Capítulo 38: Cuidado, Charlotte. Si juegas con fuego, puedes quemarte.

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ADVERTENCIA: El capítulo tendrá contenido sexual, si te incomoda, simplemente no lo leas. 

La noche de cine no había resultado tan divertido como había imaginado. No podía sacarme de la cabeza la advertencia que Marlon me había dado. ¿A qué se refería? ¿Tan malo son los temas que ellos dos están tratando? ¿Debería temer y alejarme de una buena vez?

Fuimos a cenar y después a los bolos hasta que dieron las doce y media de la noche. Melanie había tomado un par —muchas— copas, por lo cual se estaba tambaleando cuando llegamos a casa. Él la sostenía de un brazo y yo del otro mientras que ella se estaba riendo de no sé qué cosa.

—Mel, amor, por favor; ayúdanos —Louis suelta un resoplido.

La pelirroja frunció las cejas.

—Ya —voltea a verme y recarga su cabeza en mi hombro—. Los amo, chicos, ¿ya se los había dicho?

Miro a Louis y él se limita a encogerse de hombros. El pobre se pasó todo el camino disculpándose tanto con Jake como conmigo por el cambio repentino de humor de su novia. Era la primera vez que veía a Melanie ebria. Todos, excepto yo, bebieron un par de copas, pero Melanie se excedió un poco. Me hice responsable y yo di la cara por todos e incluso conduje de camino acá para que Louis cuidara de ella mientras que Jake no paraba de decir que Melanie parecía que iba a vomitar.

—¿Crees que pueda quedarme a dormir esta noche? —Louis frunce las cejas y sacude la cabeza—. Quisiera cuidar de Melanie y creo que estoy un poco cansado para conducir, bueno, tampoco quisiera aprovecharme...

—Louis —suelto una carcajada al interrumpirlo. Él siempre comenzaba a decir cosas que ni al caso cuando está nervioso, como ahora mismo—. Claro que puedes.

Él suspiró aliviado y asiente con la cabeza.

—Si quieres yo la llevo a su habitación, te ves muy cansada.

Y esta en lo correcto. El día ha sido demasiado intenso y finalmente ha llegado a su fin. Aunque no sé si podré dormir por la amenaza de Marlon. Siento se me contrae el estómago de tan solo recordar sus palabras y la manera en la que me las dijo. Me despido de Louis y de Melanie, la cual tenía una sonrisa en su rostro desde que salimos de los bolos; subo a mi habitación con paso lento, suelto un bostezo cuando cruzo por el pasillo y entro a mi habitación.

No tenía ni idea si Marlon realmente se quedara un tiempo por aquí, y si es así me aterra completamente eso. No comprendo que es lo que Dylan piensa probar teniéndolo viviendo bajo el mismo techo, pero si él quiere averiguar algo, quizá yo también pueda averiguarlo. Le envió un mensaje a Alex, la cual me había estado mensajeando toda la tarde ya que tuvo "esa platica con sus padres", si es patético, lo sé. Muy patético si tenemos en cuenta que Alex perdió su virginidad a sus quince años de edad. No me contó mucho al respecto, pero me sentí agradecida que haya tenido la confianza en decírmelo, yo hubiera deseado platicarle como fue la mía, pero no es algo que me gusta hablar y aparte, Alex tuvo sexo porque quería, yo tuve porque me obligaron.

Voy rápidamente al baño para darme ducharme rápidamente, me sentía sucia de tan solo recordar lo que el maldito de mi padre me hizo. Contengo las ganas de vomitar y me ducho lo más rápido posible para luego, meterme a la cama. Ni siquiera el agua caliente me ayudo a despejar mis pensamientos y no me ayudo a estar menos tensa, solamente me dejo con el mismo sabor de boca.

Me pongo solo una camiseta blanca y vieja por encima, esta noche prefiero dormir sin pijama o sostén, al menos me merezco sentirme liberada en ese aspecto. Aun con el cabello húmedo, me meto a la cama e intento dejar mi mente en blanco, aunque sé que no puedo.

El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora