El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.

Capítulo 9: El chico malo.

A la mañana siguiente no me sentía con las suficientes ganas de ir al Instituto, no solo porque sé que mi hermanastra está saliendo con mi ex novio, sino porque abandone a Ian, ni siquiera le envié un mensaje pidiéndole disculpas por haberme ido de la nada, pero no quería volver a ver a Louis. Sé que Ian tiene que saber una explicación por la razón que me fui, lo sé y me siento terrible. Mamá insistió en que ella no sabía nada acerca de Louis y le creo, ella apenas se había enterado que Melanie tenía novio, así que no puedo estar molesta con ella, pero por otro lado estoy totalmente molesta con Louis, ¿por qué? ¿Por qué tenía que regresar a mi vida? ¿Acaso no le bastó con todo el daño que me hizo? Por supuesto que no lo sabe, se fue sin más, aunque claro, su hermano fue el que me dio la maravillosa noticia de que se iría de California, ni siquiera tuvo las agallas para despedirse de mí.

Eran más de las siete, y se supone que debería estar desayunando. Ya estoy bañada y vestida, pero ni siquiera puedo mirar a Melanie a la cara, ¿acaso ella sabe que tuve algo con su novio? ¿Louis se lo habrá dicho? Pues espero que sí, porque no quiero ser yo quien se lo diga, porque ella se va a tener que enterar que mantuve una relación con Louis por más de dos años, así que espero que al menos él haya tenido el valor de habérselo contado esa noche. Escuche que tocaron la puerta de mi habitación, pero no quería ver a nadie, ni mucho menos a mi mamá. Volvieron a tocar, esta vez más fuerte por lo que tuve que permitir que entraran.

Cuando la puerta se abrió, pensé por un segundo que sería mi mamá, pero no ella sino Dylan. No traía traje como la mayoría de veces lo había visto, sino que esta con unos pants grises y una camisa negra desgastada. Supongo que acaba de hacer ejercicio, o apenas lo hará. Dylan cerró la puerta a sus espaldas y se acercó hasta donde yo estaba.

- Buenos días, Charlotte – dijo él, quitándome la corbata de las manos.

Puse los ojos en blanco, ni siquiera quise ocultarlo, simplemente lo hice, sin embargo, Dylan no dijo nada ni mucho menos hizo alguna expresión. Coloco la corbata alrededor de mi cuello y se dedicó a hacerme el nudo. No podía estar molesta con él, por alguna razón Dylan es la única persona que me agrada realmente, tal vez no lo conozco, ni siquiera le dedico la palabra en muchas ocasiones, pero me agrada. De simple vista.

- Lamento el drama que hice anoche, sabía que tú querías que saliéramos como familia, pero yo...

- Oye – Dylan negó con la cabeza – Esta bien, no te sentías bien y yo no te iba a obligar a que te quedaras.

Solté un suspiro de alivio. Pensé que estaría molesto por obligarlo que nos llevará nuevamente a la casa, hubiera sido genial que anoche conviviéramos más, quiero decir, pronto iniciará el compromiso con mi madre y todavía no sé muchas cosas sobre este hombre más que es uno de los empresarios más reconocidos de Nueva Orleans, es todo lo que sé sobre Dylan Day. Creo que hay más cosas en él, cosas que podrían ser interesantes, pero no sabría cómo descubrir cada una de ellas.

- Debería irme de una vez, no me gusta llegar tarde a clases.

- Puedes faltar, si es que todavía te sientes mal – él me miró a los ojos, todo mi cuerpo se empezó a tensar y de repente, sentía la necesidad de tocarlo, de estar cerca de él, pero pude contenerme.

Esta era de las cosas que odiaba cuando estaba cerca de él, de alguna manera él logra hacer que me olvide de todo, que empiece a comportarme de una forma distinta. Y no me gusta eso, realmente no me gusta que una persona me haga eso.

- Estoy bien – mentí – Gracias por preocuparte.

Dylan asintió con la cabeza y retrocedió un paso –: Angela ya se ha ido a trabajar, me pidió que subiera, ya sabes, quería asegurarse de que estás bien y ya veo que lo estás. Como sea, si por alguna razón te sientes mal estando en el Instituto, llámame e iré por ti, ¿de acuerdo?