Invierno (II)

177 26 5
                                    

Rosie

-Gracias por todo- dije mirándolos a cada uno

-de nada pequeña Rosie- Dalton me dio un gran abrazo de oso

-espero verte de nuevo, Rosie- Chase también me dio un abrazo –y la próxima te pateare el trasero- añadió

Me reí –ya lo veremos- lo había vencido con una victoria aplastante en un juego –no tenía ni idea de cómo se llamaba- de carreras, cuando después de almorzar decidimos jugar con la consola

-Espero verte mañana Rosie- dijo Lucas tomando su turno para un abrazo –recuerda que lo prometiste y podremos hacer esta nueva receta de la que me hablaste para la comida-

-Médico de profesión- dijo Hunter

-cocinero de corazón- respondieron Chase y Dalton en coro

Levanté una ceja ante su muy bien ensayada línea

-nos veremos mañana entonces- digo con voz cantarina mientras Hunter me ayuda a ponerme mi abrigo

-Adiós- me despiden

Les sonrió mientras Hunter abre la puerta para mí

-gracias por todo-

-cuándo quieres- dice Lucas en tono amable

-sí, muñeca- Chase me guiña un ojo –cuando quieras-

Me ruborizo, es inevitable, porque tengo que admitirlo, Chase es un chico muy guapo y no estoy acostumbrada a esta clase de interacción con los chicos. no desde que... no desde nunca en realidad.

-gracias- le sonrió –supongo-

Hunter rueda los ojos y Dalton le da un empujón a Chase

-¿qué? Tenía que decirlo- se justifica

-Vamos- me alienta Hunter –seguirán así por otra media hora-

Salimos y sus voces se reducen a un susurro inentendible.

-lo siento por eso- me dice mientras bajamos las escaleras –ellos necesitan aprender a comportarse –me da una mirada divertida –es difícil entrenarlos-

Dejo salir una carcajada –no son cachorros-

-no, tienes razón- concuerda –al menos los cachorros son tiernos y lindos-

Sigo riendo mientras empezamos a caminar por las concurridas calles, llenas de peatones gritones, embotellamientos y ciclista imprudentes.

-wow! NY es algo agresiva e intimidante- digo distraídamente mientras veo a varios conductores discutir y hacer sonar sus bocinas cuando cruzamos una calle.

El semáforo estaba en rojo.

-es la gran manzana- Hunter me ofrece su brazo -¿Qué esperabas?-

-supongo que tienes razón- respondo mientras me acurruco un poco más cerca, el viento helado me tiene la punta de la nariz entumecida, gracias a dios tengo puestos unos guantes porque de no ser a si mis manos estarían igual

Caminamos en silencio durante varias calles, esquivando personas y acomodándonos de tal manera que no tengamos que separarnos, me repito mentalmente que solo me mantengo cerca resguardarme del frío.

Pero el hecho de que tenga que repetirlo constantemente, es extraño.

-Sí, claro- replicó una voz en mi cabeza con sarcasmo -no tiene nada que ver con él...-

Sacudo la cabeza en un intento –algo estúpido- por librarme de la voz

Noto a hunter algo inquieto y pudo sentir su mirada sobre mi, pero en el segundo en que volteo para enfrentarlo, la retira.

Estoy a punto de preguntarle si está bien cuando se detiene de repente

-¿ya quieres que te lleve a tu hotel?- dice, algo brusco, y demasiado rápido

Le doy una mirada desconcertada

-quiero decir- se balancea sobre sus talones –que si te apetece hacer otra cosa- mira al cielo, algo gris pero los destellos del sol aún visibles durante otro rato antes que desaparezcan y den paso a la noche. Luego mira su muñeca y no puedo evitarlo me echo a reír porque no tiene reloj

Cierra los ojos fuertemente y golpea su frente con su palma –que idiota-

-fue algo chistoso- le digo

-bueno, al menos te hizo reír, así que no me siento tan idiota por mirar mi reloj- dice mientras vuelve a mirar su muñeca desnuda –entonces...- me mira expectante

-¿Qué tienes en mente?-

Se ve un poco sorprendido pero se recupera rápidamente y me da esa sonrisa en la que muestra todos los dientes, una sonrisa real. En el poco tiempo que había conocido a Hunter he notado que esas sonrisas eran escasas y era una pena, porque se ve hermoso, con sus ojos grises, ahora como el humo, brillando. Y no soy la única que piensa lo mismo, varias mujeres que pasan se quedan embobadas mirándolo.

No las puedo culpar, Hunter sonriendo de esa manera es algo digno de presenciar.

-bueno, no lo se- abre la boca como si fuera a decir algo más pero luego la cierra rápidamente

Me quedo mirándolo perdiéndome en sus bonitos ojos y luego me reprendo mentalmente y sacudo la cabeza tratando de concentrarme.

Ya basta.

Empiezo a pensar que lo mejor sería irme, Hunter a veces produce un extraño efecto en mí. Es algo que no puedo explicar, me da curiosidad pero al mismo tiempo me asusta, me asusta como el infierno.

-será mejor que sea un lugar que tenga calefacción- las palabras se derraman de mi boca antes de que pueda detenerlas –porque me estoy congelando- trato de bromear

Si, bueno, al parecer la opción de marcharse no era más una opción.

No podía alejarme o mejor dicho...

No quería hacerlo.   

Cuando te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora