Bandit (Frerard)

Capítulo 13.

-¡Bandit! ¡Ve a abrir la puerta por favor!

Papá estaba en el baño vomitando lo que acababa de desayunar así que fui de mala gana a abrir la puerta.

-¡Pequeña Bandit! ¡Pero mira cuánto has crecido!

Mi tío favorito

Mi rayito de sol

-¡Tío Ray!

Abrazé a mi tío Ray como si llevase años sin verle, que en realidad fue el tiempo que he pasado sin verle.

-¡Frank! ¡Ya estoy aquí!

Frank bajó las escaleras y parecía un vagabundo que llevaba días sin bañarse. Ray al verle se echó a reír y Frank se tiró encima para abrazarle.

-Menos mal que has llegado.-Frank dejó de abrazarle y bostezó.

-¿Has dormido algo?-Frank negó.-¿Tan mal está Gerard?

-Si no está llorando se la pasa comiendo, vomitando o queriendo tener sexo conmigo aunque la verdad la última no me molesta del todo.-Sonrió mi tío Frank yendo hacia arriba con una sonrisa.

-¿Sabes? Eso no tenías que decírmelo...

Pero a mí sí.

Gracias tío Frankie.

A los dos minutos apareció mi papá con cara de zombie, incluso más de lo que parecía en la era Revenge y miró a Ray confundido.

-¿Qué hace él aquí?-Papá miró a Frank y éste se rascó el cuello.-¿¡Le has llamado tú para que me cuide?!

-Gee... Es por tu bien...-Murmuró Frank intentando acercarse a él y papá se alejó.

-¡Mierda Frank! ¡Te dije que estoy completamente bien! ¡No necesitaba que nadie viniese y me cuidase!

Papá se encerró otra vez en su cuarto y Frank suspiró. Ray le palmeó la espalda y ambos fueron a sentarse al salón para hablar de "cosas de adultos".

-¿Sabes acaso qué es lo que le pasa?-Preguntó Ray mientras se sentaba en el sillón. Frank suspiró.

-No tengo ni puta idea de verdad.-Se recostó en el sofá y se restregó la cara con la palma de las manos.-Lo único que sé es que un día está muy contento y al otro ya está odiando a todo el mundo, pero sobretodo a mí.

-¿En serio crees que está enfermo? Porque eso me suena típico de Gerard.

-Cállate Raymond.

Subí las escaleras y fui al cuarto de mi papá y Frank. Toqué la puerta tres veces y escuché un sonido extraño provenir de dentro.

-¡Lárgarte enano!

Suspiré.

Más que estar enfermo mi papá parecía que estaba en sus días.

-Soy Ban.-Respondí.

-Ah... Bueno... Entra...

Abrí la puerta y me encontré a la gorda de mi padre tirado en la cama bajo las sábanas. Me senté a su lado y soltó un leve quejido.

-¿Por qué no quieres ir al doctor?-Pregunté y papá asomó su cabeza de bebé desde las sábanas y me miró.

-Me dan miedo las agujas... Y seguro que me pincha con alguna.

Me di un golpe en la frente, que me dolió mucho por cierto, pero no aguantaba la subnormalidad de este hombre pasivo.

-Frank está preocupado por ti, y no quiere irse por eso.

Papá se volvio a hacer bolita e intentó coger la caja de galletas que estaba en la mesa de noche.

-Que se vaya.-cogió una oreo y empezó a untarla con mantequilla de cacahuete.-Así se consigue a una rubia veinteañera estúpida con buenas curvas que no esté gorda y no llore todo el rato.

Y aquí empieza a llorar otra vez...

-Si Frank está contigo es porque te quiere.-Mi papá miró hacia otro lado y yo cogí la caja de galletas.-Y ahora deja de comer esto que vas a engordar más de lo que estás ahora.

-¿Sabes? Estás castigada por dos semanas, sin teléfono, laptop o iPad.

Puta gorda.

¿¡Ahora como voy a seguir leyendo mis fanfics Frerard?!

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-Venga Gee, te he hecho un té de manzanilla para que se te quite las náuseas.

Ray dejó la taza en el sofá y mi papá seguí hecho bolita en el sofá mientras se quejaba de todo.

-Siento que si tomo eso ahora mismo vomitaré todo lo que he comido en dos semanas...

Ray suspiró.

-Voy a ayudar a Frank a bajar las maletas.-Subió hacia arriba y papá cogió la taza.

Pero luego chilló porque se quemó la mano.

Después la volvió a coger y se quemó la lengua al darle un sorbo.

Que alguien aplauda la inteligencia de mi queridísimo padre por favor.

Me senté a su lado y le acaricié un poco el pelo mientras se intentaba beber la taza de té.

-Esta vida es un asco.

-Papá queda mucho para el 22 de Marzo, no empezemos ahora otra vez con la fase emo por favor.

-Estás castigada otras dos semanas.

Después de un par de minutos, Frank y Ray bajaron las escaleras con dos maletas y Frank se acercó a mi papá.

-¿Seguro que estarás bien?...-Murmuró el enano y papá asintió.

-Además tienes a la princesa afro cuidando de mí, estaré bien.

Frank besó a mi papa y cuando les vi yo sé que el enano quería destroya de despedida pero mi papá le empujó a los dos segundos.

Frank se despidió de mí con un abrazo y me hizo prometer que cuidaría de mi papá y que si pasaba cualquier cosa le llamase y que él vendría inmediatamente en el primer vuelo.

Ray le acompañó hasta fuera donde estaban mi tía Jamia y mis primos los tres tontos, que iban a llevar a Frank al aeropuerto, y Frank se despidió del rayito de sol mientras le desordenaba los rizos fabulosos que tiene.

A los dos minutos Ray volvió al salón con los tres perros detrás y en cuanto papá le vio se echó a llorar como una pasiva.

-¿¡Estás bien?!-Mi tío fue corriendo donde estaba él y papá negó.-¿Te duele algo? ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital?-Papá volvió a negar.-¿Entonces qué te pasa?

-¡Frank me va a dejar por una australiana veinteañera estúpida y con buenas curvas!-Se volvió a echar a llorar y Ray le abrazó.

-Si hace eso le castramos, ¿sí?-Papá asintió y mi tío Ray le secó las lágrimas con un pañuelo.

Mamá, ¿qué viste en un hombre tan pasiva como él?

Necesito respuestas.