It was on summer ❴DESTIEL❵

«6»

Dean depositó estruendosamente el vaso sobre la encimera para servirse nuevamente otro poco de gaseosa. En una situación normal acudiría a la cerveza, pero en su estado de seguro terminaría por emborracharse a plena luz del día y en su propia casa. No podía ser más deprimente.

En ese instante Castiel hizo aparición en la cocina. Si no fuera por el líquido en su boca, bufaría, de seguro el ojiazul venía a joder su día aún más con sus célebres y desagradables comentarios.

—Vaya cara de solsito que tienes.

—Cierra la boca.

Iba a reír en burla, pero se dio cuenta de que Dean sí estaba serio y no parecía estar para bromas. Se sentó despreocupadamente junto a él.

—¿Qué te pasa?

—Algo que sin duda no te incumbe.

—Tal vez pueda ayudarte.

—¿Es que acaso sabes hacer otra cosa además de arruinar mis días? Wuau, eso sí que no lo esperaba.

Sabía que él tenía muchos motivos para soltar ese comentario, pero de todas formas logró llegarle un poco. Tragó duramente y se acercó un poco más a Dean.

—Sé hacer muchas cosas, una de ellas es escuchar.

Dean suspiró cerrando los ojos

—También sé tragarme el sarcasmo mientras escucho, a veces hasta puedo callarme durante un rato.

Una risa escapó de sus labios —Vaya, ese es un talento de verdad. Los tipos que hacen malabares con cuchillas en llamas deben envidiarte.

—¿Cómo no hacerlo? —chocó amigablemente su codo con el del otro, alentándolo —Ahora, hablando muy en serio, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte?

El consultado lo miró con una expresión confundida, pero divertida.
—¿No estás siendo sarcástico?

—Nope.

—¿Y estás ofreciéndome ayuda?

—Algo así.

Una sonrisa apareció en sus labios, y pese a que había tenido que sonreír varias veces ese día, esta fue la primera sonrisa que no tuvo que ser forzada.

—Me ayudaste más de lo que crees.

Hizo el ademán de ponerse de pie pero Castiel fue lo suficientemente rápido para tirarlo de vuelta al asiento.

—¿No vas a decirme?

—Preguntaste si había algo en lo que podías ayudarme. Ya lo hiciste.

Por primera vez en la historia de ambos, Dean le guiñó un ojo antes de salir de la cocina. Castiel se rió para sí mismo.

—Touché.

Fue en verano cuando Dean y Castiel se hicieron sonreír mutuamente por primera vez.