Parte sin título 2

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Emma y Ariel se encontraban en el patio de la prisión. El sol brillaba y hacía bastante calor.

«¡Qué bien sienta estar fuera!» dijo la rubia cerrando los ojos para disfrutar mejor de los rayos del sol en su cara.

«Tú lo has dicho» contestó a Emma, sonriendo «Emma, ¿por qué estás aquí?»

La joven abrió los ojos y miró a su amiga.

«Fui arrestada por robo de relojes. Pero en realidad yo no los robé, mi ex me tendió una trampa»

«¿En serio? ¿Te han encerrado por algo que no has cometido?»

«Sí, así es»

«Debes detestar a ese chico»

«Por extraño que parezca, no, no lo consigo. Creo que todavía tengo sentimientos hacia él»

Emma bajó la cabeza, se sentía avergonzada por decir eso. Era evidente que debería culpar a Neal.

«¿Y tú? ¿Qué has hecho?» preguntó la rubia

«Tengo miedo de que si te lo digo, no quieras estar más conmigo»

«Escucha, todos cometemos errores en la vida y además estás cumpliendo tu pena, ¿no?»

«Sí, tienes razón. Un día, al volver a casa, descubrí a mi novio, Eric, intentado liarse con mi mejor amiga, Lisa, en la cocina. Se me cruzaron los cables y cogí la primera cosa que vi, un tenedor, un tenedor que clave en el cuello de Lisa.

Emma abrió desorbitadamente los ojos

«¡Oh, mierda! ¿Murió?»

«Sí, le corté la arteria carótida, no había ninguna posibilidad de que sobreviviera»

La rubia se quedó sin voz. ¿Cómo una chica tan amable como Ariel podía hacer una cosa tan inmunda?

«Ya no quieres hablarme, ¿no?» dijo la pelirroja con voz inquieta

Emma le ofreció una sonrisa tranquilizadora

«Pero no, como te he dicho todos cometemos errores, estabas enfadada, es todo. Quizás hubiera hecho lo mismo en tu lugar»

«Ouff, eso me tranquiliza»

El silencio se instaló y los ojos de Emma se posaron en Regina que estaba sentada en un banco al fondo del patio. Se levantó bajo la mirada interrogadora de Ariel.

«¿Qué haces?»

«Voy a ver a Regina, no quiero que me arranque el corazón mientras duermo, así que voy a hacerme amiga de ella»

«¡Pero estás completamente loca!»

«Ya veremos...»

Tras decir eso, se alejó y se dirigió hacia la bella morena, que estaba absorta en la lectura de un libro.

«Hey, ¿puedo sentarme?»

«El patio es de todo el mundo, Swan, tú te sientas donde quieras» respondió Regina levantando los ojos de su novela

«Me lo tomo como un sí» dijo Emma sonriendo

La morena se deslizó hacia un lado para dejarle más espacio a su compañera de celda. Sin una mirada hacia la bella rubia, volvió a su ocupación.

«Entonces, ¿qué lees?»

Ante la falta de reacción de la joven, Emma se inclinó para ver el título del libro

«¡Cincuenta sombras de Grey! ¿No es un libro erótico?»

Regina elevó los ojos al cielo

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora