CAPITULO 12: Enfermería

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[...]

Carl Grimes

—Hey—me quejé al sentir que Judith me arrebató el sombrero.

Me acerqué más hacia ella y le quité el sombrero de sus manos, y justo en ese instante ella empezó a llorar.

—Esta bien, esta bien—soltó mirandola con una sonrisa—Algún día te lo daré—informó, la niña solo se detuvo a escucharlo pero sus ojos estaban tan quietos en su sombrero—Aunque por ahora sigue siendo mio—susurré y le cedi un juguete.

Ella me observó con una sonrisa mientras dejaba de llorar y tomaba el juguete con mucha energía.

Me limité a examinar el cuarto de Judith por un instante, y mi vista solo se detuvo en el pequeño cuadro que estaba apoyado en el cajón. El cuadro en el que estaba la foto de mi madre, junto a mi padre y yo.

—Oye Carl.

Regrese mi atención y la dirigí hacia la puerta, en el marco estaba Tara con un rostro de confusión.

—¿Qué sucede?—pregunté.

—¿Tu padre en dónde está?

—Salió—informé—Junto a Daryl, Aarón, Abraham y Glenn. Dijo que traerían más provisiones para aquí.

—Esta bien, ¿podrías comunicarle cuando llegue que Deanna nesecita verlo?—se detuvo a saludar a Judith con una sonrisa divertida—Creo que la pequeña tiene sueño.

Observé a Judith por un instante, seguía en su cuna y se veía muy cansada mientras movía el juguete con sus dos manos.

—Bueno, debo irme—pude oír a Tara decir—¡No olvides lo que te dije!—soltó saliendo del lugar—¡Si necesitas algo estaré con Denisse!—gritó mientras bajaba las escaleras con rapidez y se retiraba con una sonrisa y, desde aquí, pude oír que abria y cerraba la puerta con mucha rapidez.

Solté un suspiro y volví a observar a mi hermana, Judith estaba apunto de dormir y no pude evitar sonreír. Su rostro permanecía tan calmado y severo a la vez, tanto asi que me hacía recordar a mi madre y cuánto necesitaba sus pequeños consejos.

Di un suspiro y me senté en mi cama para regresar la atención a lo que estaba en mis manos, un viejo cómic sin importancia. Me limité a abrirlo y comencé a releerlo, ahora que Judith estaba durmiendo no tenía nada más que hacer.

Sin embargo, un par de ruidos me hicieron detenerme; Pude oír a alguien abrir y cerrar la puerta, justo en ese instante logré oír sus pasos tranquilos mientras subía las escaleras.

Alejé mi vista del cómic esperando a ver quien sería, y cuando apareció esbozando una sonrisa gentil la observé con confusión.

—Hola, Carol—saludé observando al niño en sus brazos con un poco de curiosidad.

—Hola Carl—saludó, me observó por un instante y volvió a sonreir—¿podrías cuidar al pequeño por un momento?—pidió, asentí aún con confusión mientras Carol se acercaba a mi y me cedía con suavidad al pequeño hermano de Colman.

—Bien, pero...—me detuve a verla por un instante—¿A dónde irás?

—Iré a pedirle a Olivia que me dé un poco de esa sopa en lata—contestó la mujer con rapidez—He visto que Tom no tiene muchas ganas de comer—comentó—Así que decidí prepararle algo rico para que se sienta mejor.

Suspiré confuso ante la rápida información que me había brindado Carol. Se disponía a irse pero una duda apareció en mi cabeza justo en ese instante.

—¿Es por Sophia?—solté de imprevisto.

La mujer se detuvo, aún sin voltear, pude verla bajar el rostro pero aún así asintió con la cabeza.

—Así es—volteó y me observó—se parece mucho a ella.

—Sophia no era como él—murmuré.

