Bandit (Frerard)

Capítulo 23.

Había pasado un par de meses desde la pelea por mi custodia, la cual mi mamá había perdido.

Tampoco es que no la viese, ella venía muchos fin de semana a verme y pues la verdad es que la veo mucho más tranquila que al principio, pero aún así no puede ver a mi papá porque le entran ganas de matarle.

Hacía una dos semanas nos habíamos mudado de casa a una que tenía tres habitaciones. Yo dormiría con las gemelas y Miles en un cuarto mientras que el otro cuarto sería para Dominick y para Miles cuando Miles fuese mayor. El sótano era más grande y el patio estaba lleno de juegos y los perros tenían más libertad para correr de un lado a otro. El garaje era mucho más grande puesto que ahora habíamos comprado un monovolumen.

Frank y yo estábamos colocando pegatinas en el cuarto del bebé y también estábamos arreglando la cuna que mi tío Ray había insistido en ir a construir.

-Tu tío Ray puede ser fabuloso con sus rizos y todo lo que quieras.-dijo mi papá Frank.-Pero es inútil a la hora de construir cunas.

Yo reí un poco y entonces escuchamos el timbre.

-¡Yo voy!-exclamé.

Bajé las escaleras de dos en dos y abrí la puerta para encontrarme con mi tío Mikey y mi tía Kristin y mi primita Rowan.

-¡Rowan!-exclamé y ella soltó una pequeña risita.

-Hola moco.-dijo mi tío Mikey mientras yo hacía un leve puchero.-¿Y tu papá?

-En su cuarto.-respondi.-La obstetra le recomendó quedarse en cama lo que le quedaba de embarazo, por ser de alto riesgo.

Mikey subió escaleras arriba para ir con mi papá junto con una bolsa de regalo. Mi tía Kristin me abrazó y ambas nos fuimos al salón para pasar el rato con Rowan.

Rowan se encontraba jugando encima de una mantita de la que colgaba un móvil con animales a la vez que le pegaba a un pobre peluche de Snape.

-Está muy grande.-dije mientras le hacía cosquillas en los pies y mi tía asintió con una sonrisa.

-Mucha de su ropa no pudo ponérsela puesto que creció muy rápido y ya al poco tiempo no le entraba.-respondió mi tía mientras acariciaba la cabeza de la bebé.-A veces quisiera que no creciera más y se quedase siempre así...

-Mama me dijo algo parecido el día que fui al juzgado.-dije mirando hacia el suelo y mi tía me miró.-¿Por qué?

-Todas las madres tememos que nuestros niños crezcan y nos abandonen.-respondió mi tía cargando a Rowan en brazos y desabotonándose la camisa para darle del pecho.-Ella temía perderte, aunque al final perdió el caso.

-Supongo...-suspiré y a la vez mi tía le dio unas palmadas en la espalda para que eructase.

Rowan se quedó dormida en los brazos de mi tía a los pocos segundos. Mi tío Mikey bajó poco rato después.

-¿Le gustó el regalo a tu hermano?-preguntó Kristin y Mikey asintió.

-Sí, pero anda con sus cambios de humor y me tiró el peluche a la cara.

Yo empezé a reirme y Mikey suspiró cansado.

-Parece que tu hermano lleva peor su embarazo, me da pena.-dijo Kristin mientras se levantaba con Rowan en brazos.-La niña ya se durmió, deberíamos ir a casa.

Mikey asintió.

-Adiós moco, cuida bien del enano y de tu padre.-me dio un beso en la frente mientras que Kristin me decía adiós con la mano.

-No soy un moco...-murmuré mientras subía escaleras arriba y pasaba por el cuarto de mis padres, donde vi a mi papá llorando.-¿Papi? ¿Estás bien?