Luego de cinco horas, por fin habíamos regresado a Nueva Orleans. Ya casi serían las once de la noche, pero al menos me sentía con las fuerzas suficiente como para hablar con Ian al menos. Angela estaba en casa, así que fue la primera persona que vimos al entrar a casa. Ella estaba viendo una película en la sala, y cuando entramos se puso de pie.
—¡Llegaron! — dijo ella acercándose a nosotros junto con una amplia sonrisa en los labios — No tienen ni idea de la tortura que ha sido estos días sin ustedes.
Mamá me dio un beso en la mejilla, pero quien realmente estaba interesada era en saludar a Dylan. Ella lo abrazó con tanta fuerza, como si no lo hubiera visto en días, incluso en semanas. Yo desvíe la mirada ya que fue algo incómodo de ver, por lo que decidí irme directamente a mi habitación para poder hablar con Ian a solas.
—¿No vas a querer cenar? — mamá preguntó a mis espaldas.
Sin embargo, no tenía ganas de cenar, por lo que simplemente negué con la cabeza y subí por completo hacia el segundo piso; una vez que entré a mi habitación, me fui en dirección a mi cama. No sentía las piernas, no sé si sea por cansancio o simplemente porque no quieren cooperar conmigo. Rápidamente saqué mi celular de mis bolsillos y le marqué a Ian.
Espere un buen rato, pero este me mandó directamente hacia el mensaje de voz, por lo que decidí volver a intentar un par de veces, pero nada. Quizás este de fiesta, o quien sabe. Lo único que quería era escuchar su voz, de alguna manera me ayuda. Volví a guardar mi celular y me quedé mirando el techo de mi cuarto al rededor de veinte minutos, sin saber si debería dormir o esperar a que Ian se pusiera en contacto conmigo. No era como que me molestaba que no me haya respondido, pero es extraño viniendo de él.
Estaba a punto de elegir la primera opción, cuando mi celular empezó a vibrar, casi de inmediato lo tomé y verifique que fuera Ian, para mi buena suerte, era él.
—¡Hola! — respondí rápidamente.
—Lamento no haber contestado antes, Meredith quería que la ayudará con algo. ¿Ya estás en casa?
—Sí, llegue hace media hora — bufé — Solo quería escucharte, no tienes ni idea de lo mucho que me gustaría verte ahora mismo.
Dicho eso, Ian permaneció unos minutos en silencio, como si estuviera pensando en algo, hasta que él suspiró:
—Mis padres en estos momentos estos momentos están de viaje, y Meredith está haciendo una fiesta, no me vendría mal que te aparecieras por aquí.
Miré mi reloj, el cual se encontraba justo enfrente de mi estantería con objetos personales. Eran casi las doce de la noche, dudo demasiado que Angela permita que salga, aunque no pierdo nada con intentarlo.
—¿Ahora mismo? — pregunté.
—Ahora mismo — Ian rió.
Tuve que colgar. Si era una fiesta tendría que arreglarme. Su casa estaba a unos kilómetros de aquí, no digo que sea muy lejos de aquí, pero Walter podría llevarme sin ningún problema. Salí de cama con buen ánimo, al menos lo vería.
Abrí mi guardarropa y saque lo primero que vi y que me pareció adecuado para una fiesta. El atuendo constaba de una playera de cuadros negra con azul y unos pantalones negros, no era la gran cosa pero me sentiría cómoda, además no pienso estar más de una hora, sólo pienso hablar con Ian, beber algunos tragos y regresar a casa sin estar del todo ebria. Me solté el cabello y gracias al moño que traía, mi cabello estaba ondulado, por lo que sólo tuve que acomodarlo en direcciones distintas hasta que me sintiera satisfecha con el resultado. Para terminar conmigo, me coloqué un poco de brillo labial y ya estaba lista, solo tome mi móvil y salí de la habitación.
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El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.
RomanceCharlotte Montgomery sufrió muchas cosas cuando era solo una niña, desde el divorcio de sus padres hasta la muerte de uno de ellos. Luego de siete años, su madre decide seguir con su vida, tomando una decisión para ambas. Angela Montgomery se compro...