«19»

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Cuando tocó en la habitación de Dean una, dos y hasta tres veces, no recibió respuesta. Suspiró en su lugar. Finalmente entró por cuenta propia, encontrándose con Dean frente a su televisión y el ceño fruncido.

—Respeto tu privacidad tocando la puerta, pero reafirmo mi autoridad como amigo entrando de todos modos.

Dean si giró a verlo como si tuviese a un alien frente a él.

—¿Acabas de citar...?

—Los Padrinos Mágicos, sí.

Castiel quiso reír cuando Dean se levantó y se quedó de brazos cruzados frente a él, como si estuviera esperando una disculpa o algo similar.

Así que intentó ponerse serio también, apretando los labios para no reír.

—¿Estás enojado?

—¿Eso crees, genio? Wow, de seguro tú y Sherlock Holmes fueron a la misma escuela.

—Hablo en serio.

—Yo también.

—¿Por qué estás enojado?

—Porque siempre arruinas todo con tu maldito...

—¿Sarcasmo?

—Sí, tu maldito sarcasmo.

—Te extrañé.

—No me cambies el tema.

—Te extrañé mucho.

—Castiel, cállate.

—Mucho mucho.

—Si vuelves a...

Y solo para irritarlo aún más, Castiel envolvió a Dean con sus brazos, apoyando su cabeza en su hombro. Dean rodó los ojos, pero le devolvió el abrazo a secas.

Sin desprenderse de él, Castiel dijo:

—Gracias por el cassette, es de los mejores regalos que me han hecho.

Estuvo a punto de empujar a Castiel fuera de su habitación por bromear con aquello.

—Será mejor que no esté bromeando con eso...

Castiel  se separó solo para verlo, increíblemente, de forma seria a los ojos.

—Hablo en serio.

Sus labios se curvaron en una media sonrisa.

—Demasiado en serio.

Sintió que algo lo tocaba por el costado. Castiel estaba tendiéndole el cassette, pero él negó con la cabeza.

—Quédatelo, es un regalo.

Y así hizo, guardándolo en el bolsillo de su chaqueta. Comenzó a retroceder de espaldas hacia la puerta, pues tenía cosas que hacer.

—Bueno, me alegra que me hayas perdonado...

—No lo hice.

—Cállate. ¡Nos vemos después!

Y desapareció al mismo tiempo en que su puerta volvía a ser cerrada, quedándose otra vez solo...

Y sonriendo.

Castiel se comportaba como un idiota, pero vaya que tenía facilidad para hacerlo sentir bien. Volvió a su programa de televisión.

E irónicamente, Castiel se había ganado unas divertidas y sospechosas miradas de Mary, porque él tampoco dejaba de sonreír.

Fue en verano cuando Castiel comenzó a sentir cosas raras por Dean.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora