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Dean salió de la habitación en silencio, cuidándose de no producir ningún ruido que pudiese despertar a su hermanito. Se encontró con su madre en el pasillo, quien le sonreía cariñosamente.

Un largo bostezo vino a él. No solía levantarse a estas horas de la mañana para ver a su hermano.

-¿Qué haces despierto tan temprano?

-Sammy estaba llamándome. Sabes como se pone cuando no le haces caso.

Su madre se acercó para plantarle un beso en la frente.

-Eres un buen hermano -su pulgar acarició una de sus mejillas -. Debo irme a trabajar, Castiel está desayunando en la cocina, puedes ir a hacerle compañía.

Dean frunció el ceño sin siquiera disimular, sorprendido por la presencia de Castiel en su casa a tan temprana hora. Estaba seguro que antes de ir a ver a su hermano eran algo así como las ocho.

Dejó el tema de la hora a un lado, podía ser que Castiel simplemente era muy comprometido con su trabajo.

-¿Hacerle compañía? Sí claro.

Ahora fue Mary la confundida.

-Dean, ¿ocurre algo con Castiel?

-Si Dean -dijo una voz a sus espaldas que lo hizo sobresaltarse -¿ocurre algo?

Apoyado en el umbral, cruzado de brazos, Castiel observaba a Dean con una indiscreta chispa de burla y curiosidad. Por algún motivo comenzó a sentirse incómodo entre la mirada de su madre y la de Castiel.

Él solo quería ir a dormir.

-Nada, no pasa nada.

Le dio una última sonrisita digno de un niño pequeño a su madre, quien le correspondió abrazándolo una última vez antes de cruzar el pasillo, despedirse de Castiel y salir rumbo a su trabajo.

Dean también se dispuso a salir de ahí, pero para llegar a la escalera que daba al segundo piso de su casa tendría que pasar por Castiel. No es que fuese un matón o algo similar, pero había algo en esa sonrisa burlona que lo ponía de los nervios.

Castiel se impulsó y se acercó lentamente a Dean sin borrar su sonrisa ladeada.

-¿Tienes algún problema con Castiel, Dean?

-No.

-No pareces muy seguro.

-¿Y eso qué? Solo quiero irme a dormir.

-¿Y por qué te levantaste tan temprano en vacaciones?

La paciencia del chico interrogado se estaba acabando.

-¿Acaso te importa?

-No, pero me genera cierta curiosidad.

Las siguientes palabras salieron de su boca sin siquiera ser pensadas conscientemente.

-Pues aplica esa curiosidad con tu familia, no con la mía. Que tu padre no pase tiempo en casa no justifica el que vengas a hacerte el lindo con mi madre.

El ambiente se tornó desagradable. Dean golpeándose mentalmente por haber soltado aquello y Castiel lidiando con la angustia que había aparecido en su pecho. Aunque ese sentimiento fuese pan de cada día por colaboración de su propia mente, el que alguien le soltara su realidad en cara era diez veces más doloroso, porque tenía más motivos para creerse el horrible cuento que rondaba por su mente todos los días.

No le iba a dar el gusto a Dean de verlo afectado. Ya no le daba ese gusto a nadie. Simplemente se dio la vuelta y salió de ahí, deseándole un buen día al arrepentido Dean.

Fue en verano cuando Castiel volvió a llorar por un comentario de alguien ajeno a él.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora