Capítulo 37

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Advertencia de contenido para adultos. Leé bajo tu responsabilidad.

- Buenos días señora Ouji - Vegeta acaricia mi rostro mientras abro los ojos.

- Yo, aún no soy la señora Ouji - Le sonrío.

- Pero lo serás - Planta un fuerte beso en mi mejilla - Vamos a desayunar. Voy a hablar con Goku sobre unos asuntos de la oficina mientras te vistes, vale.

- Si señor.

Vegeta sale de la habitación y trato de recordar como es que llegue aquí, es decir, hace no más de un mes yo odiaba a Vegeta y estaba dispuesta a destruir su empresa, ahora no pienso seguir más con ese plan, simplemente jugaré limpio en ese contrato.
Anoche pude ver más allá de quien conocí en la preparatoria, pude ver al niño que está dentro de él y sufrió inclusive más que yo. Cualquiera pensaría que las personas que provienen de una familia adinerada tienen la vida hecha un paraíso, pero no es así, nadie sabe realmente lo que hay detrás de esa cortina de perfección. Y no sólo pasa en familias poderosas, pasa con todo el mundo, nos atrevemos a juzgar el exterior sin saber que hay más allá de ello.

Después de vestirme me encaminó al comedor donde se encuentra el amor de mi vida hablando por teléfono.

- Ah si, si. Me alegra que todo marche como lo acordamos... No lo sé, lo más probable es que sea mañana por la noche... Tengo que colgar - Me mira nervioso y sonríe.

- ¿Todo bien con los negocios?

- Ah... si, estupendo - su semblante se relaja y vuelve a sonreír pero esta vez mucho más aliviado.

- ¿Estas a dieta? - miro el plato de comida frente a mi, he amanecido hambrienta y esto no me parece suficiente - ¿Por qué fruta? ¿No había... no se, pizza? - Me mira divertido.

- Ah claro, es muy común que las pizzerías repartan sus delicias en las montañas a varios kilómetros de la ciudad.

- Ja, ja, ja que gracioso - respondo sarcástica. Me levanto y busco más comida en el refrigerador, veo un paquete de salchichas, lo tomo y vuelvo a mi lugar mientras mastico una - ¿Qué se te hace tan divertido?

- Nada... eres perfecta, ¿lo sabes? Me encanta verte tan relajada y tú misma, como cuando éramos más jóvenes, que verte toda amargada y rechazándome.

- Shht, come y calla - él sonríe y obedece.

- Quiero llevarte a un lugar especial.

- Claro ¿cuando?

- Justo ahora.

- ¿El lugar está aquí?

- Si... te va a encantar.

- Esta bien.

Nos levantamos al mismo tiempo y emprendemos una caminata más arriba de la montaña. Llevamos casi una hora caminando y yo aún no logró ver su lugar especial, pero, el ruido que hacen los árboles al mecerse con el viento, los pájaros cantando y el sonido de la corriente de agua que parece estar no muy lejos de aquí, me relaja y purifica.

- ¿Cansada? - pregunta divertido.

- Para nada, pero sólo para saber, ¿falta mucho?

- No - sonríe.

Se acerca mi y me toma de la mano, me conduce hacia donde se escucha el ruido del agua, después de atravesar varios árboles al fin logró divisar el paisaje. Es una cascada no muy alta que cae sobre un precioso y amplio río, el color azulado del agua dilata mis pupilas que se maravillan ante semejante belleza.

- Wow - es lo único que puedo decir, este lugar es simplemente divino.

- ¿Te gusta?

- ¿Qué si me gusta?... Vegeta, apuesto que este lugar fue creado por los dioses griegos para su disfrute.

La Gorda Bulma © (Vegeta Y Bulma)(En Edición)TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora