Jake me había dado una larga charla acerca de cómo eran los profesores en el instituto, con lo poco que me contó, es más que suficiente como para saber que no hay que llevarle la contraria a ninguno de ellos. La primera campana tocó, por lo que a primera hora me tocaba informática con la señorita Robertson. Una buena noticia es que me gusta informática, la mala es que no tendría a un conocido cerca de mí, ese era el único problema, pero vamos. Soy Charlotte, una chica independiente y sociable ante todo, ¿por qué debería darme miedo mezclarme con las demás personas? Si Alex estuviera aquí, sé que me daría unas bofetadas por intentar hacer que coma en el receso en el baño, ¿acaso eso sería patético? Pues espero que no sea así. La clase estaba medio llena para cuando entré y todavía no estaba la profesora, por lo que todavía conservo mi asistencia en este día. Recorro la primera fila hasta llegar a la mitad. Los pupitres tenía que compartirlos con alguien, por lo que me senté en uno que estaba vacío. Me quito la mochila de los hombros y la dejo a un lado de mis piernas, en ese momento sentí que alguien se sentó a mi lado. Genial, ahora conoceré a mi compañero o compañera de pupitre.
Al levantar mi vista, Ian Benson estaba sentado a mí lado, con ambas cejas levantadas con impresión y con esa hermosa sonrisa que se guarda. Suspiré.
- De todos los pupitres vacíos en este salón, ¿elegiste el mío? ¿Precisamente el mío? – intente que mi ira masiva se escuchará a la hora de tener que hablarle.
Ian no se vio dolido ni mucho menos confundido. Él se inclinó hacia delante y negó con la cabeza al mismo tiempo en el que dejó un libro de texto.
- Sólo quería hacerte compañía. Las primeras clases siempre nos harán hablar uno del otro, sería mejor si nos habláramos, quiero decir, me conoces.
- Todo el mundo te conoce – respondí, echando humo por todas partes – De seguro todas aquí te conocen, dime Ian, ¿con quién más te has besado?
Ian soltó una risa, ¿qué le causaba gracia a este estúpido? Apuesto que es popular, sí, lo es. También apuesto que es capitán del equipo de fútbol americano y eso no es todo, su novia es integrante del equipo de animadoras, o y no olvidemos la mejor parte, le pone los cuernos a su novia y es un mujeriego y ahora que soy la chica nueva intenta seducirme.
- Tal vez tengas razón – hasta su sinceridad me parecía un asco – Posiblemente me haya besado con todas las que están en este salón, sí, quizás – bingo, tenía razón. Siempre la tengo –, excepto contigo, claro, ¿nos debemos de besar ahora?
No dude ni dos veces en poner los ojos en blanco y evitar su sonrisa tan arrogante. Una señora rubia de unos cuarenta y algo años, entró a la aula y dejó sus cosas en el escritorio. Una vez que hizo eso, sonrió a la clase.
- Lamento el retraso, había mucho tráfico, pero en fin. Buenos días clase, quizás muchos de los presentes me conocen. Veo algunas caras nuevas – la profesora Robertson me miró por unos segundos – Soy la profesora Robertson y les daré dos clases, tanto informática como biología. El día de hoy no daré clase, sino ustedes.
- Te lo dije – Ian me susurró al oído.
Me aparte de él por lo menos cinco centímetros más, media pompa estaba fuera del pupitre, sólo de esa manera podré estar muy apartada de él. Bueno, tendré que acostumbrarme si estaremos compartiendo pupitre por seis meses.
- Tal vez ustedes mismos se conocen, pero algunos no. Por lo que se me ha ocurrido una buena idea para que todos nos conozcamos, ¿de acuerdo? – La profesora se sentó encima del escritorio, cruzando sus brazos y entrelazando las piernas – Ustedes miraran de frente a frente a su compañero de pupitre, no importa si se conocen de toda la vida o no, pero eso quiero que hagan.
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El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.
Roman d'amourCharlotte Montgomery sufrió muchas cosas cuando era solo una niña, desde el divorcio de sus padres hasta la muerte de uno de ellos. Luego de siete años, su madre decide seguir con su vida, tomando una decisión para ambas. Angela Montgomery se compro...