ¿Mataron a Bambi?»

«Deja de reír, hablo en serio, ¡desconfía de ellas!»

La joven dejó de reír y se puso seria ante el aspecto severo de su nueva amiga. El resto de la comida transcurrió en silencio

«Por cierto» dijo Emma «¿Por qué te asombraste tanto antes cuando te dije que compartía celda con Regina?»

Ariel lanzó una mirada inquieta a su alrededor y se inclinó para que las otras detenidas no pudieran oír su respuesta

«Ella da miedo a casi todo el mundo. Por lo que parece, ¡habría arrancado el corazón de su madre con sus propias manos!»

«¡Pero eso es horrible!!» dijo la rubia demasiado fuerte porque todas las miradas se clavaron en ella

Sintió como sus mejillas se enrojecían

«Mierda, ¿por qué me lo has dicho? ¡No voy a poder dormir esta noche!»

«Tú quisiste saber»

«Sí, pero podrías haber evitado decírmelo así como así y además, no puede ser posible. ¿Cómo se puede arrancar un corazón con las manos? ¡No es posible!»

«Bueno, es lo que se dice, no hago más que repetirlo»

«Ya...»

Emma hizo una mueca y buscó con la mirada a la morena. La encuentró en plena conversación con una morena alta, de mechas rojas. La charla parecía agitada

«¿Quién es la que habla con Regina?»

«Oh, ¡es Ruby! Fue detenida por prostitución y robo en una tienda. Si fuera tú, evitaría acercarme mucho a Regina, la considera como su propiedad, si entiendes lo que quiero decir»

«Evidentemente» dijo la rubia sonriendo

Pero en realidad, ella no sabía lo que la joven quería decir con eso. Se encogió de hombros, de todas maneras, se acabará enterando...

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora