Parte sin título 6

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Algunos días más tarde, Emma estaba en la lavandería metiendo la ropa en la lavadora, mientras que Regina se ocupaba de la ropa limpia. Las dos jóvenes no habían vuelto a hablar del beso que se habían dado y eso atormentaba a la rubia. Emma quería hablar de ello, pero no se atrevía a abordar el tema. La voz de Regina la sacó de sus pensamientos.

«Emma, ¿podrías ayudarme a doblar la sábana, por favor?»

«Está bien, yo lo hago» intervino Ruby

La morena puso los ojos en blanco

«¡No te he pedido nada, así que vuelve a tus cosas!»

«Regina, ¿vas a seguir enfadada conmigo mucho más tiempo? ¿Es por Belle, es eso?»

«Me importa un pimiento esa chica y las otras, tú y yo hemos acabado, y sabes muy bien por qué»

La joven no supo qué decir en su defensa y se alejó de las dos mujeres. Emma, que había seguido toda la escena, no se atrevía a moverse

«Entonces, ¿me ayudas?» preguntó Regina

«Heu...sí, por supuesto»

La rubia dejó lo que estaba haciendo y se dirigió hacia Regina. Tomó la sábana en sus manos y la estiró para que no se hicieran arrugas.

«Yo la amaba, ¿sabes?» dijo la morena lanzando una mirada hacia Ruby «estaba locamente enamorada, pero descubrí que me engañaba»

«Oh» dijo Emma, atónita, pero feliz de que su compañera se confiase a ella.

«Se me rompió el corazón, decidí dejarla. Lloró, me suplicó que le diera una segunda oportunidad, pero yo me negué. Si hay una cosa que no soporto, es la infidelidad»

Emma no comprendía cómo se podía engañar a una mujer como Regina, era tan guapa y tan amable. De acuerdo, al principio había sido bastante fría, pero al conocerla mejor, la rubia se había dado cuenta de que había una mujer frágil detrás de esa mascara de hielo»

«¿Cómo se puede engañar a una mujer como tú?»

Regina se quedó parada y hundió su mirada en la de la rubia, una pequeña sonrisa en los labios. Emma se enrojeció al darse cuenta de lo que acababa de decir en voz alta

«Heu...en fin...quería decir que...bueno...de hecho...»

La morena estalló en risas ante el apuro de su compañera

«No te justifiques, Emma, es muy amable lo que acabas de decir»

«Ah...ok» dijo la joven aliviada

Acabaron de doblar y preparar la ropa antes de salir de la lavandería y volver a la celda

«Me gustaría ir a tomar una ducha antes de comer» dijo Emma «Tengo el pelo asqueroso»

«Espera»

Regina rebuscó en uno de los cajones de la mesa colocada al lado de su cama

«Toma» le dijo tendiéndole una botella de champú a la rubia

Los ojos de Emma se iluminaron a la vista del objeto y se puso a saltar con una niña

«Oh, gracias, ¡es genial! Al fin mis cabellos van a oler bien»

«No es a mí a quien tienes que agradecérselo, sino a mi padre, es él quien me lo trajo el otro día»

«¡Oh! Tu padre es genial, ¿cómo se llama?»

«Henry» dijo la morena dulcemente

«¡Entonces, le dirás a Henry que es mi héroe!»

Regina se echó a reír ante el entusiasmo de su compañera

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora