Capitulo 18

1.9K 99 11
                                        

Me siento en una vereda aún por la casa de Dani, y comienzo a llorar, cruzo la pista en dirección a una tienda, compro 3 paquetes grandes de galletas oreo. Me acomodo de nuevo en la vereda de antes y las comienzo a comer, ni siquiera siento el sabor, las lágrimas comienzan a caer de nuevo.

Mi vaquita.

Paro. Me observo por un minuto. Acabo de gritarle a mis amigos, actúe como una loca, salí corriendo y llorando por la calle y estoy comiendo galletas como una puta maniaca.

He comido dos bolsas enteras sin siquiera darme cuenta y sin pensar ya tengo medio paquete en la boca.

Bulímica asquerosa.

- No- grito tirando lo queda del paquete.

Escondo mi rostro con mis manos y trato de calmarme. Trato de desmaquillar mi rostro para que no sea tan obvio lo que he llorado. Me paro y me dirijo hacia un parque que está cerca. Veo unas bancas vacías y me siento. Se ve todo muy oscuro, no sé ni la hora.

Decido quedarme un rato más antes de partir a casa, sigo aferrándome a mí misma cuando siento algo en mi cuerpo; es una casaca.

- Hace frío- me dice esa voz ronca que conozco de memoria.

Lo observo, luce preocupado, y me siento culpable por eso. Me pongo la casaca por el frio que hace y luego lo abrazo a Harry.

Sus brazos me rodean al instante, como protegiéndome de todo. Y sigo llorando, saco todo lo que tengo dentro. Él sólo acaricia mi cabello mientras yo sigo aferrándome a él.

- Y-yo- trato de decir y como respuesta pone su dedo índice en mis labios.

- No tienes que explicarme nada, sólo me importa que estés bien- susurra.

- ¿Los demás? Los traté mal.

- No te preocupes por ellos- dice- ¿estás mejor? - Asiento- Bien, te llevaré a casa, ya es algo tarde para que estés afuera.

Lo sigo al coche y durante el camino no decimos nada, pero cada tiempo que puede hace que nuestras manos se toquen.

Debe de ser casi medianoche porque casi no hay tráfico, llegamos en menos de 20 minutos.

- Harry- logro decir.

- ¿Necesitas algo? - pregunta preocupado.

- Me siento mal por Dani, le hablé muy feo.

- No debió meterse tanto, es culpa de ella.

- Ella sólo quería saber, fue culpa mía también por reaccionar así- digo apenada- lo siento contigo también.

- Abby- levanta mi rostro con ambas manos haciendo que lo mire fijamente a los ojos- no pasó nada, yo te entiendo y ya te lo he dicho, no me importa que haya sido siempre y cuando estés bien.

- Gracias- le digo apoyando mi cabeza en su hombro.

- Te quiero, Abby.

- Yo también, te quiero Harry.

Él besa mi cabello en respuesta y nos quedamos aun en su auto.

- El de los mensajes...

- No, no me digas eso Abby, no quiero que te pongas mal.

- Es que tengo que decírtelo, Él... Él es Austin- digo antes de volver a llorar.

Siento que busca algo en sus pantalones, lo saca y me lo entrega; es un pañuelo.

- Ese idiota no merece ni una sola de tus lágrimas.

- 2 años y sigue haciéndome daño.

- No- susurra Harry- te juro por lo que más quieras, que Austin no volverá a lastimarte, no estás sola pequeña, me tienes a mí y siempre, escúchalo bien, siempre estaré para ti.

Su tacto desintoxica mi cuerpo y sus palabras mi alma, quiero que borre el rastro que dejó Austin en mí, necesito que elimine sus huellas.

Con él no tengo miedo, me siento segura, protegida, querida.

Lo miro directamente a los ojos y acaricio su rostro, ante mi tacto cierra los ojos. Su piel es tan suave, me encanta.

Acerco mi rostro al de él, por su parte Harry toma mi rostro con sus manos y entonces junto mis labios con los suyos y puedo jurar que es la mejor sensación que he sentido en mi vida.

Como si corriera electricidad por mi cuerpo, fuegos artificiales en mi pecho.

Voy sintiendo como el veneno de Austin se desvanece y en cambio todo lo bonito que trae Harry queda en mí.

Nos separamos a los minutos.

- Perdón- se disculpa- pensarás que me estoy aprovechando de ti.

- No, no pienso nada de eso- le confieso.

- ¿No estás molesta?

- No- le sonrío levemente- ¿me harías un favor?

- El que quieras.

-Te quedarías conmigo esta noche?

She Will Be LovedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora