Capítulo 15

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Nervioso.

Así es como estuvo mi papá durante todo el vuelo a Australia. No se quedó dormido, no miró ninguna película, apenas comió...

Yo estaba sentada a su lado mientras Jamia iba detrás y Cherry, Lily y Miles en los asientos de en medio.

Sólo mi papá y mi tía Jamia sabían lo que pasaba y mis primos no. Ellos se creían que iríamos a Sydney a ver a Frank tocar y ellos estaban muy felices por eso.

Pero Cherry no es tonta y se fijó en el rostro de preocupación de mi papá y su madre y no tardó en llevarme al baño para preguntarme por qué íbamos a Australia.

Al principio me dio cosa decirle la verdad, pero sabía que Cherry era muy madura para su edad y le dije que Frank había tenido un accidente mientras iban a un concierto y que estaba gravemente herido.

Estuvimos muchas horas en el avión y para cuando llegamos allí era más de medianoche.

Papá estaba muy cansado, y eso se notaba en su mal humor hacia otra gente pero no nosotros.

Íbamos por inmigración enseñando los papeles y el oficial le preguntó a mi papá:

-¿Motivo de viaje?

Papá suspiró y le miró de reojo.

-Vengo a ver a mi marido que ha tenido un accidente de coche y está en el hospital.

El oficial se quedó callado y nos miró a todos. Miró rápidamente nuestros papeles y nos dejó avanzar sin ningún problema y sin hacernos preguntas estúpidas.

Al salir del aeropuerto mi tía Jamia no tardó en parar un taxi y miró a mi papá.

-Me llevo a los niños al hotel, ve tú al hospital y me llamas para saber como está Frank.

Papá asintió e inmediatamente paró otro taxi y ya me iban a subir con mis primos en el otro. Pero yo no quería dejar a mi papá solo así que me fui con él.

¡Bandit!-gritó mientras me miraba correr-.¿Se puede saber qué haces?

-No quiero dejarte solo...-respondí mientras balbuceaba un poco-.Sé que no estarás bien por tu cuenta así que quiero acompañarte y asegurarme de que estés bien.

Papá sonrió y le hizo saber a Jamia de que yo me iría con él hacia el hospital. Jamia asintió y se fue en el taxi con mis primos hacia el hotel mientras mi papá y yo nos íbamos en el otro taxi hacia el hospital.

La última vez que vine a un hospital fue a que me vacunasen, pero no llegué a entrar a los pasillos por donde estaban las habitaciones de los enfermos.

El edificio por dentro era muy blanco y olía a agua oxigenada y al alcohol de ese que me pone mi mamá para curarme las heridas.

Papá fue hacia la recepción donde había una enfermera vieja y amargada y le preguntó que donde estaba un paciente.

-Sólo pueden visitar a los enfermos sus familiares.

Papá suspiró y mostró su anillo de casado.

-Es mi marido.

La mujer le miró un poco sobresaltada y luego de poner una cara de desagrado le señaló dónde estaban las habitaciones y en que habitación se hospedaba mi tío Frank. Papá le murmuró un pequeño "gracias" mientras yo le sacaba la lengua y ambos nos fuimos por el ascensor hasta la habitación de Frank.

-¿Qué habitación dijo que era?-preguntó papá mientras miraba los números nerviosos.

Suspiré y seguí caminando un poco más adelante que él.

-quinientos cuatro.-respondí mientras seguíamos caminando y voltee la cabeza para mirarla.-Todo estará bien, te lo prometo papá...

Gerard suspiró y siguió mirando los números hasta que llegamos a la habitación y nos paramos frente la puerta. Papá empezó a llorar otra vez y a duras penas se lograba secar las lágrimas mientras yo me sentía rara. No sabía qué hacer y tampoco como resultaría todo. ¿Se acordaría Frank se todos nosotros? ¿Recordaría lo que era el frerard y que estaba casado con mi papá? Sabía que si Frank no sabía nada o no recordaba nada le dolería mucho y le rompería el corazón en mil pedazos.

Papá estaba a punto de abrir la puerta cuando de repente un hombre apareció por el pasillo y nos paró.

-¿Les puedo ayudar en algo?-preguntó el hombre moreno que llevaba una bata blanca muy larga.-Solo pueden entrar los familiares de los pacientes.

-Ah...-murmuró papá nervioso y soltando el pomo de la puerta.-He preguntado abajo por la habitación de Frank Iero y me han dicho que es esta...-respondió papá tartamudeando un poco.

El hombre miró a mi papá con cierta duda y papá se puso mucho más pálido de lo que ya es.

-¿Y se puede saber quién es usted?-preguntó.

-Soy Gerard Way, el marido de Frank Iero.-respondió papá y el hombre suspiró.

-Un placer, señor Way.-dijo el hombre mientras hacía un apretón de manos con mi papá.-Soy el doctor Button y soy el médico encargado de su marido. Me temo que ahora no puede visitarle porque estas horas son muy críticas y necesitamos tenerlo vigilarlo todo el tiempo posible sin que los familiares estén estorbando.

-¿Y cuándo cree usted que podría verle?...-murmuró papá y el hombre lo pensó por unos segundos.

-Puede que en un par de horas.-respondió y le dio un apretón en el hombro.-Vaya a la sala de espera y relájese que supongo que habrá tenido un viaje muy largo y agotador. Cuando pueda ver a su marido le avisaremos por megafonía.

Papá murmuró un pequeño "gracias" y me tomó de la mano para irnos hacia la sala de espera. Mientras nos íbamos miré al doctor entar dentro de la habitación de mi tío Frank.

Cuando llegamos a la sala de espera nos encontramos a mi tía Jamia dándole unos jugos de manzana a mis primos que estaban sentados en las sillas. Cherry estaba cabizbaja mientra miraba sus pies, Lily tenía los ojos rojos, que supongo que habrán sido por llorar y Miles miraba todo a su alrededor mientras le preguntaba a mi tía Jamia cuando podrían ver a mi tío.

-¡Gerard!-dijo Jamia al vernos acercarnos a ellos.-¿Cómo está Frank? ¿Lo has logrado ver?

Papá negó con la cabeza y Jamia suspiró.

-Hablé con su médico pero me dijo que no podía verle porque estaba en un estado delicado.-respondió y mi tía Jamia hizo un puchero.-Aunque sé que me ocultan algo y siento que si yo fuese mujer y no hombre me lo dirían todo.

-Bueno... Ten en cuenta de que aquí el matrimonio homosexual no es legal por lo cual pueden no considerarte su marido...

Papá suspiró y se sentó en una silla.

-Ya lo sé Jamia, es solo que estoy muy preocupado por él...

Jamia le dio unas leves palmadas en la espalda mientras él se secaba las lágrimas. Me senté a su lado y le di un pequeño abrazo a mi papá.

-Tranquilo papá.-le dije en un intento fallido de calmarle.-Seguro que mi tío Frank está bien.

-Eso espero...-suspiró papá mientras miraba el reloj de su muñeca y luego al ascensor para ver si bajaba un médico y le decía algo.

Después de unos minutos apareció alguien en la sala de espera que gritó "¡Gerard Way!", y en cuanto todos escuchamos ese grito tan familiar levantamos la vista y nos quedamos boquiabiertos.

-¿Mamá?-pregunté confundida mientras la miraba allí de pie con los brazos cruzados.

Bandit (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora