ESDA »Carl Grimes« [TERMINADA]

CAPÍTULO 7: Vuelvo pronto.

[...]

(Tn)_____ Colman

Sobe mis ojos antes de levantarme y emprender la búsqueda que tanto estaba esperando. Me reincorporé con mucha rapidez, fui hasta la cuna de mi hermano y sonreí al verlo durmiendo mientras le dejaba un corto beso en la mejilla. El pequeño se quedaría aquí, con Carol y con Maggie.

Salí calmada, acomodando mi navaja en mi cinturón, justo en ese momento pude ver a Glenn, Michonne, Daryl, Abraham, Eugenne, incluso el hijo de Rick estaba aqui. Ellos estaban frente a la zona segura de Alexandria y sus miradas solo estaban enfocadas en mi.

Respiré internamente tratando de calmarme, no sería fácil para mi dejar a mi hermano aquí, aunque sabía que Carol y Maggie lo cuidarían bien, ambas eran muy buenas haciéndolo dormir y sonriendole a diario, aún algo en mi mantenía una pizca de intranquilidad debido al tema. Desde lejos pude apreciar a Michonne sonreirme y me dispuse a hacer lo mismo, tambien me atreví a mirar a Glenn y Abraham quiénes mantenían un rostro severo.

—Suerte—soltó Maggie desde una esquina al lado de Glenn, asentí sonriendo.

—Llevaras el intercomunicador—sugirió Rick extendiendo su mano, imité su acción y extendí la mía para recibir aquel aparato con el que nos podíamos comunicar—Si surge algo malo con lo que no puedas lidiar tu sola, no dudes en comunicarte con nosotros—soltó, me limité a soltar una pequeña sonrisa de lado.

Rick se alejó de mi por unos segundos y Daryl se acercó a él, ambos parecían estar debatiendo sobre algo hasta que el ballestero sacó un arma de su cinturón.

—Suerte—soltó frente a mi entregándome el arma.

Sabía cómo usarlas, pero prefería dejar atrás las armas de fuego para usar solo una navaja. Era mucho más seguro para mí, y de esa manera evitaba hacer tanto ruido.

—Soy buena con la navaja, no necesito un arma—pude soltar mirando a Daryl, el líder a su lado sonrió.

—Lleva el arma—dijo—de todos modos la necesitarás—añadió al instante colocando en una buena posición su ballesta, asentí con la cabeza mientras él se iba junto a Eugenne dejándome sola con Rick.

—Sigo pensando que nada de esto es seguro—la voz me hizo girar y pude ver al sheriff acercándose hacia su padre—En fin, suerte.

Sonrei por un instante, sin embargo, para no hacer la despedida tan grande y para evitar que Deanna descubriera nuestros planes, acomodé con rapidez la mochila que tenía en mi espalda.

—Debo irme ya—solté—volveré en un par de horas.

Rick asintió con un ligero movimiento de cabeza mientras Maggie, Carol y los demás me dedicaron unas sonrisas que contemplé con interés por unos instantes.

Me acerqué hasta Eugenne mientras éste se disponía a abrir las rejas para dejarme salir.

—Hay una probabilidad del cincuenta por ciento de que encuentres a tu amigo—soltó el hombre de forma neutra—mucha suerte—asentí con rapidez y me limité a reír. Escuchar números o algo referente a ellos me hacía recordar a las estresantes clases de matemáticas, nunca había sido tan buena para eso cuando aún no existía el virus.

Glenn, quién estaba al lado de Maggie, comenzó a mover las manos en forma de despedida, y me dediqué a devolverle una sonrisa, al igual que a todo el grupo.

Examiné el lugar una última vez y logré ver a Daryl, ahora estaba junto a Erick y Aarón. Ellos tres tenían planeado hacer un trío, si es que no se les unían más, para ir a buscar a más personas que necesitasen de ayuda afuera, más cosas para el almacén y también para la armería.

Me digné a mirar hacia el frente, sin voltear para nada. Estaba dejando a mi hermano en un lugar al que recién había llegado, un lugar en el que recién me había integrado. Sin embargo era un lugar que me había brindado ayuda con amabilidad, gentileza, respeto y mucho más.

Todos me habían sonreido.

"Suerte" habían dicho.

[...]

Narrador Omnisciente

Carl Grimes

El muchacho observó a su alrededor tan cautelosamente que no pudo evitar sentir una corriente eléctrica pasar por su cuerpo, sus ojos se detuvieron en su padre, el hombre poseía un rostro seguro mientras los presentes se despedían de Colman, al parecer aquella chica había logrado caerle bien a todos, muy rápido y en tan solo un corto tiempo.

Carl Grimes se detuvo a ver como la chica se alejaba, cada vez más, por alguna extraña razón su corazón palpitaba más rápido y su mente jugaba en contra de sus principios, quería obedecer a su padre pero, en el fondo, quería perseguir a la chica para asegurarse de que no les estaba mintiendo.

Quería seguirla, ir tras de ella para asegurarse de sí todo esto sería peligroso para ellos o al menos para ella, aunque sabía que todo esto sería en vano ya que detenerla como lo había echo antes no había ni siquiera funcionado, apesar de que quizo avanzar él no pudo hacer nada más al respecto, la chica necesitaba encontrar a su amigo y él no le quitaría esa opción.

Por un momento se sintió confundido e indeciso, tal vez nunca volvería a ver de nuevo a la chica y eso le hizo abarcar un pequeño sentimiento extraño dentro de él, su cabeza solo murmuraba; "En serio, en serio, en serio ¿Qué rayos le sucede a mi padre por haber permitido tal cosa?", su mente soltaba tan solo preguntas con respecto a este tema.

Y de pie allí mismo vagamente lo recordó, él sabía perfectamente que la decisión de dejar a aquella chica libre no había sido completamente de su padre, había sido una decisión compartida entre él, Daryl y Abraham. Los adultos habían debatido sobre aquel permiso y habían logrado ver potencial en ella, además de que sabían que ella necesitaba recuperar a alguien, y ellos no podían dejar atrás esa oportunidad para Colman.

Sin prestarle más atención al tema el muchacho se retiró de ahí, se dirigió al cuarto de Judith mientras observaba cómo ella estaba despierta jugando con unos juguetes que Aaron le había obsequiado hace unos meses atrás. Ver a Judith con esa hermosa sonrisa y el echo de que pronto se le apagaria cuándo supiera que no estaban en un mundo normal le incomodaba demasiado.

Por otro lado, la sonrisa de su pequeña hermana tambien le tranquilizaba y por cortos momentos le hacía pensar en su madre, reconociendo que él debía de estar al lado de Judith, que él tenía que cuidarla, después de todo aquella pequeña era su hermana. A pesar de que el chico no podía ocultar el hecho de que en estos momentos estaba demasiado preocupado por aquella chica que había salido a buscar a su amigo,  no podía hacer nada, su padre no iba a darle permiso para correr tras ella.