Estaba claro que ellos dos eran muy distintos. Sophia y yo habíamos sido amigos, ella era muy divertida todo el tiempo y un poco callada, sin embargo Tom era molesto e irritante. Aunque Tom poseía un par de características similares a Sophia, como el cabello rubio, las pecas y el color de su rostro.

Pude oír a la mujer carraspear su garganta.

—Lo sé, Carl—soltó y me volvió a observar con una sonrisa—Sé que cuidarás muy bien del pequeño hermano de Colman, volveré en unos instantes.

Asentí con una media sonrisa y la mujer se retiró, esperé hasta oír que saliera y cerrara la puerta, y cuando lo hizo me limité a ver al pequeño que estaba en mis brazos. Sus ojos marrones demostraban mucha curiosidad, observaba todo el lugar con rapidez y no se detenía para nada.

—Bueno, pequeño Colman—saludé con una sonrisa—justo en este instante estás en el cuarto de Judith, mi hermana—informé.

Cuando vi una sonrisa asomarse por su pequeño rostro no pude evitar sonreír de lado. Sabia que no me entendía pero no podría perder nada si seguía hablando con él.

—Mi padre ha ido a buscar provisiones con el resto del grupo—volví a informar comenzando a caminar, me detuve a bajar las escaleras y llegar hasta la cocina.

Cuando llegué a la cocina pude ver que sus ojos estaban fijos en mi sombrero mientras trataba de alcanzarlo. Justamente igual que Judith.

—¡Hey!—me quejé fuerte a propósito al ver que éste se estiraba lo más que podía para alcanzar lo que estaba sobre mi cabeza, tomé sus manos con delicadeza pero este parecía no querer hacerme caso mientras seguía sin despegar su mirada de mi sombrero. Sin embargo, éste pequeño era mucho más insistente que mi hermana.

Dí un suspiro y dejé mi sombrero sobre la mesa, sin saber porque ambos niños tenían interés en aquella cosa que era mía. Y sin perder ni un segundo, salí de mi casa con el pequeño en brazos y volví a observarlo mientras me disponía a continuar hablándole.

—Bueno, como te decía, mi padre fue a buscar más provisiones—solté—ya sabes, un poco de comida; puré, chocolates, pudin y latas de frijoles—pero me detuve justo frente a la enfermeria—y tu hermana está...

Dejé mi frase al aire mientras veía al pequeño observarme con mucha curiosidad y pensé en su hermana, Colman había tenido demasiada fuerza como para cuidar de su hermano estos meses. pero...¿Por qué rayos ella había decidido buscar a Tom?

Me acerqué con rapidez hacia la enfermeria con las intenciones de verla por un instante mientras el pequeño que estaba en mis brazos observaba hacia el frente con mucho silencio. Y una vez frente a ella, pude sentir que mis manos temblaron por un instante mientras la observaba, su piel había perdido color y sus labios estaban resecos.

¿Por qué rayos sus labios estaban resecos?

Denisse no estaba aquí para impedirme que la viera, quizás estaba con Tara.

Me acerqué más a su camilla con la única intención de verla más de cerca pero los movimientos incómodos de su hermano me distrajeron. Observé al pequeño por un instante y éste comenzó a sonreirme, se inclinó por un instante mirando a su hermana y supe en ese instante que quería estar a su lado, quería que su hermana lo cargase.

—Ella no...

Negué con el rostro y éste pareció comprenderme porque quería comenzar a llorar.

—Rayos.

Me limité a tomar con delicadeza la mano del pequeño y hacer que tocara el rostro de su hermana. Estaba claro que él la extrañaba, era su sangre.

Sin embargo comenzó a sollozar y con rapidez lo saqué de la enfermería evitando que causara cualquier escándalo. Justo en ese instante limpié las pequeñas lagrimas qué se asomaban por su rostro y le di un gran abrazo, era lo poco que podía hacer para evitar que llorara. Era lo que mi madre hacía cada vez que algo malo sucedía o cuando algo me preocupaba.

ESDA »Carl Grimes« [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora