Día 13

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*no he tenido tiempo de revisarlo, así que siento las faltas que pueda haber :ss * 

Día 13

¿Alguna vez te has sentido tan inútil, que incluso la cosa más simple que está delante tuya, no tiene sentido? Puedes mirarlo durante horas y aún así te preguntas su existencia. Mientras miro el suelo cochambroso de un motel sentada, no puedo evitar preguntarme las cosas más remotas que pasan por mi mente.

Te preguntarás por qué estoy en un motel, cuando podría estar en un bonito hotel. Estoy de acuerdo, ahora mismo podría estar en el hotel más caro de la ciudad, pero le supliqué a Sebastian que me llevara a un motel. No quería asustar a la gente rica con mi mirada vacía, con mi mirada escalofriante. Así que, aquí estoy, sentada en el suelo de un motel enterrado en polvo y suciedad, mirando cosas aleatorias por la habitación.

Mis ojos casi queman con la mirada a la alfombra de la entrada. Mi espalda se apoya contra la pared, y es lo único que me mantiene en pie. Después de todo lo que ha pasado, la única cosa que corre por mi mente es la estúpida alfombra enfrente de mí.

¿Por qué necesitamos alfombras? ¿Realmente es necesario tenerlas en cada casa del planeta? La suciedad se acumula en el centro de la alfombra a causa de todas las personas que la han pisado antes, mientras que las esquinas aún muestran los colores brillantes que estoy segura algún día el centro también tenía. Miro la alfombra con pena, dándome cuenta de que soy una alfombra humana. He sido pisada por muchas personas, muchas de las cuales algún día amaba, hiriéndome por dentro, acumulando suciedad dentro mía; pero aún así debo sonreír para la sociedad, justo como las esquinas de la alfombra.

-Victoria, por favor, háblame -me suplica Sebastian-. No me voy hasta que me hayas dirigido la palabra.

Le veo por el rabillo del ojo, justo al lado de la ventana mirándome, intentando sacar una emoción, reacción o cualquier cosa humana de mí. Desafortunadamente para él, sigo mirando la alfombra, pretendiendo no saber de su presencia.

-Vic-

me abrazo las rodillas con más fuerza y enterrando mi cara en el hueco, no queriendo escucharle más. Mis pensamientos vuelven a la alfombra una vez más. Quiero estar lo más lejos posible de él. Siento como si la alfombra podría estallar en llamas en cualquier momento, mi mente vacía la estará volviendo loca. Mi pecho sube y baja constantemente, siguiendo una plantilla ya durante dos horas. Mi respiración es hueca y profunda, pero nunca sale de su ritmo. Tengo que parecer una psicópata ahora mismo, mirando sin mirar a una estúpida alfombra.

El sonido de un teléfono interrumpe mis pensamientos.

-¿Sí? -la voz de Sebastian suena irritado-. Sé que llego tarde a la reunión. Dile a mi padre que hoy no podré ir hoy, lo siento.

Escucho un murmuro también irritado al otro lado del teléfono, pero no puedo reconocer la voz.

-¿Qué? ¿Qué quieres decir con que Mr. Hauser está alli? -exclama- ¡Se supone que no puede acercarse a mi cliente! -pasa un momento y su voz suena más irritada que antes-. No me lo puedo creer. Está bien, estaré allí en 10 minutos.

Cuelga el teléfono y suspira profundamente. Puedo sentir su mirada clavada en mí, pero me niego a apartar la mirada de la alfombra. Le veo andar hasta mi bolsa y coger mi móvil, y la curiosidad empieza a crecer en mi pecho. Aún así, sigo sin apartar la mirada, le veo teclear en mi teléfono. Vuelve a meter el móvil en mi bolsa y vuelve hasta la cama, donde su abrigo está extendido en ella. Escucho la lluvia fuera, golpeando la ventana y la puerta con fuerza, suplicando poder entrar. Se pone el abrigo, coge la cartera y anda hasta mí.

The Letter {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora