LA LECTURA Y EL DESARROLLO MENTAL

71 2 0
                                    


LA LECTURA Y EL DESARROLLO MENTAL

A qué pueden ayudarnos los buenos libros

Los medios que servirán al lector para mejorar la lectura son los libros.

Si lee con el fin de ser mejor lector, no puede leer cualquier libro o artículo. No mejorará si lo único que lee son obras dentro de los límites de su capacidad. Por eso debe acometer otras que le superen, pues sólo con ellas se ensancha la mente, la única forma de aprender.

Por tanto, reviste importancia crucial no sólo saber leer bien, sino identificar los libros que imponen las exigencias que requiere el mejoramiento de la destreza lectora. Una obra que sólo entretenga puede resultar una diversión agradable para pasar un par de horas de ocio, pero de ella no se puede esperar más que simple entretenimiento. No estamos en contra de la diversión por derecho propio, pero deseamos insistir en que no va acompañada por un mejoramiento en la destreza lectora, y lo mismo podría decirse de un libro que simplemente informa de hechos que el lector no conocía si no contribuye a aumentar la comprensión de tales hechos.

Leer para informarse no ensancha más la mente que leer para divertirse.

El buen lector es exigente consigo mismo. Lee activamente, realizando esfuerzos. A continuación vamos a decir algo distinto: que los libros con los que deseará practicar, sobre todo la lectura analítica, también deben plantearle exigencias al lector. Deben dar la impresión de superar su capacidad, si bien éste no ha de temer que ocurra así en la realidad, porque no existe ningún libro completamente ininteligible si se le aplican las reglas para la lectura que hemos descrito, lo que, naturalmente, no significa que vayan a obrar milagros inmediatos.

Hay ciertos libros que continuarán ensanchando la mente por muy buen lector que se sea, precisamente los que se deben buscar con más ahínco, porque son los que mejor pueden ayudarnos a aumentar la destreza lectora.

Un buen libro sí ofrece una recompensa a quien intenta leerlo, recompensa que puede ser de dos clases. En primer lugar, el mejoramiento de la destreza lectora que se produce cuando se logra comprender una obra buena y difícil, y en segundo término –mucho más importante a la larga-, que puede enseñarle al lector algo sobre el mundo y sobre sí mismo. Aprende algo más que a leer mejor; también aprende más sobre la vida, adquiere sabiduría. No sólo conocimientos, que pueden conseguirse también con los libros que no ofrecen sino información. Adquiere sabiduría, en el sentido de tener una conciencia más profunda de las grandes verdades de la vida humana.

Vida y desarrollo de la mente

Supongamos que una persona sabe que va a tener que quedarse en una isla desierta el resto de su vida o al menos durante una larga temporada. Supongamos también que le da tiempo a prepararse para la experiencia, en cuyo caso debe llevarse una serie de objetos prácticos y útiles, y que además se le permite que escoja diez libros. ¿Por cuáles se decidiría?

Tratar de elegir a partir de una lista es instructivo, y, no solo porque puede ayudar a identificar los libros que preferiría leer y releer, algo probablemente de importancia secundaria en comparación con lo que se aprende de uno mismo al imaginar cómo sería la vida apartados de cualquier clase de diversión, información y entendimiento que normalmente nos rodean. El lector ha de recordar que en la isla no habría ni radio ni televisión, ni tampoco bibliotecas; sólo él y diez libros.

Esta situación imaginaria parece extraña e irreal cuando se empieza a pensar en ella, pero ¿es de verdad tan irreal? Nosotros no lo creemos. En cierta medida, todos estamos solos en una isla desierta; todos nos enfrentamos al mismo reto con el que nos encontraríamos si realmente estuviésemos allí, el reto de descubrir en nuestro interior los recursos para llevar una buena vida humana.

La televisión, la radio y todos los medios de entretenimiento e información que nos rodean en la vida cotidiana también son puntales artificiales. Nos dan la impresión de que nuestra mente está activa porque tenemos que reaccionar ante los estímulos del exterior, pero el poder de esos estímulos externos para mantenernos es limitado. Se parecen a ciertas drogas. Nos acostumbramos a ellas y las necesitamos cada día más, continuamente, hasta que, por último, dejan de hacer efecto, o su efecto es menor. De igual manera, si carecemos de recursos interiores, dejamos de crecer intelectual, moral y espiritualmente, y cuando dejamos de crecer, empezamos a morir.

Por tanto, leer debidamente, que equivale a leer activamente, no sólo constituye un bien en sí, ni un simple medio para progresar en nuestro trabajo o carrera; también sirve para mantener la mente viva y en crecimiento.

Cómo Leer Un Libro  (Mortimer J. Adler Y Charles Van Doren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora