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Preguntas a plantear ante un libro de historia

A pesar de que la mayoría de los libros de historia se aproximan más a la ficción que a la ciencia, pueden y deben leerse como ensayos.

Por tanto, hemos de formular las mismas preguntas que a esta clase de obras. A causa del carácter especial de la historia, las preguntas se plantean de una forma ligeramente distinta, y las respuestas también presentan pequeñas diferencias.

¿Ha dividido su obra en capítulos que corresponden a años, décadas o generaciones, o ha seguido otros criterios?

¿Expone en un capítulo la historia económica de la época que le ocupa y cubre las guerras, los movimientos religiosos y la producción literaria en otros?

¿A qué le atribuye mayor importancia?

Si averiguamos esto, si podemos decir qué aspecto de la historia que está contando le parece fundamental, le entenderemos mejor. Tal vez no coincidamos con lo que considera básico, pero de todos modos podemos aprender de él.

Un buen historiador debe combinar el talento del novelista con el del científico.

Debe saber qué es verosímil o probable y qué ocurrió realmente.

Por tanto, la principal respuesta a la pregunta ¿qué importancia tiene? estriba en la dirección de la acción práctica, política. Por esta razón es fundamental leer bien la historia. Por desgracia, los dirigentes han actuado con frecuencia poseyendo ciertos conocimientos de historia, pero no los suficientes. En un mundo tan pequeño y peligroso como el nuestro, sería buena idea que todos empezásemos a leer mejor los libros de historia.

Cómo leer biografía y autobiografía

Una biografía es un relato sobre una persona real, circunstancia que le confiere un carácter mixto.

El lector debe formular la misma clase de preguntas:

¿Cuál es el objetivo del autor?,

¿Cuáles son sus criterios de la verdad?, además de las preguntas que dirige a cualquier libro.

Existen diversas clases de biografía. La definitiva, destinada a ser la obra final, exhaustiva y documentada sobre la vida de alguien suficientemente importante como para merecer un trabajo de este tipo, que no puede escribirse sobre personas vivas. Raramente se la compone hasta que han aparecido varias biografías no definitivas, con frecuencia de no muy buena calidad.

Dado que la destreza para reunir materiales difiere un tanto del talento para darles forma de buen libro, las biografías definitivas no siempre resultan de fácil lectura. Una verdadera lástima, porque un libro erudito no tiene por qué ser aburrido.

Una biografía definitiva es una porción de historia, la historia de una persona y su época, vista por sus propios ojos, y habría que leerla como tal. Una biografía autorizada no es lo mismo en absoluto.

Normalmente, estas obras se escriben por encargo de los herederos o amigos de un personaje importante, con sumo cuidado para que los errores que cometió la persona en cuestión y los triunfos que obtuvo se vean a la mejor luz posible. A veces son muy buenas, porque el autor cuenta con la ventaja -que no siempre se les concede a otros escritores- de tener acceso directo a todos los materiales pertinentes gracias a quienes los controlan, pero, naturalmente, no se puede confiar en ellas tanto como en las definitivas. En lugar de leerlas simplemente como historia, hay que comprender que pueden ser parciales, que así es como se lo debe tomar el lector porque así es como los amigos y allegados del biografiado quieren que el mundo le conozca.

La biografía autorizada es un tipo de historia, pero con ciertas diferencias. Podemos sentir curiosidad por ver qué quieren las personas interesadas que sepa el público sobre la vida privada de una persona, pero sin esperar conocerla realmente.

Existen otras biografías que no son definitivas ni autorizadas, a las que quizá podríamos denominar biografías corrientes. En tales obras esperamos que el autor sea exacto, que conozca los hechos que maneja. Por encima de todo, queremos tener la sensación de estar ante la vida de una persona real de otra época y otro lugar.

Los seres humanos somos curiosos, con una curiosidad especial por otros seres humanos.

Las autobiografías plantean problemas diferentes y sumamente interesantes. En primer lugar, podríamos poner en tela de juicio que jamás se haya escrito una auténtica autobiografía. Si resulta difícil conocer la vida de otra persona, mucho más difícil es conocer la propia, y, naturalmente, todas estas obras tratan sobre unas vidas que aún no han terminado.

¿Hay otras claves para leer biografías y autobiografías? Vamos a mencionar una bastante importante. A pesar de que tales obras, sobre todo las segundas, revelan muchas particularidades sobre sus autores, no debemos dedicar tanto tiempo a descubrir los secretos del autor como para no averiguar qué dice lisa y llanamente. Poco más hay que añadir aparte de esto, dado que se trata de obras en muchos casos más poéticas que discursivas o filosóficas. Naturalmente, hay que recordar que si se desea conocer la verdad sobre la vida de una persona hay que leer el mayor número de biografías sobre ella que se pueda encontrar, incluyendo su autobiografía, si es que la escribió. Recomendamos al lector que lea la biografía como historia y como la causa de la historia, que lea entre líneas en las autobiografías y que no olvide que no puede discutir un libro hasta haber comprendido plenamente qué dice.

Cómo Leer Un Libro  (Mortimer J. Adler Y Charles Van Doren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora