Probemos a nuestro amigo

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No me podía concentrar, de nuevo el aparecía en mi mente, aparecía en el momento menos indicado ¿ Que pasaba conmigo? ¿ Porque dejaba que me tocaste de esa forma? ¿ Porque no podía simplemente alejar de mi?
Estaba a punto de llorar por puro coraje de impotencia, por no poder decirle que me dejara en paz.
¿ Pero quería que me dejase en paz?
- ¿ Que tienes?- me preguntó Renata con hostilidad, normal en ella.
- Nada es solo que pasan muchas cosas en mi cabeza y no se que hacer
-¿ Es por Axel?
- Si, es por el, me esta cortejando
Su cara mostró una sonrisa que no me gustó para nada.
- Hermanita que milagro
- Renata es extraño
- ¿ Extraño? Se que tienes dudas, se que tienes mucha confusión.
- ¿ Y que propones?
- Probemos a nuestro amigo
-¿ Cómo?
- Si osea que si siente algo por ti no a aceptará tener una aventurilla conmigo
- Ah! Eso, como quieras
Sabia que nada bueno iba a salir de su idea pero al menos así sabría que el me estaba evitando, por decirlo de una forma.
Se había detenido y dijo que no podía, pero si pasa algo con Renata sabría que el....no sabría nada, no sabía que era.
No sabia porque me trataba de esa forma, estaba con un tremendo lío en ma cabeza.
- Regina- Renata me dio un golpe en la cabeza- Reacciona.
-¿Que pasa?
- Tocan el timbre y es tu novio
- No es mi novio
- Lo que sea pero podemos llevar a cabo mi prueba
- Muy bien como gustes, dile que no estoy y que no volveré hasta muy tarde
- Esta bien ve a tu habitación
Casi me había empujado, pero estaba en mi habitación con la oreja pegada a la puerta- Hola- habló Renata
- ¿ Está Regina?
- No, no esta Axel
- Bien pues creo que me voy - una pequeña sonrisa de satisfacción se dibujó en mi rostro al escuchar que se iba a ir
- También podemos ser amigos
- Si quieres esta bien
- Pero de los amigos que se tienen confianza- podía jurar que le estaba acariciando la mejilla.
- Explicate
- Pues......- se escuchó un silencio total, fue cuando me entró una tremenda decepción.
Se escuchó un portazo y una leve risita de Renata junto con la de Axel.
Un minuto, dos, tres, cuatro y cinco minutos.
Abrí la puerta para encontrarme con la sala vacía, el se había ido con ella, me sentí tentada a ir y reclamar, pero no tenia que reclamar, no era nada para el, no valía la pena pelear con Renata.
Estaba un poco triste por ello comenzaba a comer, era un defecto que tenía, si me estaba ansiedad comía compulsivamente y no paraba hasta quedarme dormida.
Por ello preparaba un hot dog, que se convirtieron en ocho.
Estaba todo en la mesa listo para devorar pero tocaron la puerta, me levanté a regañadientes de mi cómoda silla y fui a ver quien era.
Abrí la puerta
- Kurtis que milagro
- Re....- parecía dudar- Regina
- ¿ No entiendo como nos diferencian?
- Tu carita refleja inocencia, la de Renata no
- No es de mucha ayuda pero gracias ¿ Que haces aquí?
- ¿ Puedo pasar?.
- Cierto disculpa mis malos modales
- No te preocupes pequeña
Entró a la casa-¿ Estas con alguien mas?
- Eh.......no, no estoy con nadie
- ¿ Te piensas comer todo eso?
- Si
-¿ Tu sola?
- Aja
- Regina creo que deberías cuidarte
- No soy Renata ella si se cuida además estoy en un....estoy un poco ansiosa y no pare de comer- pensé un momento- ¿ Quieres ayudarme?
Se sorprendió cuando pedí su ayuda
- Esta bien, además tengo que hablar contigo
- ¿ Conmigo?
- Si
- Pasemos a comer, ponte cómodo tengo que ir por algo
- Te acompaño
- No, voy y vengo, lavate las manos
Me sonrió, fui directo a mi habitación, parecía ser que en la parte de arriba había una fiesta, podía escuchar el movimiento de la cama.
Sabia que el solo me provocaba y después solo me dejaba con las ganas.
Pues bien ya no volvería a pasar, no volvería a dejar que me tocase se esa forma tan deliciosa y que me....
Sacudí la cabeza alejando mis pensamientos absurdos y pecaminosos.
Volví de nuevo a la cocina, encontré a Kurtis comiendo, no sabia nada de el, así que podía ser el momento de conocer a alguien más.
- Kurtis - levantó la mirada
-Mmmmm- tenia la boca llena
- ¿ Cuantos años tienes?- era una buena pregunta para iniciar una conversación.
Se pasó el bocado
- Treinta y tres años ¿ Por?
- Nada mas
- ¿Me inundaras de preguntas?
- Puede ser- comencé a comer
Me miraba, parecía formular una pregunta para mi- ¿Y tu?
- ¿ Yo que?
- Cual es tu edad?
- Diecinueve
- Ya veo eres joven, pronto cumplirlas veinte
- Si en unos tres meses
- Regina te tengo que entregar esto- me dio una tarjeta de crédito plateada
-¿ Para que?
- Para que manejes tu cuenta, ya cuentas con los quinientos mil y pues ahí te irá dejando dineros Josep
- Gracias pero no era necesario
- Si que lo era nena de lo contrario hubiese ocurrido una tragedia
-¿ Eres casado ?
Sonrió- No, no soy casado pero si quieres puedes ser mi esposa
Casi me atragantaba.
¿ Su esposa?
- No yo...
- Eres joven y quieres estudiar, tu espacio y esas cosas lo entiende, se que el matrimonio no ocupa un lugar en tu mente.
Me limpió la comisura del labio un poco de salsa de tomate.
- Gracias
Seguimos comiendo, Kurtis parecía ser un hombre comprensivo y a demás era guapo y no estaba casado.
Terminamos de comer, ahora el tenia un poco de salsa de tomate en la comisura de los labios.
Le limpie la boca, me sonrió de nuevo.
- Vamos al sofá- me tomó de la mano y me obligó a ir al sofá.
Me sentó y se recostó sobre el sillón, apoyó su cabeza en mis piernas.
Me pareció algo extraño pero lindo a la vez, comencé a acariciarle la cabeza.- Sigue así ¿ Puedo dormir un rato?
- Claro
- Cuida de mi
Me pareció extraña su petición pero asentí. Kurtis dormía, se me cruzó por la cabeza una idea.
Ellos bajaban lo sabia pero quería hacerlo, me mordí el labio inferior.
Y lo hice, besé a Kurtis, pensé que dormía pero no, no era así, me seguía el beso.
Había besado a Kurtis.

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