Día 20

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Día 20.

Vicoria's POV

Mi cuerpo anhela el confort. Mi cuello duele cuando me incorporo de la silla. Paso mis dedos por mi pelo y me froto los ojos. La fría mesa en la que me he apoyado toda la noche ahora está vacía. Me levanto de la silla y miro a mi alrededor.

El frigorífico y la encimera están juntos, haciéndose compañía en este pequeño y vacío apartamento. Estoy en la cocina de Melissa, Sebastian insistió en quedarnos a dormir, y no puedo dejarle solo aquí; aunque de todas formas, Melissa no estaba contenta por el hecho de que me haya quedado. Se volvió histérica al verme llegar ayer, así que tuve convertir la silla y la mesa una cama.

Me dirijo hasta el pasillo; el suelo cruje bajo cada paso que doy. Llego hasta el salón y veo a Sebastian sentado en una silla al lado de la cama. Melissa está tumbada en la cama como si no hubiera podido dormir bien. Me quedo de pie en el pasillo, pensando en todo lo que pasó anoche. Sebastian mueve su cabeza y me mira. Pone su dedo índice sobre sus labios, indicándome que permanezca en silencio.

Despacio y en silencio se levanta de la silla y se acerca a mí, cierra la puerta cuando está fuera de la habitación. Pone su mano en mi espalda y me guía hasta la cocina.

-¿Cómo has dormido? -susurra Sebastian.

-Mi cuello duele un montón.

-Lo siento, deberías de haberte ido al apartamento.

-¿Y dejarte aquí? No gracias. ¿Cómo está ella?

-Al final conseguí que se durmiera, pero está histérica ahora mismo. No sé qué le ha dado, dice que se suicidará si no te dejo.

Mi corazón empieza a hacerme daño en el pecho.

-¿Vas a hacerlo?

Me pone una mano en la mejilla.

-Por supuesto que no. Sólo tengo que pensar qué hacer. No puedo dejar a mi bebé en este peligro.

-Lo entiendo, no te preocupes. Haz lo que sea para mantener a tu hijo sano -pauso-. Tengo que irme.

-Vale, ¿a dónde vas?

-He quedado con el primo de Dominic, John, para arreglar las cosas.

Su cuerpo se pone rígido y fuerza una sonrisa.

-De acuerdo, espero que todo salga bien. Te mandaré un mensaje si cambian las cosas con Melissa.

-Suena bien.

Se acerca para besarme y yo hago lo mismo. El beso es agridulce, últimamente creo que eso es lo que define nuestra relación; agridulce. Siento que las cosas entre nosotros están mal, pero aún así parece que están bien. Tengo las emociones tan mezcladas, que no sé si me gusta o no.

Me doy la vuelta y ando hasta mi coche. Cuando me siento en el asiento del piloto mi corazón empieza a latir con mucha más fuerza. Quiero odiarle, de verdad que sí. Quiero ser capaz de odiar cada una de las células de su cuerpo, pero la verdad es que no puedo. Sé lo qué ha hecho, cómo me ha traicionado. Me ha herido mucho. Quiero ser capaz de poder mirarle y de no sentir nada en absoluto, para así poder continuar con mi plan; pero me resulta cada vez más difícil al mirarle. Quiero odiarle.

Y aún así no puedo evitar sonreír cada vez que me mira. Cada vez que lo hace, algo brilla en sus ojos. Cada vez que sonríe, hace que mi corazón se incendie y que siente como nunca antes. Sólo pensar en él me calienta el corazón. Esa es la manera que me hace sentir; algo que nunca antes he sentido. Y cada vez que me toca, envía miles de sensaciones a cada parte de mi cuerpo.

The Letter {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora