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Palabras técnicas y vocabularios especiales

El lector descubre algunas palabras importantes gracias a que no son corrientes para él y por eso le causan problemas; pero ¿hay alguna otra forma de localizarlas? ¿Existen algunas señales positivas que las destaquen?
Existen varias. La primera y más evidente consiste en el hincapié explícito que hace el autor en algunas palabras y no en otras.
Puede hacerlo de diversas maneras: con recursos tipográficos, como comillas o cursivas; exponiendo explícitamente sus diversos significados e indicando cómo va a emplear la palabra en cuestión en las diversas partes del libro, o destacarla definiendo lo que designa dicha palabra.
Si el autor no destaca las palabras, el lector puede localizarlas si posee ciertos conocimientos sobre el tema antes de iniciar la lectura.
En esto pueden ayudarnos las normas para analizar la estructura de un libro. Si el lector sabe a qué categoría pertenece, sobre qué trata en conjunto y cuáles son sus partes principales, le servirá de gran ayuda separar el vocabulario técnico de las palabras corrientes. El título del autor, el encabezamiento de los capítulos y el prólogo pueden resultar útiles a este respecto.

El problema que se plantea con la mayoría de los lectores es que no prestan suficiente atención a las palabras como para descubrir sus dificultades. No distinguen entre las palabras que no comprenden lo suficiente de las que sí comprenden. No servirá de nada todo lo que hemos sugerido al lector para ayudarle a hallar las palabras importantes de un libro a menos que realice un esfuerzo deliberado y consciente por observar los vocablos sobre los que debe trabajar con el fin de encontrar los términos que los expresan. Quien no logre reflexionar sobre las palabras que no comprende, o al menos señalarlas, no conseguirá nada.


Cómo descubrir el significado
Localizar las palabras importantes no es sino el principio de la tarea: Supongamos que el lector ya ha señalado las palabras que le resultan problemáticas. ¿Qué ha de hacer a continuación?
Existen dos posibilidades fundamentales: el autor está utilizando estas palabras con un único sentido en todo el texto, o lo hace con dos o más sentidos, cambiando el significado.
En el primer caso, la palabra expresa un solo término.
En el segundo caso, las palabras expresan diversos términos.

A la luz de estas alternativas, el procedimiento es el siguiente.
En primer lugar, tratar de determinar si la palabra tiene uno o múltiples significados. Si tiene muchos, hemos de intentar comprender qué relación existe entre ellos. Por último, hemos de observar los lugares en los que se utiliza la palabra en uno u otro sentido, y ver si el contexto ofrece una clave clara para comprender la razón de la diferencia de significado, algo que permitirá que el lector siga dicha palabra según su cambio de significado con la misma flexibilidad que caracteriza al uso que el autor le da.
¿Cómo averiguar en qué consisten los significados?
La respuesta, si bien sencilla, puede parecer poco satisfactoria, pero la paciencia y la práctica demostrarán que se trata exactamente de lo contrario. La respuesta consiste en que hay que descubrir el significado de una palabra que no se conoce empleando el significado de todas las demás palabras del contexto que no se comprenden. Éste es el método, por delirante que parezca.
Si todas y cada una de las palabras del libro que estamos leyendo nos resultaran totalmente desconocidas, como en el caso de una obra en una lengua extranjera que no conocemos en absoluto, no podríamos realizar ningún progreso.

A eso se refieren las gentes al decir que un libro les suena. A chino. Sencillamente, no han intentado comprenderlo, algo justificable si realmente estuviera escrito en chino; pero la mayoría de las palabras en su propio idioma tienen que resultarles conocidas. Estas palabras rodean a otras más extrañas, a los vocablos técnicos, que pueden plantear ciertos problemas al lector. Las palabras colindantes constituyen el contexto de las palabras a interpretar. El lector cuenta con todos los materiales que necesita para llevar a cabo su tarea.
No queremos decir que se trate de una tarea fácil; simplemente insistimos en que no es imposible. En caso contrario, nadie podría leer un libro para incrementar la comprensión. El hecho de que un libro pueda aportar nuevos conocimientos o percepciones es indicio de que probablemente contiene palabras que quizá el lector no haya comprendido de inmediato, y si no pudiera entenderlas gracias a sus propios esfuerzos, la clase de lectura de la que hablamos en el presente libro sería imposible. No se podría pasar de una menor comprensión a una mayor comprensión de un libro.

Es posible que el lector no quiera llegar más allá; pero aun así, descubrirá que se incrementa considerablemente su comprensión de un libro si se toma la molestia de hallar las palabras importantes, de reconocer los cambios de significado. Raramente un cambio tan pequeño en una costumbre tiene consecuencias tan amplias.

Cómo Leer Un Libro  (Mortimer J. Adler Y Charles Van Doren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora