Parte sin título 39

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«¿Estás segura de que es una buena idea?»

«Sí, solo es una cena y además vamos a hablar de una estrategia para sacar a Regina»

Henry estaba sentado en la cama mirando cómo Emma rebuscaba en el armario un vestido pre-mamá elegante, sin ser demasiado sexy.

«Si quieres mi opinión» dijo él «el único interés de Jones en esta historia es llevarte a la cama»

La rubia abrió los ojos de par en par ante las palabras de su suegro

«Creo que exageras un poco. Y de todas maneras, si intentara cualquier cosa, sabría ponerlo en su lugar»

«No lo dudo» dijo él sonriendo.

Emma sonrió al encontrar lo que buscaba. Se lo puso delante para ver qué tal le quedaba.

«Y además, mírame, estoy muy embarazada y no estoy nada sexy»

«No digas tonterías, estas preciosa»

«Gracias. Bueno, voy a tomar una ducha y a prepararme, Killian no tardará»

«De acuerdo, y ¿qué le digo a Regina si llama y no estás?»

La joven se quedó parada, no había pensado en ese detalle. En su interior, se preguntaba por qué no le había dicho a su mujer que iba a cenar con el abogado esa noche.

«Dile que he salido con mis amigos»

«No estoy muy seguro de que se lo crea, pero lo intentaré»

Emma sonrió, cogió la ropa y salió de la habitación para ir al baño. Tomó una ducha rápida, se lavó el cuerpo y la cabeza antes de enrollarse en una toalla. Se secó rápidamente y se puso el vestido de noche. Se secó su larga cabellera rubia y se maquilló ligeramente. Una vez lista, bajó junto a Henry al salón.

Alrededor de las 19:00, el timbre sonó. Emma deseó buenas noches al padre de Regina, cogió su abrigo y abrió la puerta. Killian estaba ahí, ante ella, en traje y corbata y ramo de rosas en la mano.

«Buenas tardes, señorita Swan׃ dijo sonriendo

«Buenas tardes. Gracias» dijo la rubia cogiendo el ramo que el abogado le tendía. «Voy a ponerlas en agua y ya vengo»

Entró de nuevo en la casa, puso las flores en un jarrón con agua y salió al porche para unirse a Killian. Este esperaba al lado de su berlina negra, abrió la puerta del lado del pasajero y con un movimiento de cabeza, invitó a Emma a entrar. Después de habérselo agradecido, la joven subió al vehículo y se sentó cómodamente, sin olvidarse de ponerse el cinturón. Al cabo de diez minutos de camino silencioso, Emma tomó la palabra

«¿Puedo hacerle una pregunta indiscreta?»

«Por supuesto» dijo Killian, feliz de ver que la rubia se interesaba por él.

«¿Qué le pasó en la mano izquierda?»

El abogado miró su mano y frunció el ceño

«Oh, eso, fue cuando estaba en el ejército con mi hermano. Él estaba en el suelo, desangrándose. Yo me acerqué a él para intentar parar la hemorragia. Entonces, recibí una bala en la mano, tuvieron que amputármela. Por eso llevo esta prótesis»

«¡Oh, debió ser horrible!»

«En efecto»

«¿Y su hermano? ¿Está vivo?»

«No, no pude salvarlo» dijo con un tono grave

Emma se sintió de pronto culpable del estado del joven, podía ver cuánto sufría por la desaparición de su hermano.

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora