Compás

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Escuché las cuerdas de su arpa ir en perfecta armonía con las teclas del piano, la musica consumando nuestros sentimientos por el otro, haciéndolos reales, tangibles e incontenibles. Haciéndolos hermosos y...correctos.

Cuando se hizo el silencio de nuevo, sentía como si la música aún nos envolviera, nos hiciera uno. Porque así se había sentido mi piano y su arpa en perfecta sincronía, complementándose hasta no ser uno sin el otro.

Me levanté, embargado con emoción, abrumado con los sentimientos y demasiado drogado por la música como para pensarlo

Ella me miró, sus ojos onix brillantes, su expresión exudando el mismo placer y éxtasis. La misma paz.

Si, eso era, habíamos encontrado la paz en medio de todo el caos de nuestra mente.

La besé.

Arrodillándose ante ella traje su rostro al mío y terminé de consumir nos en esta hoguera. Dos personas aceptando su pecado y cediendo ante el.

Sus labios se presionaron contra los míos con la misma pasión con la que sus dedos se había movido por las cuerdas. Sentí el beso hacer cosquillear mi cuero cabelludo y bajar lentamente por mi cuello, recorriendo mi espalda, haciendo temblar mis piernas hasta hacerme cosquillas en la planta de los pies.

Sus manos agarraron mi camisa y me mantuvieron firme.

Incluso sin eso no planeaba apartarme, no de esta sensación que se sentía tan bien, que se sentía correcta.

Hubiera dado lo que fuera por hacer de ese momento eterno, por sumergirme en él y vivir allí

Pero mi mente, mis vacíos, mis recuerdos... Mi consciencia... Asomaron su fea cabeza y tuve que detenerme

Ella lo sabía.

Sus ojos onix eran tormentosos, sus manos aún en mi camisa pero su rostro lejos, sus labios lejos.

-con o sin recuerdos... No puedo hacerlo- le dije con un hilo de voz

Ella asintió -lo se- y lágrimas, lágrimas corrieron por sus mejillas

-no puedo Rosie, quiero... Lo DESEO- enfatice -pero no puedo-

Mi mente empañaba este precioso momento con lo que había sido. Necesitaba saber la verdad y después... Ni siquiera así sabía si podía seguir adelante con esto. Con Rosie.

Si era verdad...

No lo sabía, no sabía que pasaría y si no, no sabía si aún así lograría conciliar mis recuerdos, desvanecer mi culpa y seguir adelante.

Cuando Rosie me.miraba sabía que había dejado de ver a Shawn porque sus mirada no se ensombrecia más, porque compartía recuerdos de el conmigo y porque podía compartido mis recuerdos de él con ella sin que tuviera que apartar su mirada.

Pero aún así...

Y eso era solo la cereza de este horrible pastel

-Hunter...- su llanto se hizo más fuerte -quisera... Yo...- no sabía que decir, sus palabras se perdieron.

-lo se- le dije, pero mi voz era entrecortada mientras intentaban menguar mis lágrimas pero estas seguía cayendo.

Quizá ella podría dejar de ver a Shawn en mi, pero ella nunca dejaría de ser el amor de Shawn.

No podía competir con un recuerdo, mucho menos si era el de mi hermano.

No podía vivir conmigo mismo después de lo que sabía y seguir con ella.

Rosie lloraba en silencio y bese sus lágrimas, pero ellas seguían cayendo y se mezclaban con las mías.

-quizá... Quizá algún día...- dijo con un sollozo

-quizá-

Solo teníamos eso. Un supuesto.

Ella se marchó y Lucas vino por mi

-¿Estas seguro de lo que acabas de hacer?- dijo

-no me jodas, Lucas-

-saca tu cabeza de tu maldito trasero y date cuenta que no te juzgo!- Lucas perdió su temperamento -me gusta Rosie, me gustan juntos porque te veías... Se veían... Felices-

Le di una mirada

-bueno, cuando no estaban luchando contra sus sentimientos-

-los demás lo saben?-

-todos lo saben, Hunter- Lucas cadi grito -y a ninguno tiene porqué importarle una mierda- golpeó el volante y aparco -Shawn se marchó Hunter, no importa una mierda el pasado. Rosie no es Rebecca y esto NO es lo mismo- suspiro -si eres feliz con ella... Por que no intentarlo?-

Lo mire, Lucas era lo más cercano a un hermano que tenía ahora. Y la forma en la que hablaba era como escuchar a Shawn

Pero no podía consolidar el presente con el pasado cuando no tenía recuerdos. No sentía como míos las cosas que los demás decían, necesitaba hablar con la única otra persona que sabría la verdad.

-no puedo Lucas- fue todo lo que dije

No hubo más charla después de eso.

Cuando te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora