Verano (VII)

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Rosie

Sé que era estúpido, insano y totalmente incorrecto que llorara por no estar embarazada, pero era como si una parte de mi -una definitivamente demente- estuviera decepcionada de no estarlo porque donde hubiera ocurrido, tendría un pedazo de Shawn conmigo.

Lo sé, era estúpido llorar por eso. Quiero decir, aun éramos muy jóvenes y la mayor parte de mi cerebro -obviamente mi lado racional- sabía que el pensamiento por si solo era estúpido, pero al parecer eso no era suficiente para calmar mi llanto y la decepción que me invadía.

Estaba tan agradecida de que Hunter solo me sostuviera, que no hiciera preguntas y solo me abrazara.

Aquí en sus brazos, me permití imaginar que era Shawn. Me sentía como una completa perra por pensarlo pero no lo podía evitar, ahora él era lo mas cercano que tenia de Shawn y no quería dejarlo ir. Nunca llegue a verlos juntos –en persona- y sinceramente hasta el día de hoy no había conocido a Hunter personalmente, pero Shawn lo amaba. No necesite verlos interactuar personalmente para saber que lo hace, que lo hacía. Cada vez que hablaba de él o algo que hacía referencia a él, su voz estaba rebosante de cariño y orgullo.

Empecé a calmarme y tome varias respiraciones profundas antes de apartarme de Hunter

-Lo siento- dije sin mirarlo a los ojos

-Está bien- respondió tranquilamente

El silencio lleno la habitación, me retorcí un poco incomoda con la situación. Esto podría ser hilarante si quitabas el hecho de que hace solo unos horas yo había enterrado a mi novio y él a su hermano y no solo hermano, su gemelo.

Aunque fue refrescante y un poco sorprenderte sentir la incomodidad, llevaba días sin sentir nada mas que dolor.

-¿Dónde están Bonnie y Taylor?- pregunte, tratando de llenar el silencio

-Los enviamos a casa, tenían que descansar-

-yo también debería irme- dije mientras empezaba a levantarme y en cuanto lo hice la habitación me dio vueltas y volví a caer pesadamente en el colchón. Inmediatamente Hunter estaba sobre mi, una arruga de preocupación en su frente y su mirada preocupada. Esa expresión era tan Shawn

-ni lo pienses, el doctor dijo que lo mejor era que tomaras reposo. Así que te quedas aquí- su voz fue toda autoritaria

-iré a casa, no quiero ser una molestia- dije suavemente, solo quería ir a descansar

-no lo eres. Así que ponte cómoda- me empujo suavemente en la cama y me cubrió con el cobertor -te traeré algo de comer- ni siquiera puede hablar de lo estupefacta que me encontraba y algo en su tono de voz me dice que solo ignoraría mis quejas y que al final terminaría haciendo lo que él dice. No tenía fuerzas para discutir, además su mención de comida hizo a mi estómago gruñir -volveré enseguida. Llama si me necesitas ¿bien?-

Asiento porque he perdido mi facultad para articular palabras. En la niebla de dolor que me rodea, pienso en Shawn cada vez que veo a Hunter y la confusión vuelve y me golpea como un ladrillo arrojado a mi cabeza, al igual que en el cementerio pero luego él habla o miro esos ojos grises y la ilusión se rompe, pero eso no evita que resurja momentos mas tarde.

Tenía que alejarme de él si quería sanar, no podía exponerme a este tipo de cosas.

Toda esta cosa me estaba volviendo loca. Nunca tuve la oportunidad de acostumbrarme o al menos de verlo aunque sea una sola vez antes de esta pesadilla. Y ahora que él había muerto y que Hunter estaba aquí, estaba perdiendo la poca cordura que me quedaba en esta situación. Se suponía que lo conocería en navidad, que podría impresionarme entonces, que podría bromear mientras lo veía junto a Shawn.

Pero esto era lo que tenía... la idea abstracta del gemelo de mi novio, que solo llegue a conocer cuando perdí a mi novio.

No era solo el hecho de que mi corazón saltara en mi pecho cada vez que lo veía y se hinchara con una pizca de esperanza, era lo que pasaba después, el dolor que me traía la realidad, el hecho que realmente lo había perdido y que la persona frente a mi no era él, era como si aplastaran mi pecho. Cada vez... la estúpida e ilógica esperanza florecía, solo para que después la realidad me abofeteara y la esperanza muriera, dejando a su paso un dolor y un vacío insoportables.

Durante la noche Hunter estuvo pendiente de mi y el señor y la señora Archer vinieron a decir buenas noches y se marcharon a su habitación, con su espalda encorvada y cabizbajos, como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros. Estaba demasiado exhausta para conversar y Hunter tampoco hizo ningún esfuerzo.

Solo por este momento me iba a permitir disfrutar de lo confortante que me resultaba su presencia.

Ahora, yo era algo así como un rompecabezas, la mayoría de las pieza estaban desperdigadas por todo el lugar, provocándome que su presencia fuera dolorosa, pero había una en particular, escondida bajo todas las demás, para la cual su presencia era como Valium, hacia el dolor mas soportable y desvanecía la sensación de soledad.

Pero como ya lo había dicho antes, no estoy precisamente cuerda en estos momentos.

***

A la mañana siguiente le pedí a Bonnie que me llevara a casa. Bueno, a su casa.

Mis padres viven en California y yo me había mudado a Virgina una vez que fui admitida en Norfolk State University. Bonnie y yo habíamos sido amigas desde tiempos inmemoriales, ella también solía vivir en California, pero sus padres tuvieron que mudarse a Virgina justo en nuestro último año. Había sido una porquería, pero al final, escogí esa universidad no solo porque nunca me había sentido a gusto en California, sino también porque quería estar cerca de Bonnie, no tenia muchos amigos o bueno, en realidad, ella era mi única amiga.

No solo la echaba de menos a ella, también a su familia. No me malentiendan, amo a mis padres, es solo que no teníamos ese cálido ambiente familiar que había en la familia Mathews. Yo era hija única y mis padres eran unos trabajadores empedernidos, a veces me preguntaba cómo funcionaba su matrimonio, si difícilmente sacaban tiempo para mi. Tuve todo lo necesario: una buena educación, ropa de marca, una casa grande, un auto último modelo cuando cumplí 16 y cenas silenciosas todas las noches, porque ese era el único momento del día en el que estábamos todos juntos, aunque a veces mamá tenía que viajar por negocios o papá tenía una reunión de último minuto. Así que había pasado un montón de tiempo en la casa de Bonnie, donde ella era la tercera de 4 hijos, pero siempre había un lugar mas para mi en la mesa.

¡Basta! me reprendo mentalmente

No podía seguir ese carril de pensamiento, siempre sentía desazón al saber que me sentía mas cómoda con la familia de Bonnie que con mi propia familia y no necesitaba mas sentimientos negativos justo ahora. A penas si podía manejar la desolación en la que me había visto envuelta, no podía liderar con viejas heridas.

Antes de marcharme había prometido a los Archer que los visitaría y lo hice. Aunque ya no podía soportar ver a Hunter, durante la siguiente semana que estuve aquí, él era el constante recordatorio de lo que perdí.

No era su culpa, yo sabía eso, pero era como haber recibido puntadas en una herida y que se reabriera, provocando que volviera a sangrar.

Ahora, estar en Farmville había pasado de ser algo que amaba, lleno de un montón de recuerdos que ahora eran agridulces, a ser el lugar del cual quería salir corriendo como si el diablo me persiguiera.

Tenía que irme, concentrarme en mis estudios, mi música y eso me mantendría mi cabeza fuera del vórtice depresivo en el que quería sumergirme. Esa sería la mejor forma de no recordar todos los " y si..." que producía mi imaginación.


Cuando te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora