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Parte 1

Era apenas medio día cuando Lucifer y Benny irrumpieron en su casa cargando cajas de quién sabe qué, pero Lucifer se veía muy emocionado con su fiesta como para echarle los planes abajo. Dean se negó a ayudarles con los preparativos bajo la excusa de que él ya había colaborado con su casa, e hizo bien, porque Castiel se presentó poco después.

Lucía bastante feliz, Dean lo habría descrito como radiante, incluso.

—Buenas tardes, rayito de sol.

—Hola, Dean.

La sonrisa de Castiel era tal que no podía dejar el tema pasar.

—Si no dejas de sonreír estarás condenado a ser un muñeco Ken.

—Entre los dos, tú eres lo más similar a un muñeco Ken.

Dean hizo un coqueto baile de cejas hacia Castiel.

—¿Estás diciendo que soy atractivo?

—Dean, cualquiera con visión y sentido común pensaría que eres atractivo.

—¿Entonces soy atractivo para ti?

Castiel asintió, rodando los ojos.

—Sí, y no solo por fuera.

—¿Eh?

—Creo que eres una persona atractiva física y... mentalmente.

—Oh, ya sabía eso.

Una mirada confusa cayó sobre él.

—¿Cómo lo sabías?

Dean contestó de forma arrogante:

—No por nada te gusto.

—Ve con mucho cuidado entonces. Puedes dejar de gustarme en cualquier momento.

—No te preocupes por eso, niño bonito. Tú también me gustas.

El momento que Dean y Castiel mantenían se vio violentamente interrumpido cuando Lucifer, viéndose totalmente atónito, hizo presencia en la sala.

—Dean, ¿te gusta el Rarito?

Castiel se volteó hacia el recién llegado luciendo ofendido.

—Oye, dijiste que ya no me llamarías así.

Lucifer ignoró su comentario para reiterarle al sorprendido Dean:

—¿Te gusta?

—¿Y qué si me gusta? No es asunto tuyo.

—Soy tu amigo, claro que es mi asunto.

Y por si fuera poco, Benny llegó para unírseles a la incómoda discusión.

—Hola chicos. ¿De qué hablan?

El resto fue más de lo mismo, y aunque Benny se vio casi tan sorprendido como Lucifer, pudo tomárselo con calma. Aunque Castiel estaba directamente involucrado en el tema decidió retirarse y dejar al trío discutir con libertad. Era una escena que le causaba bastante gracia, pero no era su lugar.

Luego de un largo intercambio de comentarios con Lucifer, Dean terminó farfullándole en el rostro algo que Lucifer no olvidaría en un largo tiempo.

—¿Sabes algo? No solo me gusta el Rarito, estoy enamorado de él.

Fue la primera vez que realmente disfrutaba llamarle Rarito a Castiel, porque era el Rarito al que tanto quería.

Fue en verano cuando Dean admitió su enamoramiento a sus amigos.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora