Parte sin título 31

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Regina y David atravesaban el largo pasillo que los llevaba al locutorio.

«¿Qué es lo que estás haciendo?» atacó el guardia

La morena se paró y se giró, para mirar cara a cara al joven

«¿De qué hablas?»

«Esa chica...Estaba medio desnuda delante de ti»

«Lo sé, duerme de esa...manera, si quieres saberlo»

«¿Te has acostado con ella?»

Regina se acercó lentamente a David con aire amenazante

«¿No creerás que soy capaz de hacerlo eso a Emma?»

«Heu...yo...hum...claro que no»

«Bien. Entonces, ahora deja de preguntas idiotas y camina»

El guardia bajó la cabeza, avergonzado por haber dudado de la joven. Caminaron en silencio. Una vez en el locutorio, Regina abrió la puerta y se dirigió hacia la mesa donde se encontraba Emma. Antes de que pudiera hacer un gesto, la rubia la abrazó y la estrechó fuerte contra ella, lo que hizo henchirse de felicidad al corazón de la Regina.

«Oh, mi amor, siento mucho lo de ayer»

«No, Emma. Soy yo la que me deje llevar, no habría debido, perdóname»

Se besaron antes de sentarse bajo la mirada suspicaz de la funcionaria que vigilaba. Regina tomó las manos de su compañera entre las suyas.

«Perdón por no haberte llamado anoche» dijo la morena, confusa

«Ah, bueno, de hecho, no estaba en Storybrooke»

Regina miró a su novia con mirada inquisitiva

«Pasé la noche en casa de Mary Margaret y David. Necesitaba hablar con alguien así que fue a su apartamento. Cené con ellos y como era tarde, Mary me propuso quedarme»

«¡Oh! Está bien»

«Es por eso que hoy he llegado temprano»

«Y yo estoy contenta de que estés aquí» dijo la morena sonriendo

«Yo también»

Emma tomó la mano de su futura mujer, se la llevó a la boca y depositó en ella un tierno beso. De repente se acordó de las palabras que David dijo la noche anterior

«David me ha dicho que tienes una nueva compañera de celda»

«En efecto»

«¿Cómo es?»

Regina sonrió ante la inquietud de Emma. Pero, pensándolo bien, ella tenía razón para estar inquieta ya que esa Milah estaba bien decidida a meterla en su cama.

«Es muy charlatana y también muy atrevida»

La rubia se sintió de repente mareada

«¿Cómo que atrevida? ¿Ha intentado ligar contigo?»

«Ligar no»

Emma emitió un suspiro de alivio, quizás se estaba preocupando por nada. Se sintió ridícula.

«Me ha dicho claramente que quería acostarse conmigo» continuó Regina

«¿QUÉ?» gritó la joven, haciendo que la gente de alrededor se girara

La morena se inclinó hacia delante y le murmuró

«Baja el tono, Emma, por favor»

«¿Cómo quieres que me quede tranquila después de lo que me has dicho?»

RenacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora