«20»

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Era un día cualquiera, pero Dean se sentía extrañamente feliz. Su madre ya había salido a trabajar, ya no tenía a nadie molestándolo y todo en su vida iba bien. Era un día cualquiera en el que Dean se sentía bastante feliz. Por alguna extraña razón que él desconocía, esa felicidad parecía aumentar cuando veía a Castiel caminando por su casa, ya sea llevando cosas de aquí para allá o solo caminando. Castiel estaba siendo el protagonista de varios pensamientos en la cabeza de Dean y eso lo asustaba bastante.

Pero lo hacía sentir bien, al mismo tiempo.

Se vio atraído de vuelta a la realidad cuando escuchó que alguien tocaba la puerta, pero no bajó siquiera un escalón cuando Castiel ya estaba dirigiéndose hacia la entrada dándole una mirada tranquilizadora a Dean.

—Yo me encargo.

Esperaba encontrarse con el cartero o hasta una niña scout vendiendo galletas, alguien con quien fuese sencillo hablar, pero no esperaba encontrarse con él. No con esa persona. No ese día. No ahora.

—Alastair.

No con Dean ahí.

—¿Qué haces tú aquí?

—Eso no te importa.

—Tienes razón, no me importa. ¿Por qué habría de importarme un bichito raro como tú?

Castiel simuló estar ofendido, aunque en su mente la historia era otra. Se llevó una mano al pecho, limpiando una lágrima imaginaria con la otra.

—Oh, no sabes cuánto has herido mis sentimientos con tu increíble capacidad para decir insultos tan originales. ¿Por casualidad no te habrá sudado el cerebro pensando en algo tan innovador como "bichito raro"?

Una enfurecida mirada cayó sobre él al mismo tiempo en que Alastair le propinaba un empujón débil.

—Te crees muy gracioso...

Pero no llegaron a más contacto físico, al menos no entre ellos. Dean se interpuso entre ambos lanzándole una mirada de odio a Alastair.

—Woah, ambos tranquilos.

Castiel retrocedió alzando las manos. Alastair siempre le había causado gracia, por no decir pena. No era él ni su gran boca lo que le preocupaban. No le gustaba admitirlo, pero era Dean quien le preocupaba. Dean y su gran talento tomando decisiones equivocadas. Dean volviendo como por... ¿tercera vez? Bueno, él y Alastair volviendo.

Castiel sintiendo morir aquellos sentimientos que comenzaban a florecer por Dean.

Se dio la vuelta para encaminarse a la cocina, donde podría bufar de la frustración en paz, aunque eso le costara tener que dejar a Dean y Alastair a solas. Tampoco es que se tuviera mucha fe, porque no confiaba en que Dean fuese a rechazar a Alastair después de todo lo que le había perdonado ya.

—¿En qué estaba pensando?

Se dijo a sí mismo. Confiaba en que podría tener una oportunidad, pero Dean no era capaz de abrir los ojos y ver el desastre frente a él. Dean era listo. Alastair no era para él. Dean no podía ver eso.

—Que le den. A los dos.

No tardó en salir de la cocina. Ni del patio. Ni en saltar la pequeña cerca que daba a la calle. No quería estar en esa casa durante un buen rato, porque solo le recordaba lo estúpido que había sido por siquiera atreverse a sentir cosas por Dean... cuando hasta podía estar besuqueándose con su ex en ese mismo instante.

Lástima que Castiel no supiera que el motivo de las sonrisas de Dean era él.

Fue en verano cuando Castiel se prometió a sí mismo no volver a dejar su corazón en manos de otra persona.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora