Verano (VIII)

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Hunter

Rosie se fue al día siguiente tan deprisa como si estuviéramos en el medioevo y esto fuera declarado zona de peste. Esa mañana, después del incidente, ni siquiera dio una mirada en mi dirección.

Después de eso, vino varias veces a casa a visitar a mis padres y a cenar o a ocasionales almuerzos pero cada vez que estábamos juntos en la misma habitación -y créanme que sucedió a menudo, ya que estábamos en mi casa- evadía mi mirada o cualquier tipo de contacto, sin mencionar que me evitaba a toda costa y no se quedaba mucho tiempo.

Para mi también era un poco doloroso verla, ella había disfrutado de los últimos meses de vida de mi hermano, técnicamente ella era una pequeña parte de él, un pedacito de su corazón que él había dejado atrás, pero no la culpaba por huir cuando yo estaba cerca. Si yo sentía un punzada de dolor cada vez que la veía, no alcanzaba a imaginar que sentía ella al verme a mi, una maldita fotocopia de su novio muerto.

Incluso en mi cabeza eso sonaba mal.

Era diferente para mi, sabía que Shawn y yo éramos parecidos ¡Diablos! las personas nos confundían todo el tiempo antes del accidente e incluso después de eso, pero cuando me veía en el espejo no veía a Shawn, simplemente me veía a mi y a todas las cosas en las que no era como él. Porque puede que sea... fuéramos gemelos, pero en personalidades siempre fuimos polos opuestos.

Si, si, el cliché tan mundialmente famoso que creo el cine sobre los gemelos era cierto. Bueno, al menos en nuestro caso.

Solo esperaba que un día lo superara y que pudiéramos hablar. Shawn y yo no habíamos estado mucho en contacto los últimos meses, había una que otra llamada ocasional, pero no nos habíamos visto desde que me marche a la universidad después de las vacaciones de navidad.

Tenía un montón de preguntas y sabía que ella tenía las repuestas, además sentía que ella me entendía, puede que su pérdida fuera diferente a la mía, después de todo, yo perdí a mi hermano y ella a su novio, pero ambos habíamos perdido a un amigo.

Tenía que largarme de aquí, caminar como un extraño por mi propia casa era agotador y tan malditamente deprimente. Así que la semana siguiente tome el primer vuelo de vuelta a Nueva York y me marche. Mis padres estaban tristes pero sabían que necesitaba despejar mi mente, todavía faltaban varios días para que iniciaran las clases pero aun así encontré que hacer, al fin y al cabo estaba en la maldita gran manzana.

No era muy complicado encontrar diversión. O una voluptuosa y disponible distracción.


Cuando te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora