Era de noche y contemple la hermosa ciudad por la ventanilla del avión; enorme, intimidante y llena de luces por todos lados. Me enamoré desde el primer momento en que la vi, ciudad Satan era muy bonita y muy tranquila, eso me encantaba, pero lo que yo necesitaba era una ciudad como esta llena de distracciones por doquier.
Llegue a mi nueva casa, era pequeña y estaba vacía, pero no me refiero al vacío de muebles y todo eso, me refiero a personas, tal y como yo quería y la mejor parte es que había rosas azules por todos lados, mis favoritas. Un enorme espejo que cubría toda la pared del lado izquierdo me distrajo de acariciar las rosas, verme ahí no me gustaba.
Estaba sola ahí y había un frió bastante agradable, era acogedor. Pedí pizza a domicilio y cuando llego prendí la fogata, me senté en la alfombra y observe las llamas del fuego mientras comía.
Era real. Todo lo que paso era real... la única mentira aquí era él. Sentí que las lagrimas estaban a punto de salir y juro que ya no quería eso. Definitivamente ya no, no quería que nadie se burlara de mi, ser una tonta débil, sufrir toda mi vida, seguir siendo así, gorda, fea y asquerosa, ya no. Sin darme cuenta las lagrimas ya habían salido de mi. Gire mi rostro de lado izquierdo y me observe en aquel enorme espejo. Estaba hecha una vaca, comiendo como una cerda y grite de dolor, mientras las lagrimas caían y caían sin cesar. Lance la pizza a la fogata, me quite la ropa y me pare frente al espejo. Lo que veía era asqueroso.
- ¡ME DAS ASCO!... ¡TE ODIO! te odio, te odio, te odio, te odio, te odio... ¡TE ODIO! - Le grite a mi reflejo.
Con mis manos recorrí mi cuerpo y lo lastime, me enterré las uñas en aquel enorme estomago, me toque el rostro bañado de lagrimas y lo arañe. No soportaba verme. Tomé un pedazo de leño que había cerca de la fogata y golpee con todas mis fuerzas aquel enorme espejo, los trozos de cristal caían al suelo y yo los pisaba sin importar el dolor. Yo era la primera persona que debía destruir, debía acabar con esa gorda asquerosa que me había jodido la vida.
- Ya no quiero esto - volví a decirme.
No importaba lo que costará, yo ya no iba a ser más esta niña gorda.
Tomé mi teléfono, hice un par de búsquedas en Internet y al fin encontré a un entrenador de Artes marciales. Marque a su teléfono, mi voz estaba un poco ronca por los gritos que hice momentos atrás.- Hola - saludo una voz masculina.
-Hola, ¿hablo con el entrenador de Artes marciales?
- Ah si, me llamo Yamcha, ¿En que puedo ayudarte?
- Quiero agendar una cita con usted mañana en la mañana aquí en mi casa.
- Claro, dame tu dirección y ahí estaré a las nueve, ¿te parece?
- Si.
Le di mi dirección y termine la llamada. Vi todo el desastre que hice, y comencé a sentír el dolor de las cortadas en mis pies y el ardor en el estómago y mi rostro por los rasguños que me hice. Me encaminé a mi habitación para limpiarme.
Pronto todo esto acabaría y eso era lo único que me mantenía tranquila.
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La Gorda Bulma © (Vegeta Y Bulma)(En Edición)Terminada
Fanfiction*MUNDO ALTERNATIVO* Advertencia de contenido adulto. Gorda y fea. Esa era yo, Bulma Brief, la chica más repugnante en todo Orange School. Obra registrada en Safe Creative. Código de registro: 1711294959729 Licencia: Creative Commons Attribution-Non...