Una en un millón

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-Hunter es un idiota- canto Dalton miéntras rasgaba las cuerdas de una guitarra -qué tiene una chica- más rasgueo -pero la va a perder. Ta ta ta- sure voz imitó el sonido de su guitarra -por gallina- paso sus dedos rápidamente por las cuerdas de la guitarra en un sonido rock algo agresivo y finalizó con un estruendoso -Yeaaaaaaah!-

Lucas levantó su mirada de la enciclopedia (en realidad no estaba seguro, pero el libro era malditamente grande) para enarcar una ceja y reír -tus habilidades como compositor son estupendas- dijo con un toque de sarcasmo -pero no me dejas concentrar-

-y además en ofensivo?- intervine -insultante? Pesimista?-

Los ojos de Lucas volvieron a su libro mientras decía -ciertos?-

Golpe bajo

Dalton me sonrió con suficiencia -sabes que si Lucas lo aprueba, es cierto. Él es la voz de la razon- añadió, complacido con sigo mismo

Puse los ojos en blanco

-si yo tuviera una chica como Rosie-

Entrecerre los ojos y le di una mirada afilada -tu que?-

Movió su mano derecha sobre su cabeza, su abdomen y luego cada uno de sus hombros -Dios-

-te juro que si vuelves a mencionar algo como eso voy a romperte la cara-

-intentalo niño bonito- Dalton claramente me estaba provocando y mi temperamento solo empeoró porque estaba funcionando. Sabiamente, elegí callar.

Antes de volver a Rosie, tenía que hacer una parada.

********

Imaginarlo y planearlo fue mucho más fácil. Me debatir por mucho tiempo si tocar o no, si tenía que hacerlo o no. Esto último, resultaba innecesario, sabía la respuesta y era si. Esto era necesario.

Pude haber pasado años imaginando lo, pero ninguno de esos escenarios hipotéticos me prepararía para ver a Rebecca de nuevo.

Seguía siendo tan hermosa como antes, aunque esa belleza se ensombrecia con la amargura de su mirada.

Quizá era por lo que veía...

-Hunter- no había ninguna nota de rencor o si quiera emoción en su tono, su expresión tampoco me decía mucho, era plana, neutral

-Rebecca...- comencé, pero después de decir su nombre las palabras me abandonaron

-se a que viniste- una vez más, su tono era plano, no había ninguna emoción en ella que la delatara -y te contaré con mucho gusto lo que...-

-espera!- la detuve de inmediato, recobrando mis sentidos -no vine aquí para que me cuentes lo que paso. Vine a disculparme- las palabras desgarran mi garganta porque no eran suficientes -no importa cómo pasó, si es enteramente mi culpa o no, me considero responsable y lo que digas no menguara mi conciencia o mi culpa- aquello era cierto, y la honestidad fue como cura y enfermedad, un peso me había abandonado pero aún me sentía igual de cansado -incluso si por un milagro dices que no fue mi culpa, me conozco lo suficiente como para saber que encontraría algo más por lo que culparme-

Era más fácil eso, sentir pena por ti mismo dejarse llevar por el sentimiento que enfrentarlo. Que tener suficiente valor para pendonar, eso era algo que siempre dábamos muy fácilmente a los demás, pero no a nosotros mismo

-quiero pedirte perdón, porque mi comportamiento errático, de un modo u otro, te hizo parte de todo el desastre que yo era y estoy profundamente arrepentido por eso-

Cada palabra era cierta y quizá nunca me perdonará a mí mismo del todo, pero este parecía un buen paso

Rebecca no dijo nada y no esperaba nada, solo quería que lo supiera, quería decirlo y quizá, ella necesitaba escucharlo.

-espero que tengas una buena vida Rebecca porque lo mereces-

Como yo- susurro una pequeña voz en mi interior.

Incluso si no lo merecía, podía intentarlo y justo ahora quería ir y tomar entre mis brazos a mi uno en un millón. Rosie me dio la valentía de hacer esto, de enfrentar mis demonios y más importante, me había dado tiempo y espacio, porque esta batalla necesitaba enfrentarla solo.

Rosie era una fuerza tranquila, suave pero constante que hacía mella incluso en la mas dura roca.

No, lo que había pasado ya no importaba, ni lo que hubiera sido...esas cosas ya eran inalcanzables, pero el futuro...el AHORA, en eso, en eso sí tenía poder y elección.

Y la escogería a ella.

Mil veces, siempre sería ella.

Cuando te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora