El Libro Negro De Charlotte| EDITANDO.

Capítulo 35: ¿Esta todo bien?

Cuando llegamos a casa, Alex ya estaba despierta ya que vomito. Por suerte, ella alcanzo a abrir la puerta y vomitar fuera del auto, Dylan me mataría si se enterara que ella vomito en mi auto nuevo. Salgo del auto y lo rodeo para ayudar a mi mejor amiga a salir, ella tambaleó un poco debido a los efectos del alcohol, para por lo menos era consciente de lo que estaba sucediendo. Lo bueno es que no tiene ni idea de que alguien nos había correteado y temí por nuestras vidas, Alex ya tenía demasiados problemas como para ahora meterla en otro.

Eran casi las dos de la madrugada, todas las luces estaban apagadas excepto la de mi habitación, ya que así la había dejado. Era el día de Walter, por lo que su camioneta no estaba estacionada, quizá sea suerte, no quería que nadie se enterara que Alex está súper borracha, ¡sus padres van a matarla!

Al abrir la puerta, ella casi caí al suelo junto conmigo, pero logre apoyarme de la puerta junto con ella. Soltó un jadeo y seguimos avanzando por las escaleras, esto sería un verdadero reto. Subimos poco a poco, tuve que decirle a Alex que no se durmiera porque si no estarías en graves problemas, ella pareció entenderme ya que asintió; cuando subimos del todo las escaleras, caminamos por el pasillo en camino a mi habitación, la puerta estaba entreabierta así que simplemente la empuje con una pierna y esta se abrió automáticamente.

La llevo arrastrando hasta la cama y ella se cae en esta. Mis hombros se tensaron debido al peso de ella, pero al menos habíamos llegado sin que nadie se despertara. Cogí unas almohadas y se las puse detrás de su cabeza, Alex se removió y me miró algo desorientada.

—Está bien —le toco la frente, tenía temperatura—. ¿Cómo te sientes?

Alex parpadea un par de veces y traga saliva.

—Tengo...sed...

Asiento.

—Te voy a traer agua —me paro de la cama y volteo a verla—. Intenta dormir, no tardo.

Dicho eso, salgo de la habitación y bajo las escaleras de dos en dos en busca de agua para mi mejor amiga. Abrí el refrigerador y saque una botella de agua, también me tome mi tiempo para volver, ya que todavía seguía con el corazón descontrolado, estaba casi segura que no cerraría ni un ojo toda la noche. Me temía que algo me sucediera, tenía miedo.

Tenía mucho tiempo sin sentir ese maldito sentimiento que antes sentía, no quería darle a esa persona la satisfacción de sentirme asustada, pero no podía ocultarlo, me moría de miedo. Sacudí la cabeza y aparte todos esos pensamientos de mi cabeza, esta noche mis miedos no eran lo más importante, Alex era mi prioridad como mi mejor amiga. Salgo de la cocina y subo nuevamente por las escaleras, cuando estaba por irme al pasillo de mi habitación, escuché algunos murmullos a mis espaldas, me quedé de pie e intente concentrarme para poder escucharlos bien. Los murmullos provenían de la habitación de mamá y Dylan.

—Todo el tiempo estas ocupada, ¿qué esperes que haga? —Dylan le dijo a mi madre, no era capaz de verlo, pero podría jurar que está frunciendo las cejas y su rostro esta rojo de la rabia.

—¡No te hagas la víctima, Dylan! Sabes que trabajo porque eso amo, no quiero ser una mantenida por ti.

Tenía que irme ahora mismo y hacer como que nunca escuché esta conversación, pero tenía curiosidad, tenía curiosidad por saber la verdadera razón por la cual estaban peleando. Me sentí como Alicia en el país de las maravillas, ella por curiosa se metió en peligro, era justamente lo que yo haría. Caminé en dirección al pasillo que da para su habitación, pegue mi cuerpo a la pared y caminé en puntillas, solo por si las dudas.

—Okay, okay. Siempre pones eso como excusa, Angela.

La puerta estaba entreabierta, no podía verlos, pero gracias al espejo que hay a un lado de su cama, podía verlos ahí de pie. Mamá llevaba su pijama que consistía de un vestido corto y de encaje, era de color coral, por encima llevaba una bata que hacia conjunto con el vestido. Dylan, por otro lado, llevaba unos pantalones negros y una camiseta blanca.