«22»

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Ese día fue particularmente incómodo para ambos, porque de alguna manera ninguno quería ver al otro. Castiel por vergüenza —y en parte por enojo con todo el tema de Alastair— y Dean por... mucho enojo. Fue por eso que cuando Castiel intercambió unas cuantas palabras con Mary antes de que ella se fuese a trabajar, la casa quedó sumida en un incómodo silencio.

Dean estaba en su habitación, así se lo habían informado, así que subió las escaleras en silencio y caminó de la misma forma hasta la puerta de su habitación. Tocó, y como era de esperarse nadie en el interior dijo nada. Castiel entró a la habitación por cuenta propia encontrándose a Dean sentado en su escritorio con la laptop sobre el mismo. Lucía tan enojado que ni siquiera le reclamó por entrar sin permiso.

—Lo siento Dean.

El nombrado no desvió la mirada de la pantalla frente a él. Castiel sacó el cassette que Dean le había obsequiado ayer y lo dejó sobre el escritorio.

—Solo quería devolverte esto.

Dean, sin mirar el cassette, lo tomó y se lo tendió de vuelta, aún sin mirarlo.

—Es un regalo.

Castiel se volteó hacia él.

—Te los quedas.

No iba a hacerle la guerra a Dean en ese momento negándose a recibir la cinta otra vez, así que la recibió, aún intimidado por el frío y distante tono de Dean.

—Oh.

Se dio la vuelta, rendido. Estaba a punto de retirarse cuando la voz que tanto deseaba oír lo detuvo.

—Cas, no puedes...

El mismo, ahora con esperanzas, se dio media vuelta. Dean seguía sin mirarlo, pero tampoco prestaba atención a su laptop del todo.

—Con todo lo que hemos formado, no puedes desaparecer así. No sabía qué te había pasado. Estaba preocupado. Eso no está bien.

—No quería aumentar tu angustia. Yo...

Las palabras se colaron casi del todo entre sus labios. Yo estaba molesto porque descubrí que me gustas un poco, y justo cuando lo hago Alastair viene a tu puerta, y de seguro lo perdonaste. Pero no iba a decir eso ni en un millón de años.

—Dean, sigo teniendo problemas. Una y otra vez. No quería molestarte.

—¿Crees que yo no los tengo? Porque de alguna u otra forma siempre termino metido donde no me llaman.

Castiel lo escuchó en silencio. Dean ya se había girado para verlo.

—Pero evitarlos no es la solución, después de todo ahora somos amigos, ¿no? Sé que puedo confiar en ti y tú puedes confiar en mí, sea lo que sea que estemos pasando podemos resolverlo juntos.

Ambos se vieron sorprendidos por las palabras que salían de los labios de Dean, sin embargo, fue Castiel quien no pudo ocultar su impresión.

—¿Nosotros?

—Sí, imbécil. Nosotros.

Para ese entonces Alastair había desaparecido de su mente, y no solo de la suya, sino de la de Dean también, porque ambos, teniéndose frente a frente, se dieron cuenta que entre ellos no existía una simple amistad. Era una relación mucho más sólida y leal, era como...

Como un lazo profundo.

Porque ya habían aprendido a aceptarse, con defectos y virtudes. Porque ya habían aprendido a ayudarse, con abrazos y palabras.

Y porque estaban aprendiendo a quererse, con miradas y emociones.

Fue en verano cuando un simple cassette desató una magia sobre Dean y Cas.

It was on summer ❴DESTIEL❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora